Por: Mario Rivera Guzmán. 02/11/2024.
Fuimos estudiantes en la Facultad de Economía de la UNAM en la segunda mitad de los años 1970. Como ya lo referí antes en repetidas ocasiones, ahí se juntó lo más rico del exilio latinoamericano que, luchando contra las dictaduras, y huyendo de ellas, se había nutrido a profundidad del marxismo europeo de su época y de todas las corrientes avanzadas en el mundo del pensamiento económico social. Fue aquel un intenso periodo de formación.
Recuerdo que un grupo de compañeros habíamos formado un círculo de estudios en el que priorizamos el conocimiento crítico de los trabajos que iban publicando los teóricos más destacados del Partido Comunista: Enrique Semo, Roger Bartra, Sergio de la Peña, Gerard Pierre Charles, René Zavaleta, Agustín Cueva, etc. Esperábamos con ansias la publicación del segundo tomo de la Historia del capitalismo en México, cuando alguno de los miembros del grupo, quizá Juan Luis, quizá Bracho, no recuerdo, nos comunicó la noticia del incendio de la casa de campo de Semo, en la que se alojaba todo el material de archivo y la inmensa bibliografía para la consumación de la obra. El esfuerzo realizado hasta ahí quedó convertido en cenizas. Pero la pira de la casa de Semo en Huitzilac sería parte de otra historia casi de la nota roja de nuestro Estado policiaco.
Lo que a mi me interesa destacar aquí es que Semo, con toda y su depresión profunda encima, se puso a escribir casi de memoria una serie de ensayos que le publicó Era en 1978 bajo el título Historia mexicana. Economía y lucha de clases, en el que, entre otros temas, abordaba en un análisis brillante la recuperación de Lenin en su teoría del imperialismo y el capitalismo de Estado. Se incorporaba así, de lleno, a un debate que ocupaba el pensamiento económico marxista de la época con una lectura inédita de Lenin en México que haríamos bien en redescubrir. Es la lectura de un hombre de partido con un conocimiento poco común y desprejuiciado de Lenin, que en América Latina sólo encontraba a unos iguales en René Zavaleta y Roger Bartra (¡en aquel entonces!). En particular nos referimos al ensayo “Lenin y la teoría del capitalismo de Estado y los países capitalistas de nivel intermedio”.
Dejamos aquí los siguientes pasajes clave para rumiarlos en tanto:
“Para Lenin, el capitalismo monopolista de Estado tiene un doble carácter. Por un lado, es la forma más reaccionaria de expresión del capital: ‘… la monstruosa opresión de las masas por el Estado, que se va fundiendo cada vez más estrechamente con las asociaciones omnipotentes de los monopolistas’. Pero a la vez se trata de una forma de preparación del advenimiento del socialismo, del nuevo sistema”.
“Lenin utilizará más frecuentemente el concepto ‘capitalismo monopolista de Estado’ para designar la fusión entre monopolios y Estado en el imperialismo. En cambio, aplicará la categoría ‘capitalismo de Estado’ para señalar al sector económico capitalista del Estado bajo las condiciones de la dictadura del proletariado”. Etc. Seguiremos en la próxima.