Por: David Auris Villegas. 17/12/2020
¿La universidad es el pomposo edificio, limitado a conferir títulos o es aquel espacio híbrido, abocado a afinar nuestro pensamiento? Como una mutación inevitable, gracias a la inteligencia artificial, las universidades están forzadas a transformase, desde el terreno electrónico al teatro de la innovación digital.
Los cambios bruscos de la globalización, ha facilitado el salto de la sociedad del conocimiento al territorio de la innovación inteligente, acuñado por muchos como, sociedad 5.0, generada por la inteligencia artificial, creado por nosotros que, paradójicamente va cobrando un extraño protagonismo, relegándonos a un segundo plano.
Esta arrolladora megatendencia, fruto de la cuarta revolución industrial, con presencia de una automatización global, biotecnología, tecnología aumentada, robótica y hologramas en 7D, configuran un intrincado ecosistema digital, al que las universidades deben dar el salto cualitativo, si aspiran desafiar a la incertidumbre.
La universidad 4.0 es un laboratorio de ideas en constante evolución, híbrida y disruptiva. Fusiona los muros y el campus virtual ilimitado, centrados a desarrollar el cerebro humano al compás de la inteligencia artificial, coincidiendo con Eldon Caldwell Marín, es la integración de la lógica y la tecnología en el “mundo físico” y el “ciberespacio”.
No es ciencia ficción, sencillamente es realidad. Cada vez develaremos nuevos libretos que cambian las reglas del juego para adaptarnos a la revolución industrial 4.0, protagonizada por la inteligencia artificial con la inmediatez de un clic, al que Japón, lo etiquetó, sociedad 5.0, priorizando la formación del capital humano.
Este nuevo paradigma, replantea interrogantes universitarios como: ¿Están adaptándose a los cambios? ¿Qué nuevos inventos y patentes generan sus investigaciones? ¿Cuál es el rol de los actores académicos?, ¿Están superconenctadas? ¿Forman talentos? ¿Aprenden colaborativamente? ¿Educan para la vida solidaria? ¿Reformulan el mapa de profesiones?
¿Explotan y potencian el cerebro humano?
En esta línea, las universidades altamente burocráticas, han de navegar en un ambiente socio tecnológico, piloteado por un currículo inteligente e interdisciplinario, centrado a explotar el cerebro humano y la solidaridad, para una sociedad hiperconectada. Como sostiene Facundo Manes, desarrollarán las habilidades cognitivas, emocionales y sociales.
Para lograr el estatus 4.0, cada sesión o neuroaprendizaje será virtual y presencial e increíblemente breve. Según Klaus Shabs, ejercitarán el aprendizaje basado en el pensamiento y la creatividad e indagarán novedosas soluciones para problemas inéditas de manera colaborativa, alega el científico Michiu Kaku.
Asimismo, es necesario un ser humano íntegro y empático, capaz de acomodarse a culturas y escenarios cambiantes, para una convivencia inteligente e hipercultural. En ese derrotero, la universidad promueve la movilidad internacional y vigoriza el neo humanismo solidario y ético, como lo viene haciendo Harvard.
En este siglo de la mente humana, el docente como ingeniero social, será la profesión más importante. Ser inspirador y empático, es un compromiso y no una opción. Fungirán de mentores y coach personalizados, obviando trasmitir conocimientos. Facilitarán estrategias para pensar y motivar a los estudiantes en la toma de decisiones creativas y solidarias.
Al mismo tiempo el estudiante 4.0, es un pensador, desarrollador y creador. Aprenderá de manera autónomo y colaborativo, el sendero de la investigación y la reflexión crítica, para esbozar una solución novedosa a los problemas. Vivirá dispuesto a aprender y desaprender toda la vida, sin temor a equivocarse.
Para adaptarnos a la sociedad 5.0, los mapas de profesiones han de transformarse drásticamente, de carreras convencionales a profesiones de corte digital centrado en la práctica y la creatividad. Los títulos y las competencias académicas, irremediablemente rubricarán fecha de caducidad, vaticina Jamil Salmi.
En contraste, este concepto de Universidad 4.0, pone en riesgo la supervivencia de universidades sudamericanas y africanas, ancladas en exámenes enciclopédicos, rimbombantes méritos e investigaciones de carpeta, para una sociedad que ya no existe.
En definitiva, las universidades inteligentes, son espacios acogedores en constante evolución. Enérgicamente solidario y pensante, navega en la inteligencia artificial. Abre nuevas formas de aprendizaje, sin claudicar los retos de equidad y sostenibilidad, donde una brumadora mayoría se llevará la peor parte.
- Eldon Caldwell Marín. Universidad 4.0. Recuperado de: https://semanariouniversidad.com/opinion/el-inevitable-cambio-hacia-la-universidad-4-0/ (15/12/2020)
- Jamil Salmi. Los Nuevos desafíos de la Educación del Siglo XXI. Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=4uIdguQXSFE&t=1680s (15/12/2020)
- Klaus Schabs. Aprendiendo a pensar y pensar para aprender. Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=khAUy7FCjdA&t=405s (15/12/2020)
© David Auris Villegas. Escritor y pedagogo peruano. Teórico de la educación para el desarrollo sostenible.
Fotografía: Huachos.com