Top Posts
Analista chino: “Contrarrestar la hegemonía de EE.UU. seguirá...
Sociedad civil, la última frontera hacia el totalitarismo...
Guardianes del mañana: Humanidad 3.0
La distopía de Nauru
¿Hemos entrado en la era de la “geoeconomía”?
Redadas migratorias en EEUU: nacionalismo Trump vs el...
El dedo que señala el bloqueo y la...
Comunicado: Intimidación institucional contra el Ejido Atotonilco, autoridades...
Un balance de la lucha de la CNTE:...
Asamblea de Daniel Noboa aprueba instalación de bases...
  • Colectivo Insurgencia Magisterial
Portal Insurgencia Magisterial
Banner
  • Inicio
  • Nosotros/Legal
  • Directorio
  • Alianzas
  • Columnistas
  • Voces que seguimos
  • Calendario de eventos
  • Educooperando
Espacio principalEspacio secundario

Más de 11 horas torturada sexualmente por soldados de la Marina en México.

por La Redacción noviembre 26, 2018
noviembre 26, 2018
908

Por: Elena Reina. El País. 26/11/2018

29 casos de mujeres detenidas, violadas y golpeadas por el Ejército y la Policía avivan el debate sobre la decisión de López Obrador de crear un cuerpo militar que se encargue de la seguridad del país.

Magdalena Saavedra podría haber estado dormida, pero estaba despierta. La noche del 10 de mayo de 2013, en la que alrededor de nueve marinos irrumpieron en su casa de San Luis Potosí y le pusieron una bolsa de plástico en la cabeza, se repitió a sí misma varias veces que aquello solo podía ser una pesadilla. Pero estaba muy consciente, tanto, que dio gracias a Dios de que su hija, que vivía con ella, no estuviera ahí. Esa noche del Día de la Madre la detuvieron, la golpearon, la electrocutaron varias veces y la violaron en grupo, hasta que después de más de 11 horas de soportar lo insoportable accedió a firmar una confesión por la que ha pagado el precio de cinco años y medio de cárcel. Hace unas semanas un juez determinó que no había pruebas suficientes para inculparla de todos los cargos: posesión de armas, tráfico de drogas y operación con recursos de procedencia ilícita. Hoy está libre y recuerda en una entrevista a este diario su caso que, junto al de otras 28 mujeres, aviva el debate sobre las violaciones a los derechos humanos de las Fuerzas Armadas, poco después de que López Obrador anunciara la creación de un nuevo cuerpo militar, la Guardia Nacional, que garantice la seguridad del país.

Todos llevaban la cara cubierta. Mientras registraban su casa y saqueaban sus armarios pensó que aquel grupo de hombres eran criminales a los que la ley les había garantizado un fusil. Y la capacidad de someterla sin mostrarle una orden judicial ni explicarle los motivos, respaldados en la estrategia política de ganar la guerra al narcotráfico —un conflicto que todavía perdura y que ha dejado más de 200.000 muertos y decenas de miles de desaparecidos desde 2006—. Supo más tarde que eran marinos de la Armada, parte del Ejército mexicano.

La calavera estampada en el pasamontañas de uno de ellos fue el primer aviso. “La llevaba ahí, sobre la boca”, cuenta y, como si lo estuviera viendo, indica con sus manos el lugar exacto donde la traía. Después de que por tercera vez le colocaran aquel plástico en la cabeza, Magda se desmayó. No entendía por qué le estaba ocurriendo algo así a ella. Madre soltera de tres hijos, que como muchas otras se había buscado la vida vendiendo uñas de acrílico para sacar adelante a su familia. Tenía guardada una agenda con las direcciones de sus clientes. Quiso con ello demostrar su inocencia, que no era una peligrosa operadora del cartel del Pacífico o de los Zetas —la involucraron con los dos—. Pero, aunque lo supo más tarde, aquella libreta les pondría en bandeja la esperada confesión. En una de sus páginas estaba señalada la nueva dirección de su hija.

La sacaron de su casa con los ojos vendados y descalza. Sus pies fueron los únicos capaces de identificar los lugares por los que iba pasando: un vehículo, grava, asfalto, frío. La retuvieron en lo que en la jerga militar se conoce como casa de seguridad y ahí comenzó el calvario que lleva marcado en el puño derecho, en el ombligo, en su frente, en la vagina y en el útero. También en su mirada, nublada por el terror que le produce que un hombre, aunque sea su padre, la toque. En aquella habitación, según su testimonio certificado por exámenes médicos posteriores, la obligaron a desnudarse de cintura para abajo sobre una silla y le propinaron descargas eléctricas en diferentes partes del cuerpo —en las manos, en las orejas, en los pies, en la boca y en la vagina—, le destrozaron la rótula y no dejaron de golpearla con los codos en la cabeza. Cuando pensó que se iba a morir, la giraron. Y aquel grupo de soldados la violó. “La sangre me corría por las piernas”, recuerda.

El caso de Magdalena Saavedra, de 51 años, no ha sido el único que ha denunciado el Centro Prodh, de referencia nacional en la defensa de los derechos humanos. Otras 28 denuncias similares han puesto de manifiesto las terribles prácticas perpetradas por los cuerpos de seguridad del Estado, militares y policías, al detener a sospechosas de colaborar con el crimen organizado entre 2006 y 2015. Según sus cifras, en 16 de los casos hubo violación, en 12 fue tumultuaria. En casi todos, 28, las detenidas fueron abusadas sexualmente, mediante tocamientos y obligadas a desnudarse frente a sus agresores, muchas de ellas señalan en sus demandas que fueron fotografiadas o grabadas en vídeo. Además, han registrado una decena de víctimas de tortura dirigida a los genitales, especialmente mediante descargas eléctricas.

El informe elaborado por el organismo señala la existencia de un patrón común en estos actos: la detención ilegal de las mujeres, sin que se les informe de los motivos; su traslado a instalaciones oficiales o clandestinas de las fuerzas de seguridad, donde son torturadas sexualmente, en la mitad de los casos entre 12 horas y tres días; su presentación ante el Ministerio Público (Fiscalía), “que en la totalidad de los casos omite su deber de certificar e investigar las lesiones” —las pruebas médicas que las corroboraban se realizaron ya en prisión—; y un proceso judicial basado en las confesiones obtenidas bajo tortura. El subdirector del Centro Prodh, Santiago Aguirre, ha apuntado que los testimonios “no son aislados” y que dan cuenta de la extensión de esta práctica durante los años de la llamada guerra contra el narcotráfico. La Comisión Nacional de Derechos Humanos ha emitido desde 2014 cinco recomendaciones al Ejército por casos de tortura, violencia sexual, detención arbitraria, desaparición forzada y ejecuciones extrajudiciales. La última, de agosto de este año, dirigida a la Marina por 17 casos documentados de tortura y 11 de violencia sexual.

En el caso de Saavedra, los militares que la retuvieron durante más de 11 horas alegaron que su traslado a una sede clandestina y la tardanza en la puesta a disposición judicial estaban justificados, pues temían un ataque del cartel para recuperar los objetos asegurados y las personas retenidas. Una explicación que coincide en otros casos registrados y que responde a las prioridades militares de la lucha contra el crimen organizado. Poco antes de salir de la cárcel, la comisión de derechos humanos de la Secretaría de la Marina quiso atraer su caso y ofrecerle una indemnización de más de 100.000 pesos (unos 5.000 dólares), cuenta Saavedra, aunque los rechazó.

Junto a Magda, en habitaciones contiguas, esa noche estaban sufriendo algo similar un hombre y otra mujer. Ella los escuchaba. Recuerda también que una mujer que se identificó como médico de la Marina la observó en un descanso de aquella tortura. Después de tomarle la tensión, le recomendó a sus agresores que esperaran un poco antes de continuar. Y continuaron. Entre golpe y descarga, le mostraron la dirección de su agenda donde señalaba el lugar en el que se había ido su hija a vivir y la amenazaron con hacerle lo mismo a ella y al resto de su familia. “Yo, por estúpida, les di todo”, cuenta llena de coraje.

—Firmo lo que quieran.

Aquella confesión señalaba que había trabajado como operadora del crimen organizado y a aquel hombre y aquella mujer como sus cómplices. Ese documento fue la prueba fundamental en su proceso y pese a las lesiones registradas por la Fiscalía —según documenta la denuncia— ningún juez lo desestimó hasta cinco años y medio más tarde. Este miércoles recuerda fuera de prisión esas más de 11 horas de terror: “El dolor era insoportable. La humillación… Yo toqué la muerte. Pero sobreviví”.

LEER EL ARTÍCULO ORIGINAL PULSANDO AQUÍ.

Fotografía: TERESA DE MIGUEL

Compartir 0 FacebookTwitterWhatsapp
La Redacción

noticia anterior
El debate sobre la formación docente debe continuar.
noticia siguiente
TV Azteca, fundamental para la vida pública: AMLO.

También le podría interesar

El Museo Nacional de Antropología: un dispositivo ideológico...

junio 10, 2025

Guerrero: la tierra de los desposeídos

junio 6, 2025

Cultura. El ejército mexicano irrumpe en un concierto...

junio 6, 2025

Visitantes en este momento:

615 Usuarios En linea
Usuarios: RedaccionA,54 Invitados,560 Bots

Blog: Perspectivas comunistas

Desde el Plantón magisterial en el Zócalo de la CDMX

Nuestras redes sociales

Blog de la Columna CORTOCIRCUITOS

Nuestros grupos de difusión

Artículos publicados por mes

Síguenos en Facebook

Síguenos en Facebook

Artículos por AUTORES

Artículos publicados por FECHA

junio 2025
L M X J V S D
 1
2345678
9101112131415
16171819202122
23242526272829
30  
« May    

Artículos más leídos esta semana

  • 1

    Del Acuerdo Educativo Nacional al Plan de estudios 2022.

    septiembre 13, 2022
  • 2

    Redadas migratorias en EEUU: nacionalismo Trump vs el deep state

    junio 12, 2025
  • 3

    Milei, una bomba de tiempo.

    diciembre 3, 2023
  • 4

    REDALYC se deslinda de “Artículo” con denuncia de “plagio”

    noviembre 14, 2023
  • 5

    Pago de seguros institucionales: burda simulación de Cuitláhuac.

    octubre 13, 2024
  • 6

    Incongruencias de la NEM de Marx Arriaga: luchar contra el neoliberalismo promoviendo un concurso de Círculos de estudio sobre Freire, con premios de 10 mil pesos a los ganadores y con mecanismos de exclusión

    septiembre 25, 2024
  • 7

    “Érase una vez la colonización”: Carlos Vives cree que la conquista fue una película de Disney

    septiembre 19, 2024
  • 8

    La CNTE y el acto de desenlatar la lucha de clases en México

    junio 6, 2025
  • 9

    Slavoj Zizek: “ChatGPT dice lo que nuestro inconsciente reprime”

    septiembre 16, 2024
  • 10

    DESPUÉS DEL DÍA 1, ¿QUÉ ES LO QUE VIENE PARA EDUCACIÓN?

    octubre 4, 2024
  • 11

    La Casa de los Famosos: ¿es posible no mirar?

    septiembre 19, 2024
  • 12

    Luce, la polémica “mascota” con que El Vaticano busca acercarse a los jóvenes

    noviembre 16, 2024
  • ¿Cuáles son los elementos de una historieta?

    febrero 15, 2017
  • 14

    IMPORTANCIA DE LAS PALABRAS

    febrero 10, 2023

Rolando Revagliatti. Argentina

Raúl Allain. Perú

Juan Antonio Guerrero O. México

Vanesa Monserrat. Argentina

Carolina Vásquez Araya

Ilka Oliva-Corado

Javier Tolcachier

Columna: CORTOCIRCUITOS

Manuel I. Cabezas González

Luis Armando González

Iliana Lo Priore

Jorge Salazar

Adolfo del Ángel Rodríguez

Oswualdo Antonio G.

José Eduardo Celis

Daniel Suárez

Güris J. Fry

Jorge Díaz Piña

Ángel Santiago Villalobos

Andrés Brenner

Alejandra Cortina

José Carlos Buenaventura

Luis Palacios

@2020 - Insurgencia Magisterial

Portal Insurgencia Magisterial
  • Inicio
  • Nosotros/Legal
  • Directorio
  • Alianzas
  • Columnistas
  • Voces que seguimos
  • Calendario de eventos
  • Educooperando
Portal Insurgencia Magisterial
  • Inicio
  • Nosotros/Legal
  • Directorio
  • Alianzas
  • Columnistas
  • Voces que seguimos
  • Calendario de eventos
  • Educooperando
@2020 - Insurgencia Magisterial

Leer también:x

Toni Morrison, la voz y mirada de...

junio 26, 2020

Asesinan a periodista el México: el segundo...

agosto 6, 2021

Corazones de Maíz: La Milpa nahuat y...

julio 30, 2016