Por: Open democracy. 20/03/2022
El gobierno de Gabriel Boric arrancó su mandato el viernes 12 de marzo en medio de una gran expectativa ciudadana
Su recorrido desde que lideró las protestas estudiantiles en Chile en 2019 hasta que se posesionó el viernes 12 de marzo de 2022 como presidente ha sido meteórico. Salido de la calle, Gabriel Boric logró después de sólo tres años una votación histórica, con una ventaja de casi 12 puntos en segunda vuelta.
Su gobierno le apuesta a tres ejes: la protección del medio ambiente, la defensa de la pluriculturalidad y el enfoque de género. Así mismo, deberá cerciorarse de que la constituyente siga por buen camino y cumpla con las expectativas de las y los chilenos.
La esperanza que la ciudadanía ha puesto sobre el mandato de Boric es grande. Se percibe en las calles de Santiago y ya se ha denominado boricmanía. Con frases como “no le tengan miedo a la juventud para bailar este país” Boric logró movilizar a suficiente gente como para alcanzar el puesto más importante de su país. Pero cumplir con sus promesas y probar que Chile puede tener un joven presidente de izquierda radical exitoso en un país que inventó el neoliberalismo cuyas élites llevan décadas dominando la política será complicado.
La popularidad tiene un componente generacional puesto Boric con 36 años es el presidente más jóven de Chile y cuenta con un comité político, sus compañeros de ruta, compuesto en su mayoría por personas jóvenes y mujeres. Así, asume su mandato con proyectos ambiciosos, una constituyente en desarrollo y muchos retos por delante.
Medio ambiente, todo es urgente
En materia ambiental Boric tendrá que enfrentar varias urgencias, como por ejemplo definir el rumbo de proyectos como el de la polémica minera Dominga, en la región de Coquimbo; también tendrá que decidir cómo manejar las grandes piscifactorías de salmón como la de Australis en Puerto Natales.
Boric ha dejado claro que para él la cuestión ambiental es prioridad y que será transversal en su gobierno
Boric ha dejado claro que para él la cuestión ambiental es prioridad y que será transversal en su gobierno. En particular, el tema del agua será clave, ya que en Chile hay ríos que han reducido su caudal en un 90 por ciento en las últimas décadas. Así mismo, el agua es un tema definitivo en la Convención Constitucional; el 22 de febrero de 2022 la comisión de la Convención aprobó que el Estado se haga cargo de tareas que hoy cumplen las industrias sanitarias. A esta perspectiva, se suma que el 3,53 por ciento de las comunas del país están bajo decreto de escasez hídrica hoy en Chile, y 184 municipios han sido declarados bajo extrema falta de agua. Boric tendrá que definir cómo resolver esta situación, que se dio por la sobreexplotación y sobre otorgamiento de aguas en Chile.
El agua, además, tiene sus propias aristas legales en el país austral. Por un lado, el Código de Aguas, una iniciativa legal en el Congreso de 2011, y la Ley de glaciares. Por otro lado, el gobierno Boric, con su poder legal para decidir qué temas se llevan al Parlamento, deberá tomar posición sobre cómo manejarlos. Esa posición será delicada porque ambos proyectos tocan áreas sensibles para el establishment. El primero afecta al sector agroexportador, el principal consumidor de agua del país, con 72 por ciento. El segundo apunta a la minería; varios proyectos mineros como Pascua Lama fueron cancelados debido a la protección de los glaciares.
De Boric se esperan medidas radicales para frenar los daños y dar la pelea contra el Cambio Climático, pero deberá enfrentarse a fuerzas poderosas asentadas en el país desde siempre. Sus primeros pasos serán decisivos para su credibilidad, y de fracasar podrían incluso afectar el proceso constituyente, que centra gran parte de su atención en temas ambientales.
Género, grandes promesas
Una de las banderas más visibles de la campaña presidencial de Boric fue la agenda de género.
Dentro de sus postulados se comprometió a reparar los daños de gobiernos anteriores a las mujeres trabajadoras, rediseñando los subsidios laborales con un enfoque en el trabajo femenino y los trabajos de cuidado. Así mismo, prometió apoyar el aborto legal, libre, seguro y gratuito en el país y ofrecer una educación sexual a toda la población en un país de fuerte tradición católica y conservadora. Finlamente, aseguró que su gobierno será un gobierno feminista; este último punto ya comenzó a cumplirlo, con un gabinete presidencial donde 14 de sus 24 componentes son mujeres.
De cumplir todas sus promesas con las mujeres chilenas, Boric mostrará el rumbo para una región, donde la equidad de género dista aún mucho de ser una realidad
De cumplir todas sus promesas con las mujeres chilenas, Boric mostrará el rumbo para una región, donde la equidad de género dista aún mucho de ser una realidad. Además, en 2021, según la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres, hubo 73 femicidios en el país, un reto importante también en este aspecto para Chile y para la región entera donde el machismo goza aún de mucha implantación social.
Pluriculturalidad, una nueva idea del territorio
En su acto de posesión, Boric dejó claro que su interés por defender los pueblos originarios de Chile y crear una sociedad pluricultural es real; asistió a la ceremonia junto a varios representantes de pueblos originarios en el palacio presidencial de La Moneda.
Junto a su esposa, Irina Karamanos, recibieron uno por uno los buenos deseos y peticiones de los siete pueblos originarios de Chile en una acto privado en la sede del Ejecutivo.
En Twitter, el mandatario publicó que “generar un trabajo intercultural y una nueva relación entre el Gobierno y los pueblos originarios es vital para la construcción de un Chile justo y digno”.
Así, con actos simbólicos, Boric comienza su proceso hacia una nueva concepción del territorio como plurinacional, donde buscará poner en el centro temas como el respeto, el diálogo y la participación de todas y todos los chilenos.
Este eje transversal de su mandato es trascendental para su éxito, ya que en Chile tiene que resolverse el histórico conflicto por las tierras ancestrales
Este eje transversal de su mandato es trascendental para su éxito, ya que en Chile tiene que resolverse el histórico conflicto por las tierras ancestrales que el Estado no ha podido solucionar, y que recientemente ha vivido una escalada de violencia. Esta es una pelea que lidera el pueblo mapuche que inició en 1990 y que, a la fecha, no percibe ninguna salida que permita a los pueblos originarios gobernar soberanamente en sus territorios. El sangriento conflicto en la Araucanía y el manejo de la intervención del ejército y del estado de excepción serán una prueba de fuego inmediata para el joven presidente.
Un gobierno a prueba
Un reto grande al que se enfrentará Boric es que gobernará sin la mayoría en el Congreso. Tendrá que negociar con una Cámara de Diputados muy fragmentada entre facciones y con muchas diferencias ideológicas. Tendrá que sentarse a dialogar en medio de fuertes presiones de parte de quienes lo apoyan y de sus adversarios. Consciente de esa realidad, Boric dijo en su discurso tras el triunfo en las elecciones que los avances requerirán grandes acuerdos.
Otro reto será lograr mantener el apoyo de la coalición que lo subió al poder, la Coalición Apruebo Dignidad, que es la alianza entre el Frente Amplio, su partido, y el Partido Comunista. Sin embargo, en la campaña del balotaje tuvo que ampliar su base de apoyo, moderar su discurso y mirar hacia la centro izquierda y esto lo obligará ahora a dialogar con muchos actores para poder conservar su apoyo.
Una cuestión decisiva será cómo se relaciona con el empresariado. Boric tiene el desafío de envíar señales positivas al poderoso sector privado, a las empresas, a los mercados financieros, naturalmente escépticos y a la expectativa. Deberá asegurarles que las medidas que propone para reformar el país serán graduales. Esas medidas incluyen aumentar los impuestos y transformar el sistema pensional, hoy en manos privadas.
Boric va a necesitar mucho dinero. Sin embargo, como gran parte del mundo, después de la crisis de Covid-19 Chile, y de la incertidumbre causada por la guerra en Ucrania, vive en un frenazo económico. El nuevo presidente tendrá que maniobrar para encontrar recursos que permitan dos cosas: que ejecute su programa y que el pueblo chileno salga de la crisis con menor desigualdad de la que entró.
Finalmente, y tal vez el tema más importante de su mandato, está la convención constituyente. En el segundo semestre de 2022 será sometida a un plebiscito en el que las y los chilenos decidirán si se adopta o no. Esto es clave para Boric porque el proyecto de la constituyente se formó tras el estallido social y, si se aprueba, podría cambiar, además, la forma en que se gobierna y se distribuye el poder en Chile.
Boric encarta grandes expectativas, pero las resistencias al cambio serán enormes. Quizás el entusiasmo y la energía de su juventud, y el apoyo popular obtenido en primera instancia, sean las principales bazas para esta batalla histórica que será observada con muchísima atención en toda la región, y más allá.
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Fotografía: Open democracy