Por: Marco Aurelio Martínez. Secretario General del STENV. 13/04/2016
La grave crisis financiera por la que atraviesa la Universidad Veracruzana motivó a un grupo de prestigiados académicos universitarios quienes se dieron a la tarea de convocar a los candidatos a la gubernatura por Veracruz para dialogar en busca de alternativas ante este asunto de proporciones inéditas.
A la entrada del recinto en donde se realizaría el foro, decenas de jóvenes se apostaron como parte del staff y comparsa de algunos candidatos vistiendo los colores del partido político que los contrató para gritar arengas y ondear banderas proselitistas en favor de unos y otros. Estos jóvenes contratados de manera eventual durante cada elección, paradójicamente fungen como los grandes excluidos de sus contratantes quienes no les brindan opciones de escolaridad debido al grave recorte de la matrícula que han sufrido las instituciones públicas de nivel superior, ni mucho menos tienen la fórmula para incorporarlos al campo laboral al concluir sus estudios superiores.
El tema educativo es neurálgico, no obstante prevalece un discurso hueco, demagógico, descontextualizado en la mayoría de los candidatos, además exhiben desconocimiento en materia de política educativa vigente. Poco se habló del fortalecimiento y ampliación de la oferta académica de la Máxima Casa de Estudios, del impulso a la investigación y a la innovación; la mayor parte del tiempo se enfatizó en la reparación de los daños y adeudos a la UV. El plan de acción para una minigubernatura de dos años requiere de mucha creatividad, de ofrecer estrategias novedosas y propuestas factibles.
El foro universitario logró su cometido, cada uno de los seis candidatos asistentes se pronunciaron en favor de apoyar y resarcir los agravios provocados a la Universidad Veracruzana, este asunto ya está caminando; ahora es urgente realizar un encuentro que sitúe en el centro de la discusión temas efervescentes relativos a educación básica, media superior, educación normal; subsistemas olvidados por los concursantes en el certamen gubernamental.
Es imprescindible dialogar de los resultados y pertinencia de la reforma a la educación básica en Veracruz, de sus limitantes e inconsistencias, de la formación y evaluación de maestros, de cómo atacar el gravísimo problema de los casi ochocientos mil analfabetas existentes en nuestra entidad, de cómo generar viabilidad financiera al tema candente del Instituto de Pensiones del Estado (IPE), de cómo incorporar a los jóvenes al sector productivo una vez habiendo egresado de sus carreras profesionales, entre otros. La agenda educativa es amplia, horizontal, pero ante todo prioritaria. Hoy más que nunca la educación es el faro que hará posible salir de las tinieblas y la marginación, la bandera contra la pesadilla cotidiana de violencia diversificada, la palanca que permita superar la pobreza aguda de cientos de miles de veracruzanos, por ello es apremiante propiciar a la brevedad el debate pendiente.