Por: Angélica Enciso L. La Jornada. 13/07/2020
Ciudad de México. El programa de fertilizantes que opera la Secretaría de Agricultura (Sader) desde 2019, no define cuál es la población objetivo, no tiene padrón de beneficiarios y debe actualizar el diagnóstico sobre el problema que busca atender, indica la evaluación de diseño realizada por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Ante las observaciones presentadas, la Sader respondió que el Coneval presentó aportaciones poco viables debido a que el trabajo de campo del evaluador fue limitado, además de que los términos de referencia del Coneval tienen un proceso de planeación estricto, el cual no fue posible observar por coyunturas políticas imprevisibles, “el producto final de esta evaluación de diseño no necesariamente refleja de forma fehaciente todos los elementos considerados en el diseño del programa”.
El Coneval explica que en el diagnóstico del programa se plantea que el problema central que busca resolver es la baja disponibilidad de fertilizantes nitrogenados y fosfatados para los productores de maíz, frijol, arroz, café y caña de azúcar, lo cual ha contribuido a la baja productividad en el campo mexicano, ingresos precarios de los pequeños productores y una alta dependencia de los fertilizantes importados.
El objetivo es elevar la disponibilidad de este producto en las regiones de alta y muy alta marginación de Guerrero, donde se concentró la fase piloto, así como zonas de Morelos, Puebla, Tlaxcala y Estado de México. El apoyo es en especie para tres hectáreas o menos, y un máximo de 450 kilogramos ese año, para 2020 son 600 kilogramos y se ampliaría a Campeche, Chiapas, Guerrero, Quintana Roo, Oaxaca, Tabasco, Yucatán y Veracruz.
El Coneval indica que el programa no cuenta con padrón de beneficiarios, sino con un listado tipo padrón con información limitada, sólo se reporta el nombre del beneficiario, el municipio y el número de hectáreas apoyadas.
Agrega que en la planeación del programa de fertilizantes en su primer año “no consideró los elementos y escenarios reales y suficientes para propiciar un funcionamiento adecuado, de tal suerte que se enfrentaron a múltiples imponderables. Esta fue una de las causas fundamentales que provocaron protestas frecuentes e insatisfacción de buena parte de los solicitantes y, en específico, de los beneficiarios”.
Menciona que debe contar con información sistematizada sobre la demanda total de apoyo para definir el perfil técnico y socioeconómico de los solicitantes, definir los ciclos agrícolas que se atenderá al productor, y manual de procedimientos para la entrega del fertilizante.
LEER EL ARTÍCULO ORIGINAL PULSANDO AQUÍ
Fotografía: La Jornada.