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Por: Heriberto Antonio García. UV/UVM/CECDMO. 09/04/2016
En medio de las desapariciones forzadas en Papantla y el caso “Porkys”, inició en Veracruz el proceso electoral para renovar por primera vez la gubernatura de 2 años, la cual pretende homologarse con las elecciones federales y algunas gubernaturas de los estados con el fin de reducir costos de campañas y agilizar mecanismos según el INE.
La actitud escéptica de la ciudadanía ante la democracia crece frecuentemente sobre todo en estos tiempos electorales, la mentira política se vuelve un discurso recurrente en la sociedad al grado de ser una sátira; no obstante, el régimen democrático representa hasta el día de hoy la única forma de reformar ciertas prácticas gubernamentales inscritas como leyes, encargadas de la gestión, gobierno, educación, empleo, subsidios, etc.
A pesar de las limitaciones que genere o no la democracia como método para determinar la representación proporcional, el voto es la pieza clave del juego y debe ser informado a costa de todo, de lo contrario, se corre el grave peligro del efecto yerro, es decir, sufrir una equivocación por ignorancia.
En efecto, el voto por ignorancia es una de las limitaciones aun no atendidos por la democracia o al menos por el proceso electoral. Se presenta regularmente en los sectores más desprotegidos o pobres, lo cual no implica que no pueda darse en la clase media o incluso alta. Es un tipo de ignorancia por conveniencia, su naturaleza estriba en cegar con objetos (despensas, playeras, gorras, dinero, etc.,) las necesidades más fundamentales de la gente, no así, soluciona el conflicto. De este modo, el efecto yerro es fácil de transpirar en una sociedad como la nuestra, donde el ninguneo (de Octavio Paz) se vuelve una frontera más cercana que lejana para la propia realidad del mexicano: ¡seguimos igual, no vamos a ningún lado!
Al igual que los indios y criollos estuvieron atosigados de los latifundios y caciques previo a la independencia de México, los veracruzanos hoy tiene la posibilidad de revertir el porvenir de sus familias. No por medio de favoritismos, cohecho o círculos de poder sino a través del voto informado, cuya decisión sine qua non debe ser valorada previamente según al margen de propuestas políticas e historias –incluyendo si existes nexos con el tráfico de influencia, corrupción, nepotismo, análisis de cargos anteriores como funcionario público, lavado de dinero, relación con el crimen organizado, etc. – de cada candidato (a).
Es lamentable que la percepción general de la sociedad sobre el destino de Veracruz sea una mofa o sátira, cuando en realidad el poder de decidir lo tienen los ciudadanos (as) y a la vez, de castigar a los malos políticos y sátrapas que tanto han dañado todos los niveles de gobierno. La democracia es susceptible al efecto yerro, de igual modo la Esperanza del cambio para Veracruz también. Sólo es cuestión de no olvidar el pasado. “El poder está en todas partes”: Foucault.
Fotografía: osservatorelucano