Por: Claudia Aranda. 17/06/2025
En la madrugada del lunes 16 de junio, fragmentos de misiles en una de las oleadas lanzadas desde Irán provocaron daños estructurales menores en los alrededores de la embajada estadounidense en Tel Aviv, según informó el embajador Mike Huckabee. No se reportaron heridos, pero las operaciones diplomáticas se suspendieron temporalmente mientras se evalúan los daños.
Según la versión israelí —difundida por medios como N12News y confirmada por el portavoz del gobierno— el sistema Iron Dome interceptó los misiles antes de impacto directo, pero la onda expansiva de la intercepción habría afectado ventanas, sistemas eléctricos y zonas adyacentes del perímetro diplomático.
Sin embargo, Irán no ha reivindicado ni mencionado este ataque en sus comunicados oficiales, lo que abre una puerta política y estratégica extremadamente delicada: la posibilidad de que se trate de un autoatentado limitado o incidente tolerado para justificar una escalada del conflicto con participación directa de Estados Unidos.
¿Por qué es relevante?
Desde hace al menos dos días, sectores del gobierno israelí, figuras del Likud y miembros de la coalición gobernante han venido presionando abiertamente a la administración estadounidense para que intervenga militarmente contra Irán, no sólo con apoyo defensivo, sino con acción directa y ofensiva. En ese contexto, un incidente que afecte intereses diplomáticos estadounidenses en suelo israelí puede ser usado como justificación legal y narrativa para modificar el rol de Washington en el conflicto.
Según el derecho internacional, cualquier ataque directo contra una embajada constituye un acto de agresión contra el Estado representado, en este caso, Estados Unidos. Pero si el supuesto ataque no fue intencionado por el agresor ni reconocido por él y si además ocurrió en territorio del Estado receptor (Israel), el principio de responsabilidad primaria recae sobre el país anfitrión.
Las piezas del tablero
1. Israel reconoce el daño, pero lo minimiza.
2. Estados Unidos guarda cautela y evita lenguaje hostil hacia Irán.
3. Irán guarda silencio total sobre el hecho.
En este contexto, una hipótesis que no puede descartarse —dado el patrón histórico de provocaciones de falsa bandera en conflictos regionales— es que el gobierno israelí esté buscando crear condiciones que obliguen a Estados Unidos a cruzar el umbral de la neutralidad defensiva y pasar a la ofensiva activa, bajo el argumento de que su personal diplomático fue blanco de una agresión hostil.
En suma, el silencio iraní, la oportunidad política que representa el incidente, y el clima creciente de presión desde Tel Aviv a Washington sugieren que esta explosión podría ser más una herramienta narrativa que un daño real infligido por el enemigo.
Y si se tratara, como han advertido varios analistas en off, de un auto-ataque controlado para forzar una reacción internacional, estaríamos ante un acto con implicancias gravísimas en el plano del derecho internacional: una provocación diplomática deliberada para manipular la voluntad de un Estado aliado e involucrarlo en un conflicto como actor de agresión, o, por qué no, tampoco es descabellado evaluar la posibilidad de que se trate de una justificación planificada y consensuada con dicho estado aliado para justificar o dar cabida a su involucramiento inminente.
De hecho, anoche Trump dejó abierta esa posibilidad en una entrevista pública.
Trump ya había advertido que, si Irán atacaba activos estadounidenses, su país respondería con una fuerza “nunca antes vista”, dejando entrever la posibilidad de una intervención directa. Sin embargo, y pese a ello, en esta coyuntura ha bajado el tono, afirmando que “aún no han sido atacados directamente” y que Estados Unidos mantiene, por ahora, un rol de apoyo defensivo, sin buscar una escalada.
La historia contemporánea —desde el Golfo de Tonkín hasta las armas inexistentes en Irak— ya ha mostrado lo que ocurre cuando los relatos sustituyen a la verdad. Hoy, Tel Aviv parece escribir un capítulo nuevo, y la pregunta no es si hubo una explosión, sino quién realmente la necesitaba.
LEER EL ARTÍCULO ORIGINAL PULSANDO AQUÍ
Fotografía: Resumen latinoamericano