Por: BRAIS FERNÁNDEZ. 05/03/2023
En el Plural de este número hemos querido plantear la cuestión de la estrategia y la organización anticapitalista de nuevo. Este de nuevo no es secundario. Hay dos razones que lo justifican. La primera es la obligación de pensar de forma permanente sobre estas cuestiones: hay mucho escrito, debemos estudiar, pero nunca está ya del todo escrito. Pensar desde dentro de una tradición, como decía Manuel Sacristan.
La segunda es que han pasado muchas cosas en los últimos años. El ciclo que se abrió en 2008 con la crisis financiera se expresó en una serie de experiencias sociales y políticas que han marcado la política global y que a día de hoy, con alguna excepción, han entrado en fase de agotamiento o han sido liquidadas por sus errores, por el transformismo o por la capitulación. Ya no queda nada del 15M, Podemos es ahora un partido de gobierno, Syriza ha ocupado el lugar del PASOK, la izquierda política ha desaparecido en Italia y en Alemania va por el mismo camino, en Portugal el gobierno social-liberal conquistó la mayoría electoral a costa de los partidos a su izquierda, en Catalunya el independentismo colapsó: hay razones más que suficientes para hacer balances y trazar nuevas perspectivas.
Hemos elegido una serie de temas que nos parecen importantes para volver a “recomenzar por el medio”, como le gustaba decir a Bensaïd, citando a Deleuze. Esta expresión no es baladí en este caso: nos hacemos cargo de todas las experiencias de estos años en las que hemos participado como parte de una corriente política militante, que siempre ha buscado el diálogo entre la tradición marxista abierta y los movimientos sociales y sindicales. Se trata, entonces, de trazar elementos que sirvan de puntos de partida, dirimiendo críticamente lo que sirve y lo que no, con el objetivo de avanzar en una nueva hipótesis estratégica revolucionaria.
Por eso hemos elegido una serie de temas que nos parecen particularmente importantes. En el primer artículo, quien escribe esta presentación trata de aproximarse a la cuestión de la constitución política de la clase trabajadora, relacionándola con la crisis y la dinámica de las formaciones sociales en las que desarrollamos nuestra práctica, para proponer un retorno a la primacía de la política.
En el segundo texto, Ánxel Testas aterriza en una serie de cuestiones derivadas de la necesidad de construir una organización política que contribuya a la construcción de un gran partido de la clase trabajadora y de las oprimidas. Son cuestiones que pueden parecer pequeñas, pero adquieren una gran importancia en la práctica real. Raras veces la izquierda política piensa sobre sí misma, sobre sus tics y sus costumbres. No hacerlo supone seguir como hasta ahora: “Que todo siga así es la catástrofe”, como decía Walter Benjamin.
Seguidamente, Julia Cámara aborda el debate sobre la situación de los movimientos sociales, su rol y su relación con un proyecto transformador anticapitalista. Es un debate extremadamente importante, en el que debemos comenzar a romper los clichés con los que nos hemos movido durante tanto tiempo, tendentes a idolatrarlos, mientras se producía un proceso contradictorio y ambiguo que generaba un nuevo campo de disputa hegemónica.
Laia Facet trata en su artículo la cuestión de la clase y la identidad, uno de los debates más candentes de la última década. Desde el reconocimiento de la centralidad de luchar contra todas las opresiones, este artículo traza una serie de pistas para abordar una relación de la cuestión desde la hegemonía de clase, que rompe con el pernicioso binomio entre las políticas de identidad, propias de las clases medias progresistas preocupadas por su ascenso social dentro del capitalismo, y el obrerismo rojipardo, que tras una retórica de clase solo esconde (y cada vez menos) el resentimiento cripto-fascista de los penúltimos contra los últimos.
Por último, Martín Mosquera retoma las intuiciones estratégicas de la Internacional Comunista sobre el frente único y el gobierno obrero, que nos ayudan a pensar las formas transicionales de lucha por el poder político. Siendo conscientes de las diferencias históricas, retomar los grandes debates sobre táctica y estrategia nos permite volver a poner en el centro la necesidad de pensar la cuestión del poder político y sus posibles desarrollos.
Esperamos que estos textos contribuyan al debate y, ojalá, al más que necesario diálogo entre las diferentes personas, corrientes, y espacios que aspiramos a organizarnos para superar el capitalismo. No pretendemos ocultar las grandes dificultades a las que nos enfrentamos las débiles fuerzas anticapitalistas, pero sí recuperar aquella actitud a la que aludía Ernest Bloch: “La actitud ante este algo no decidido, pero decidible por el trabajo y la acción mediata, se llama optimismo militante”.
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Fotografía: Viento sur