Por: Gilberto Dorantes Álvarez. 21/05/2016
Existen muchos motivos para querer fuera de palacio de gobierno a Javier Duarte. La ingobernabilidad que se vive en el estado está en un sitio muy crítico al borde del precipicio, el robo desmedido de los dineros y la desfachatez con que se realizan los hurtos a las arcas, amerita un fuerte castigo por parte de quienes resulten responsables.
El pueblo pide su dimisión porque está harto de tantos crímenes, robos, desaparecidos, asaltos tráfico de humanos, secuestros y una gran variedad de delitos que han rebasado todos los límites y dejan a la sociedad en completo y total desamparo ante la delincuencia y ahora se está comprobando que muchos delincuentes emanan del gobierno mismo, como es el caso de los jóvenes secuestrados por efectivos de la policía de Javier Duarte. Veracruz se ha convertido en el sembradío más grande de cadáveres, las fosas clandestinas se cuentan por cientos a lo largo y ancho del territorio jarocho, nuestro querido estado está destrozado por donde usted lo quiera ver.
Económicamente se encuentra más endeudado que nunca, no se sabe en dónde aplicó Javier Duarte tantos miles de millones de pesos durante su administración. Tiene razón la sociedad al gritar que se vaya, pero que se vaya del palacio de gobierno, que se investigue el rumbo del dinero para ver en dónde está, porque alguien debe tenerlo, a alguien se lo dio por algunas obras que no realizó y si no las realizó cometió un fraude claro que con la anuencia del gobierno y a esa persona sea física o moral, debe regresar el dinero y ser sancionado de acuerdo a las leyes, el sólo meterlos a la cárcel es un premio que no se merecen, porque se quedarían hinchados de dinero que después de unos meses o años como el caso del hermano de Carlos Salinas de Gortari salen en libertad a disfrutar del hurto que le hicieron a la nación.
Estamos en un país donde la corrupción está causando un problema de dimensiones inimaginables. El pueblo debería de ponerse a pensar y razonar a quién quiere para que sea gobernador en los siguientes años, está visto que Javier Duarte puede pasar a la historia como el personaje que le marque el rumbo al país, pues en su desmedida ambición pasó a desgraciar a todos los de su partido, pues con su forma de actuar hasta los rojos de hueso colorado se empiezan a despintar y Javier sólo pinto al estado de color rojo pero con la sangre de miles de inocentes que día a día se siguen descubriendo en diferentes fosas. Desde la cúpula se ha pensado en sacarlo, esta papa está demasiado caliente y no saben de qué manera resolver la situación del Gober jarocho.
Reaccionaron demasiado tarde, cuando ya no es posible encontrarle partes buenas porque se pudrió por completo, Fidel se equivocó al poner a una marioneta de este tipo como su sucesor, pues los problemas que está generando Duarte, lo pueden alcanzar. Porque gran parte del dinero faltante está en manos de Fidel y Duarte lo está dejando al descubierto. Los rojos ya no levantarán polvo, Duarte se encargó de aplacar el polvo y lo hizo con mucha sangre, sangre que clama justicia porque son miles de jarochos que lloran a sus seres queridos sin saber en dónde están.
Ahora el discurso rojo es ahogado por el recuerdo de tantos muertos, por tanto dinero dilapidado, por tantos robos, y secuestros que se relacionan de manera directa con Javier Duarte y por ende con el partido que lo malparió. A Duarte que lo investiguen y que lo obliguen a que regrese todo el dinero que en algún lugar debe tener escondido, que lo obliguen a resarcir el daño, que le embarguen todas sus propiedades y que pague. La cárcel para él sería como sacarse el premio mayor de la lotería nacional sin haber comprado billete.
Nos leemos en el próximo café.
Fotografía: revoluciontrespuntocero