Se creen capaces de transformar la mierda en esencias aromáticas
Jorge Salazar García.
En este siglo de globalización, pandemias y desastres climáticos, el despertar social también parece amenazar la estabilidad del modelo político neoliberal. Cada día más, aún inmersa en la superficialidad y el consumismo, la sociedad cuestiona esa democracia sustentada en PARTIDOS POLÍTICOS, dado que sus artífices y dirigentes exhiben sin pudor su amasiato con la oligarquía de cada país. Ambos, el poder económico y político, ajenos al sufrimiento humano se hunden en el miasma de su corrupción sin percatarse, como el rey del cuento que presumía ante sus cortesanos vestir bellos ropajes estando desnudo, de su creciente ilegitimidad social.
Tal comportamiento se han vuelto consustancial al mundo de la política y de los negocios. Para esas élites les es natural y aceptable el despojo y la violación de los derechos fundamentales de millones de seres humanos. Es la codicia el motor de estos negociantes de la vida.
Refiriéndonos a los dirigentes de los partidos políticos, inmersos en la corrupción, debe destacarse los cacicazgos y la antidemocracia que sólo ven en las filas del oponente. Por supuesto, en la pudrición NO todos son iguales; hay matices: algunos partidos tienen perfeccionadas sus técnicas, otros las siguen aprendiendo. La semejanza mejor compartida es su desinterés para erradicar esas prácticas tradicionales de hacer política. Fuera del marketing, utilizado para ocultar su codicia y limpiar su imagen, no existen planes concretos para recuperar el prestigio perdido. Olvidan, convenientemente que lo pútrido no puede extirparse con maquillajes, ni mucho menos conservando lo descompuesto. Al respecto, el premio nóbel de literatura, George Bernard Shaw les dejó el siguiente consejo suicida: “Los políticos y los pañales deben ser cambiados con frecuencia. Ambos, por la misma razón”, (1856-1950).
Debe suponerse que alguna vez, dirigentes y políticos, tuvieron real intención de SERVIR y hacer lo correcto. Pero, ya cegados por los privilegios del poder, terminaron mimetizándose con los expropiadores de la riqueza social. Tamaña transformación es posible gracias a que el Sistema los homogeiniza garantizando la impunidad e enriquecimiento a quienes le sirven. Por eso, encantados, respaldan la reelección a perpetuidad.
Algo es real y claro: el sistema de Partidos en México, instituido para mantener el poder, está en crisis. Las leyes e instituciones creadas para promover la democracia no funcionan. Su argumento para justificar su antidemocracia, es la supuesta inmadurez ciudadana. Con esta falacia, cuando una reforma alcanza su máximo desgaste, acuerdan la próxima, siempre dificultando la participación ciudadana directa. De este modo propicia y tolera el incumplimiento de las obligaciones partidistas impuesta, entre otras, en la Ley General de Partidos Políticos (LGPP). Por ejemplo aquella establecida en el artículo 3º de “promover la participación del pueblo en la vida democrática“. Lo cual no es extraño. Pues desde hace más de dos siglos David Hume, (1711-1776), llamó a los partidos un mal necesario para disputar el poder pacíficamente. El tiempo y las guerras demostraron lo contrario, sólo han servido para dos cosas: “dividir a la humanidad y crear fanatismos”. Habría que agregar una tercera: enriquecer a rufianes.
De vez en cuando surgen movimientos políticos con la intención de acabar con esa simulación de democracia. MORENA fue concebida durante la crisis de credibilidad de los partidos en el poder. Por esa razón, originalmente se concibió como movimiento; lamentablemente, en 2014 decidió convertirse en Partido quedando obligado a funcionar con las mismas reglas antidemocráticas. La ambición del poder por el poder, duramente criticada en otros, pronto les hizo vestir los mismos fétidos ropajes del PRIAN-PRD. Las causas y los principios plasmados en sus Estatutos se fueron a la basura. Sus caciques y tribus, bajo la hipócrita premisa de que necesitaba CUADROS para gobernar, marginaron a las bases populares honestas. Dignos del Récord Guinness, a tan sólo 7 años de registro, logró depurar las técnicas corruptas en designación de candidaturas; perfeccionó la reelección, el dedazo, las negociaciones cupulares y la expoliación de las prerrogativas. El partido de la “esperanza”, como el monte de la fábula de Esopo, después de estruendosos ruidos sólo parió un diminuto ratón y, muchas ratas dirían los decepcionados. Su división interna, además de profunda es irremediable. Y al menos que se rebelen sus bases fundadoras, MORENA, se convertirá en un instrumento más al servicio de la oligarquía. El PRI tardó 89 años en pudrirse, (1929-2018); el PAN lo consiguió en 73 años, (1929-2012); el PRD se corrompió en 29 años, (1989-2018); a MORENA le bastaron 7 años, (2014-2021).
Respecto a las confrontaciones entre partidos y el INE, en el fondo, son fuegos artificiales lanzados para mantener el río revuelto mientras ellos pescan tranquilamente. Aparentan destrozarse públicamente; en privado, nunca se harán daño entre ellos. Aliados en lo esencial, ninguno exigirá seriamente la cancelación del registro del otro por violar la Ley. Simplemente porque sería como escupir hacia arriba: ¡todos la violan! Juzgue usted si lo anterior es una exageración. Vea si su actuar se ajusta a las obligaciones listadas en el artículo 25, (LGPP). Este impone a los partidos: RESPETAR los derechos de los ciudadanos, OBSERVAR los procedimientos estatutarios al postular candidatos, MANTENER en funcionamiento efectivo a sus órganos estatutarios, RECHAZAR toda clase de apoyos prohibidos por la ley.
Queda muy claro que ni los Estatutos ni la Ley son respetados por las dirigencias partidistas. Estas sólo obedecen las directrices de sus amos. Lo hacen sin pudor alguno, creyéndose protegidos por el dinero. Como dijera Jaime Sabines en su poema “Tlatelolco 68”, se creen capaces de transformar la mierda en esencias aromáticas.
Muchos renunciarán a esa MORENA controlada por rufianes. Así no puede ser veta de políticos con vocación de servicio y sentido justiciero. El semillero de gente dispuesta a dignificar la política se encuentra en las bases militantes honestas, rebeldes e ignoradas. Los insurrectos de MORENA son un buen principio. ¡En hora buena! y ¡Feliz año nuevo!