Por Güris J. Fry. ECO’s Rock. 16 de enero de 2021
Ceniza Negra (Sofía Quiros, 2019)
El primer largometraje de la costarricense Sofia Quiros resulta ser una obra fresca, afable y con un encanto reflexivo que no todas las óperas primas logran con la soltura expuesta aquí. Bajo un tono pasmosamente naturalista se explaya sobre un quid de alta complejidad como lo es el paso entre la vida y la muerte (o viceversa), y que a bien balancea con un tópico en primer plano tantas veces tratado pero pocas veces bien logrado: la adolescencia. El encadenado, pues, no podría ser en apariencia más sencillo, claro, pero a bien sabemos que esta etapa –y estos temas– en el desarrollo de cualquier persona son de una envergadura mayor cuyos matices, todos, son retratados con fineza sobre formas y manías que van de lo dramático a un delicado tono de realismo mágico. El resultado es una obra madura y a su medida inquietante que no intenta por medio alguno vendernos la nostalgia y regresarnos a esos años de juventud para una revitalización masiva y consumista, sino exponernos como eternos estudiantes de las experiencias de un cambiante mundo que siempre se ha mantenido y mantendrá bajo una misma regla universal: habrá de llegar un fin.
Ubicados en un pueblo regional del caribe, con la naturaleza cercando los pasos de sus habitantes, conocemos a Selva, una chica adolescente que vive con su abuelo y la pareja de este en una pequeña y humilde choza: un ligero espacio, un pequeño universo donde los despertares de nuestra protagonista se irán dando de una manera por demás habitual; con dudas, enojos y disyuntivas en el camino. Como personaje atemporal es educada de la misma forma, sin padres y con la sabiduría tradicional de seres mayores que si bien no captan del todo el mundo moderno sí se reconocen en este y no se dan por engullidos. Su guía no es pues la voz de otro tiempo sino la del tiempo mismo, como lo sería reconocernos dentro de la naturaleza como parte de algo más grande y no solo dentro de un ejercicio de autodescubrimiento… Las fronteras que despliega Quiros son muy franqueables, cierto, pero no requiere de más para hacernos explorar el miedo, el dolor, la perdida y el resarcimiento de todo lo que la vida nos ofrece con cada paso y cada día. Su cosmovisión es sumamente clara.
Apoyadas de una colectiva voz femenina, Quiros delega la fotografía a Francisca Saez Agurto que con una naturalidad pasmosa nos hace estar ahí, en el mismo sitio que los personajes: no hay una barrera que nos divida; la puesta en cámara nos une. La dirección de arte hace su parte gracias a labor de Carolina Lett y tanto el Montaje de Ariel Escalante y la Música de Wissam Hojeij entretejen de forma invisible los trazos que con gran pericia y elocuencia controla Quiros. Logro aparte el que consigue con su dirección actoral pues ha elegido a no actores para esta película llevándolos a un punto de máximo verosimilitud. El caso de su protagonista es de asombro.
La Ceniza Negra de Sofria Quiros es, entonces, un pequeño retablo de nuestra sabiduría natural; aquella que aprendemos al andar en ese camino que todos surcamos y habrá de ir dándonos y quitándonos poco a poco en un sentido de justicia que nos parece impropio pero que tiene un cálculo exacto. No venimos, entonces, a este mundo por respuestas sino por misterios que nosotros mismos hemos de develarnos, ya sea en la ingenuidad o en la introspectiva imaginación. No dejamos nunca de ser entes virginales que buscan algo más allá que lo que nuestros cuerpos tocan. Para ejemplo esa maravillosa escena de las sombras en el último acto de la película: con tan pocos elementos visuales se ponen tantas cosas en juego logrando un candor y una belleza de altura. La Ceniza Negra de Quiros, al final, es una carta de presentación mayúscula que nos apetece seguir observando y explorando. Su manejo es simple pero profundo, vistoso y cordial que nos recuerda con una fuerte voz que a cada momento hemos de temer por lo que viene: por el incierto paso siguiente; el del otro día, el del otro año o el del otro instante. No obstante, eso siempre nos hará aprender para nunca dejar de hacerlo… Hasta el día de nuestra muerte no dejaremos de vivir como cualquier otro que esté postrado en esta tierra con nosotros. Somos –todos– uno en este mundo de paso.

Ceniza Negra de Sofia Quiros
Calificación: 3.5 de 5 (Muy buena).
Fuente: https://www.facebook.com/1598949577050090/posts/2809780079300361/
Fotografía: Google Images