Por: Marlene Escobar Hernández. Estudiante del Doctorado en Política de los procesos Socioeducativos, UPN Ajusco. 31/05/2023
Cada 15 de mayo como desde hace algunas décadas se conmemora el día de los maestr@s, sin embargo, cada vez hay menos que festejar: bajos salarios, pérdida de prestaciones, aumento en el número de estudiantes a quienes atender; compra de materiales para realizar el trabajo; cambios en el calendario escolar que terminan por aumentar los días de trabajo de los docentes y esto se traduce en menos días de posible descanso, incontables horas de trabajo fuera de la escuela pues, hay que planear, calificar trabajos y evaluaciones, atender circulares, oficios, memorándums; elaborar materiales para la realización de las actividades en clase, sistematizar evidencias, subir en las plataformas dispuestas para tales efectos información y así la lista podría seguir hasta hacerse interminable.
Hoy como ayer, los anuncios sobre el aumento salarial al magisterio se realizan en un acto oficial donde el presidente y la autoridad encargada de la SEP, se hacen acompañar de un reducido grupo de docentes; desde luego, no puede faltar el secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, SNTE. Todos se muestran complacidos al ser anunciado el aumento salarial y en algunas prestaciones.
Al mismo, este día también ha sido de protesta, manifestaciones en diversas partes del país, para exigir mejores condiciones laborales y garantizar el derecho a la gratuidad de la educación. Los protagonistas, generalmente han sido maestr@s de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, CNTE, siempre desdeñados y tachados de rijosos.
Durante la celebración por el 15 de mayo pasado, el ritual oficial no fue distinto a los del pasado, por más que nos digan que no son como los de antes. El presidente en su ya tradicional conferencia mañanera anunció lo siguiente:
“Este día expreso que de manera retroactiva, es decir, desde enero pasado, aplicará un aumento al sueldo de maestras y maestros y de todos los que laboran en el sector educativo de 8.2 por ciento en promedio y esto es lo que considero más importante”.
En el mismo tono afirmó: “ningún maestro ni trabajador de la educación ganará menos de 16 mil pesos mensuales”.. Esta noticia la acompañó con algunas cifras como la basificación de 800 mil docentes y con ello su ingreso al sistema de salud ISSSTE (Poy y Urrutia, 2023)
Sin embargo, existen otros datos que no cuadran con el anuncio presidencial: un docente percibe un salario promedio mensual de $9,800[1] (AEFCM, 2022) y si el aumento es del 8.2 %, suponiendo que impactara directamente en el salario base (que no es el caso), ni así crecerían sus ingresos para alcanzar la cantidad de $16, 000 mensuales.
¿Y entonces….la revalorización, de que va?
Hace ya tres décadas, un 15 de mayo de 1992, el entonces presidente Salinas de Gortari dio a conocer en un acto protocolario como los que continúan realizándose hasta la fecha, la firma del Acuerdo Nacional para la Modernización Educativa (ANMEB), suscrito por el entonces secretario de educación Ernesto Zedillo Ponce, la dirigente del SNTE, maestra Elba Esther Gordillo y todos los gobernadores de las entidades federativas.
Uno de los ejes del ANMEB era la Revaloración de la función magisterial, mismo que contemplaba varias estrategias: formación del maestro; actualización y superación del magisterio en ejercicio; programa emergente de actualización enfocado en la reformulación de contenidos y materiales educativos, otro de los ejes del acuerdo; salario profesional, vivienda magisterial, carrera magisterial[2] (CM) y aprecio social hacia el maestro (SEP, 1992).
Desde entonces hasta ahora, la revalorización ha sido una promesa reiterada. Pareciera que mientras más se nombra, se invoca el recrudecimiento en las condiciones laborales de los docentes. Por supuesto, de 1992 a la fecha, han cambiado muchas cosas: en el año 2008, firmaron el Acuerdo por la Calidad de la Educación (ACE) donde se estableció la obligatoriedad de una evaluación o concurso de oposición para ingresar al servicio educativo público (SEP, 2008). Por su parte, la Reforma 2013 iría mucho más lejos en sus pretensiones, con ello, el ingreso, reconocimiento, promoción y permanencia sería a través de evaluaciones constantes y permanentes (SEP, 2013), podríamos decir, a lo largo de la vida laboral.
Corría el año 2019 cuando el gobierno de la 4T afirmó haber cancelado la llamada reforma 2013 aquella que Peña Nieto y su séquito de amigos en diversos órdenes de gobierno defendieron de manera recalcitrante. Esta reforma fue considerada por parte de la CNTE, un atentado contra los derechos laborales de los docentes. Si bien, el presidente Andrés Manuel López Obrador, AMLO, prometió cancelar, no dejar una sola coma de aquella reforma neoliberal; lo que sucedió fue que la controversial evaluación para la permanencia sería la única en desaparecer, el resto, es decir, la evaluación para el ingreso, promoción y reconocimiento continúan pese a la celebración en Palacio Nacional por parte de AMLO junto con algunos dirigentes de la CNTE quienes al unísono corearon ¡ya cayó, ya cayó, la reforma ya cayó!.
Ayer y hoy se habla de la práctica docente, un constructo que al parecer sintetiza todo lo que hacen los docentes en las aulas y la escuela. Sin embargo, el uso de este término tan amplio oculta un conjunto de problemáticas de fondo, tales como las condiciones materiales en que trabajan los docentes. Los esfuerzos por dar cuenta sobre este asunto de la práctica docente son encomiables pero insuficientes, porque hoy en día y desde hace varios años, los docentes trabajan jornadas más allá de su permanencia en la escuela, ese tiempo no reconocido tampoco es remunerado.
Por ello, se hace urgente y necesario no solo hablar de la práctica, sino de un proceso de trabajo de los docentes conformado por el conjunto de tareas y actividades cuya extensión va más allá del acto de enseñar en las aulas, dadas las responsabilidades que, de manera creciente, se les han adjudicado como parte de su trabajo regular, y requieren cada vez de mayor especialidad, especificidad y, por ende, más tiempo para su realización.
Tres décadas después…la misma promesa
Los discursos que insisten en que la revalorización se da en el marco del establecimiento de políticas salariales meritocráticas que promueven evaluaciones del desempeño para incentivar la competencia y el rendimiento, aunado al desarrollo profesional a lo largo de la vida laboral suelen olvidar o negar la amplitud de las tareas que realizan los docentes, considerando no solo la jornada formal de trabajo, sino el tiempo total que destinan fuera de la institución para la realización de planeaciones didácticas, elaboración de materiales para el trabajo en clase, procesamiento de información estadística sobre los estudiantes; revisión y análisis de documentos para las reuniones de Consejo Técnico; organización de eventos y atención de nuevas demandas como la educación socioemocional, cuidado de la salud y del medio ambiente, prevención de uso de drogas, etc.
Por si lo anterior no fuese suficiente, con la incorporación de estudiantes con alguna capacidad diferente a las clases regulares, los docentes requieren elaborar planeaciones específicas y en clase brindar atención diferenciada, acorde con la condición de dichos estudiantes.
La retórica revalorizadora esconde unas condiciones laborales precarias, producto del abandono gubernamental en que durante varias décadas se ha mantenido a los docentes y a la educación pública en general. Las brechas salariales, la multiplicidad de programas e iniciativas, la saturación de responsabilidades, la reorganización y tiempos de ajuste, flexibilización y extensión de las jornadas de trabajo, la hiper especificidad que demanda el desarrollo de los procesos educativos, los constantes gastos que deben asumir los docentes para la realización de su trabajo y la intensificación de demandas emanadas de las disposiciones normativas vigentes, no han hecho sino aumentar las cargas de trabajo, sumar tensiones e incertidumbre, consecuencia lógica de la sobre explotación laboral que se oculta mediante el discurso de la revalorización magisterial.
Han sido décadas donde a los docentes se les ha tachado de flojos, incompetentes, irresponsables, faltistas y demás adjetivos descalificativos. El desdén mostrado por los gobiernos y las autoridades educativas es palpable, la revalorización no llega y si acaso hay alguna llama que permita pensar que ahora sí podría darse, pronto se apaga dadas las condiciones en que se ofrece y se presenta. De esta manera, la revalorización docente de ayer y hoy no resultan muy distintas, pese a lo que los discursos gubernamentales pretenden hacernos creer.
En este sentido, no basta con aumentar 8.2 por ciento los salarios de los docentes, hace falta reconocer y remunerar sus jornadas de trabajo extra, dotarlos de los herramientas y los materiales necesarios para el desarrollo de sus tareas y actividades, mejorar la infraestructura de las escuelas, entre otras múltiples necesidades más.
Referencias
Autoridad Educativa Federal en la Ciudad de México. (2022). Catálogo y tabulador del personal docente de educación básica vigente al 1 de enero de 2022 https://www.aefcm.gob.mx/info_uaf/remuneraciones/archivos-2022/2022-09-21/14-DOCENTE-EDUCACION-BASICA.pdf
SEP. (1992). Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica y Normal https://www.sep.gob.mx/work/models/sep1/Resource/b490561c-5c33-4254-ad1c-aad33765928a/07104.pdf
____. (2008). Acuerdo por la Calidad de la Educación https://www.sep.gob.mx/work/models/sep1/Resource/103123/1/InformeACE1008.pdf
____. (2013). Reforma Educativa. Resumen ejecutivo https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/2924/Resumen_Ejecutivo_de_la_Reforma_Educativa.pdf
Poy, L., y Urrutia, A. (16 de mayo de 2023). Anuncia AMLO alza salarial de 8.2 % y mejora en las pensiones de maestros. La Jornada https://www.jornada.com.mx/2023/05/16/politica/005n1pol
[1] Con información del Catálogo y Tabulador de Sueldos del Personal Docente de Educación Básica vigente al segundo trimestre de 2022
[2] El primer programa que bajo un esquema de evaluación del desempeño, otorgaba estímulos económicos a los docentes que participaron de manera voluntaria
Fotografía: aristeguinoticias