Por: Camila del Ángel Hernández (12 años). 07/10/2020
Un día, Aurora cumplía años, así que le compraron una patineta.
A los días siguientes empezó a practicar, pero no lograba hacer ni una vuelta, entonces empezó por lo más sencillo, pero no dejaba de intentar hacer las vueltas. Pero un día se cayó y se la llevaron de emergencia. No podía creer que se lesionó un brazo, su familia le dijo que tenía que guardar reposo, lo que significaba que no podía seguir practicando.
Se deprimió y mientras estaba en una camilla, una chica se le acercó y le habló:
- ¡Hola! ¿Así que te gusta la patineta? -dijo la chica.
- Sí, pero por ahora la dejaré… -dijo Aurora.
- ¡Cuando mejores te enseñaré! -dijo sonriendo la chica. Entonces la chica ya se iba cuando Aurora le gritó:
- ¡Me llamo Aurora! -dijo sonriendo.
- ¡Y yo Sofi! -dijo la chica, emocionada.
Después de eso, Sofi siempre iba a visitarla, mientras Aurora se recuperaba. Pasaron unos meses cuando por fin la dieron de alta. Siempre se reunía con Sofi para que le enseñara uno que otro truco.
Un día Sofi estaba sentada viendo a Aurora practicando cuando… ¡Aurora estaba haciendo una voltereta en el aire!
Sofi, sorprendida, felicitó a Aurora, quien también estaba sorprendida. Después de unos años ese dúo fue imparable, tanto que llegaron a las finales nacionales, fortaleciendo cada día su gran amistad y ellas solo hicieron una cosa… ¡No se rindieron!
Fotografía: Freepik.