Por: Pressenza. 16/12/2023
La caravana termina su viaje con la última parada en Lago Agrio, en el noreste de Ecuador. El grupo es acompañado por UDAPT (Unión de Víctimas de Texaco en Ecuador) para atravesar la selva en un «Tour Tóxico» que dura varias horas. Entre la exuberante vegetación verde se ven bombas, perforadoras de petróleo y torres de combustión; ocultos bajo la tierra hay charcos fangosos de petróleo negro.
En este territorio, desde 1964 hasta 1992, la multinacional estadounidense Texaco -ahora Chevron- inició operaciones de búsqueda de petróleo, que comenzaría a extraer en 1972, devastando la selva con sus actividades extractivas, contaminando los ríos, la tierra, y provocando enfermedades y cáncer entre la población y los indígenas que han vivido allí durante milenios. También es cómplice de este desastre humano y medioambiental la empresa estatal Petroecuador, que recibe una cuarta parte de los ingresos.
UDAPT lleva años documentando y denunciando los efectos desastrosos de las actividades mineras y el mal tratamiento de los residuos tóxicos; afirma que la empresa ha vertido 68 mil millones de litros de agua tóxica y 650 mil barriles de crudo en los ríos y la selva, y que más de 30 mil personas han enfermado de cáncer. Incluso, como el más antiguo colonialismo grosero, han desaparecido dos comunidades originarias. Desde hace varios años está en marcha un juicio contra Texaco-Chevron, que ha negado su responsabilidad y sigue negando y rechazando las acusaciones como si fueran difamaciones. El juicio sigue su curso y Chevron no ha indemnizado a nadie por este enorme daño medioambiental.
Chevron ha abandonado Ecuador y a día de hoy todavía no se han pagado las indemnizaciones. Mientras tanto, el petróleo empapa la tierra, intoxica las plantas, mata animales, destruye comunidades.
Texto y fotografías: Chiara Davoli, Lorenzo Natella y Francesca De Rosa
Caravana de Activistas de Roma
LEER EL ARTÍCULO ORIGINAL PULSANDO AQUÍ
Fotografía: Pressenza. La mano oscura de la contaminación. (Imagen de Chiara Davoli, Lorenzo Natella y Francesca De Rosa)