Por: Eleocadio Martínez Silva. 28/03/2021
Los mexicanos, al igual que el resto del mundo, estamos enfrentando por segundo año consecutivo los estragos del coronavirus en nuestra salud física, psicológica y social. Todo indica que, a pesar de la existencia de vacunas para enfrentar la enfermedad, los estragos causados seguirán presentes por un largo tiempo pues el daño es enorme. La situación nos lleva a preguntarnos lo que habrá que resolver en salud, educación y empleo cuando pase la tormenta y, más todavía, cuál es el camino posible para la reconstituir lo social.
Apenas recientemente, el gobierno de la cuarta transformación había iniciado el desmantelamiento de la estructura pública de salud inscrita en la lógica neoliberal. Apuesta que se ha frenado por la emergencia sanitaria. Asa Cristina Laurell (2020) nos recuerda que los mexicanos tenemos que resolver serios problemas cuando pase la pandemia. El principal es el incremento de la mortalidad provocada por múltiples enfermedades crónicas (entre otras, enfermedades del corazón, diabetes mellitus y tumores malignos) que al parecer se han incrementado en más del cien por ciento. Tal aumento se debe, en parte, a que la reconversión hospitalaria para atender a enfermos de Covid ha hecho más difícil obtener atención oportuna para estos tipos de padecimientos, por lo que después de la tormenta tendremos una sociedad más afectada en enfermedades crónicas.
También, la crisis económica generada por la pandemia amenaza con regresar a los trabajadores a una situación más desventajosa de la que tenían en el 2019, que nos recordaría a los peores momentos del neoliberalismo de la década de los ochenta. Muchos se preguntan consternados sobre el presente y futuro del trabajo y de su bienestar. La zozobra alcanza a todos sectores de la sociedad, a los trabajadores formales e informales, incluso a aquellos que se habían mantenido a salvo en anteriores crisis como los maestros, los trabajadores del Estado, o los profesionistas de la gran industria.

Los datos sobre las afectaciones al empleo durante los momentos más críticos de la pandemia en el país fueron alarmantes. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio cuenta del horror económico: por el confinamiento de la población en el mes de abril, 12.5 millones de personas dejaron de trabajar. Además, si estas personas hubieran buscado empleo durante la cuarentena, al formar parte de la Población Económicamente Activa (PEA), las personas desempleadas abarcarían un 24.7 por ciento. Hasta ahora, los más afectados son las trabajadoras y trabajadores que se encuentran en la informalidad. En el mes de abril se perdieron 2.1 millones de empleos formales contra 10.4 millones de informales. La Encuesta Telefónica de Ocupación y Empleo (ETOE, 2020) del INEGI reportó que la PEA pasó de 57.4 millones de personas en marzo a 45.4 millones en abril. El ejército industrial de reserva en México se incrementó exponencialmente.
La pérdida de empleos formales en el periodo marzo-junio de 2020 se concentró desproporcionadamente en los trabajadores de bajos niveles de ingreso. El 83.7 por ciento (933 mil) de todos los empleos perdidos corresponden a trabajadores que percibían entre 1 y 2 salarios mínimos. Y ello sucede sin que ninguna institución del Estado pudiera hacer algo para frenar el proceso de exclusión creciente. (ETOE, 2020)
Con la crisis del empleo, los patrones dispondrán de un auténtico ejército industrial de reserva, por lo que los salarios seguramente se verán presionados a la baja y los trabajadores no tendrá la fuerza para resistir debido a que todavía no han explotado las ventajas que ofrecen las reformas laborales para fortalecer la vida sindical democrática.
En lo referente a la educación, diversos estudios han dado conocer los estragos de la pandemia en la matrícula escolar. Con datos de la Secretaría de Educación Pública se ha revelado que en la Educación Media Superior (EMS) las cosas no pintan bien. De 5, 608,220 alumnos en 2018-2019, se pasó a 5,544,608 en 2019-2020. Es decir, 63,612 estudiantes menos en la modalidad escolarizada y no escolarizada. El problema afectó más a hombres que a mujeres. En el ciclo 2019-2020 se registraron 47,360 hombres menos que en el ciclo escolar anterior. En el caso de las mujeres, esta cifra fue 16,252 mujeres menos.[1]

En el actual contexto de crisis de salud y económica se pronostica que la situación de la matrícula escolar en las EMS se agravará aún más. Las estimaciones del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) son de una reducción de la matrícula de 15.55 por ciento, es decir, 800 mil estudiantes menos a nivel nacional (Moreno, 2020). En el nivel de educación superior las cosas no pintan mejor, como ejemplo de ello el Instituto Politécnico Nacional (IPN) informó que 17 mil estudiantes han desertado desde que inició la pandemia, lo que sumando el abandono de 6 mil estudiantes de bachillerato representa una deserción de 76 % (Ríos, 2021).
¿Hay un camino posible para la reconstituir lo social después de la Covid?
Sí, pero su reconstrucción pasa necesariamente por destruir las causas y efectos de los malestares de la sociedad: la pobreza exacerbada, el desempleo y precariedad laboral, la delincuencia y criminalidad, la falta de oportunidades para los y las jóvenes. Es decir, como bien comenta Sergio Zermeño, hay que enfrentar la anomia como sinónimo de enfermedad social. Para ello es necesario afrontar los referentes éticos inherentes al liberalismo, basados en la competitividad, con valores como la solidaridad, la cooperación, el colectivismo, la confianza, la honestidad.
15 de febrero de 2021
Referencias
Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEGI) 2020 Encuesta Telefónica de Ocupación y Empleo (ETOE), disponible en https://www.inegi.org.mx/investigacion/etoe/
Laurell, Asa Cristina, 2020, Después de la tormenta, La Jornada, “Opinión”, 14 de mayo.
Ríos, Cecilia, 2021. Deserta más de 23 mil alumnos del Politécnico, Milenio, 11de febrero. .
Moreno, Teresa, 2020, Dejan la escuela 1.4 millones de estudiantes, El Universal, 4 de agosto.
[1] https://www.planeacion.sep.gob.mx/principalescifras/
Imagen de portada: El Financiero Bloomberg
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Fotografía: El Financiero Bloomberg