Por: Marcela Belardo. 18/02/2021
Durante el 2020 se inició tibiamente el debate sobre los pasaportes sanitarios, pero ante la llegada de las vacunas hace algunas semanas, la cuestión se colocó en el centro de atención ante la posibilidad de crear “pasaportes de vacunación digitales”.
Durante el 2020 se inició tibiamente el debate sobre los pasaportes sanitarios, pero ante la llegada de las vacunas hace algunas semanas, la cuestión se colocó en el centro de atención ante la posibilidad de crear “pasaportes de vacunación digitales”. Muchos países ya están exigiendo una prueba negativa de Covid-19 para el ingreso a sus territorios, pero ahora la propuesta da un paso más. Esta propuesta incluso está generando controversias porque se podría llegar a extender su uso a otro tipo de actividades como ir a museos, espectáculos masivos, restaurantes, eventos deportivos o asistir a instituciones educativas.
Algunos cuestionamientos de la implementación de este tipo de tecnología son tanto médicos como éticos. En el primer caso, se cuestiona esta iniciativa porque aún no se sabe hasta qué punto las personas vacunadas dejan de transmitir el virus y, en el segundo caso, porque la discriminación se daría de facto si no se garantiza el acceso universal a las vacunas.
Los que argumentan a favor de la entrega de pasaportes de vacunación consideran que podría ser una forma de alentar a las personas a vacunarse, y también serviría para reactivar la economía, fundamentalmente en las industrias relacionadas al sector turismo. El pasaporte, además, serviría para reactivar la economía interna si se extiende a otro tipo de actividades como espectáculos masivos u otro tipo de salidas y consumo recreativo. El debate, aquí, se centra en si se debe otorgar beneficios a quienes se vacunen.
El secretario general de la Organización Mundial del Turismo de las Naciones Unidas (OMT), Zurab Pololikashvili, ha pedido que se aprueben mundialmente los pasaportes de vacunación como parte de medidas más amplias para la reanudación segura de los viajes internacionales. En una reciente reunión de la OMT se pidió que los organismos internacionales de salud y de viajes intensificaran la coordinación de un sistema normalizado de certificación digital, así como protocolos armonizados de pruebas.
En Europa, en plena crisis por el Covid-19, la idea de desarrollar un pasaporte de vacunas está ganando terreno en varios países. Aunque algunos argumentan que atenta contra los derechos humanos, otros consideran que es la única forma de salir de la crisis.
Islandia se ha convertido en el primer país del espacio Schengen en expedir certificados de vacunación. Dinamarca anunció planes para introducir un pasaporte de vacuna digital y Suecia dijo que tendría un pasaporte de vacuna digital para el verano si se implementaran estándares internacionales. Chipre fue el primer Estado miembro de la Unión Europea en pedir en diciembre abolir los requisitos de entrada, pruebas y cuarentenas para los viajeros que se vacunan contra COVID-19. El gobierno de Polonia anunció que las personas vacunadas recibirán un pasaporte de vacuna, luego de recibir la segunda dosis. El primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, hizo un llamamiento a la Comisión Europea para que introduzca un certificado de vacunación contra el coronavirus para facilitar los desplazamientos entre el bloque, preocupado por el turismo que es una de las fuentes principales de ingreso del país. Hungría está trabajando también en la misma línea. Pero en Francia las opiniones están divididas. El gobierno no descarta el pasaporte de vacunas, pero sostienen que hoy es demasiado apresurado tomar esa decisión. El Reino Unido descartó hoy emitir este tipo de pasaportes y el consejo de ética de Alemania, un organismo independiente que asesora al gobierno, ha recomendado que no se otorguen condiciones especiales a los vacunados. Declaró que “es actualmente inaceptable levantar las restricciones estatales a las libertades civiles”, argumentando que no solo faltaban pruebas sobre si las personas vacunadas aún podían transmitir el virus, sino que la introducción de privilegios especiales para ellos podría fomentar una “mentalidad a codazo limpio” que podría provocar disturbios.
En Estados Unidos, Joe Biden pidió a las agencias gubernamentales que investigaran la viabilidad de producir versiones digitales de certificados de vacunas en una de sus primeras órdenes ejecutivas. En Israel se emite el “pasaporte verde” a los ya vacunados y a aquellos que se recuperaron del virus y tienen anticuerpos. Israel y Grecia tienen previsto firmar un acuerdo de reconocimiento mutuo de certificados de vacunas que permitirá renovar el turismo entre los dos países. Rusia también ha propuesto la creación de pasaportes de vacunación o inmunidad. Vladimir Putin solicitó al gobierno estudiar la posibilidad de que el documento sea válido internacionalmente.
Mientras los gobiernos debaten la implementación o no de los pasaportes de vacunas, la industria aérea y las empresas tecnológicas están desarrollando aplicaciones digitales que servirán como pases de vacunas para los viajeros. La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) lanzará en marzo una aplicación para dispositivos móviles donde se almacenarán y administrarán los certificaciones de pruebas covid-19 o de aplicación de vacuna contra la enfermedad. Este tipo de pase ya está siendo adoptado por varias aerolíneas como Etihad Airways, Emirates, Singapore Airlines y, en América Latina, Copa Airlines ha sido la primera en sumarse. Otro proyecto es el denominado CommonPass, en donde una amplia coalición de socios públicos y privados están involucrados. Se trata de una plataforma interoperable a nivel mundial para que las personas documenten su estatus COVID-19 al tiempo que dicen protegerán la privacidad de los datos de salud. Airport Council International, un grupo que representa a casi 2.000 aeropuertos de todo el mundo, ya ha firmado para utilizar el CommonPass.
El vicepresidente sénior de asuntos de pasajeros de IATA solicitó a la Organización Mundial de la Salud que respalde los pasaportes de vacuna. “Nosotros podemos decir lo que queramos, pero lo que necesitamos es que la OMS salga y diga lo mismo, para que se convierta en una aceptación universal de que una vez que estés vacunado no deberías tener que pasar por ningún obstáculo”, dijo Nick Careen. La OMS por su parte declaró a mediados de enero que “en estos momentos, pedimos que no se introduzcan requisitos de prueba de vacunación o inmunidad para los viajes internacionales como condición de entrada, ya que todavía existen importantes incógnitas en cuanto a la eficacia de la vacunación para reducir la transmisión y la limitada disponibilidad de vacunas. Estar vacunado no debería eximir a los viajeros internacionales de cumplir otras medidas de reducción del riesgo de los viajes”.
El debate está sobre la mesa e involucra a gobiernos, organismos internacionales, aerolíneas, los sectores ligados al turismo y las empresas de tecnología digital. Algunos advierten también que la implementación de los pasaportes de vacunación podría dividir aún más a las sociedades -que ya se encuentran bajo una enorme presión debido a las restricciones por la pandemia- creando ciudadanos de primera y de segunda, y no sólo al interior de los países sino entre los países ricos y aquellos que tardarán más en tener acceso a las vacunas.
*Investigadora de CONICET-UNPAZ. Miembro de RAIIS. Especialista en Salud Internacional y Políticas de Salud.
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Fotografia: Hamartia