Por: Camila del Ángel Hernández (12 años). 03/03/2021
Hace años, vivió una familia muy feliz. Contaban con un papá, muy atento con todos, una mamá, que era una señora bondadosa y dos hijos; el menor llamado Pablito, el cual era muy apegado a su hermano mayor, de nombre Pancho, el cual era un niño desobediente que no le importaba casi nada; era un sinvergüenza.
Como Pancho era tan desobediente, todos sus días acababan con una anécdota diferente. Un día cualquiera Pancho se subió a una rama de un árbol y por más que le dijeron que se bajara, no hizo caso y solo se oyó el tremendo golpe Y sólo se escuchó el tremendo golpe que se dio no crean que le pasó algo malo sólo se le fue el aire y lo regañaron, pero no significa que ya no dejaría de ser desobediente.
En otra ocasión, mientras caminaban por un puente pancho en busca de diversión se subió al barandal del mismo, aunque sus padres le dijeron que no, le dio igual y sólo se escuchó el golpe que se dio.
Otra anécdota fue cuando estaban caminando en una banqueta. Pablito ignoraba por diversión a sus papás en eso, sus padres les dijeron que se esperaran en la esquina, pero sólo Pablito escuchó; Pancho pasó como si nada, en eso pasaba un carro a toda velocidad, lo bueno fue que Pablito reaccionó y lo jaló hacia él antes de que una tragedia pasara.
Pasaron años y Pancho seguía sin hacer caso y de colmo llegaba tarde a casa, sus papás ya cansados sobre el comportamiento de Pancho deciden contarle una leyenda muy popular en sus tiempos y en puntilla Aldama, que era la Puerca de los cien puerquitos.
Cuenta la leyenda que en la calle Lázaro Cárdenas, del barrio Tepito, a una cuadra de la escuela, hay un puente y la calle que le atraviesa está completamente oscuras y ahí es donde luego pasa la Puerca de los cien puerquitos, aunque nadie sabe qué pasa si la ves.
Pasaron los días y Pancho pensó que era una broma de mal gusto de parte de sus papás y decidió no hacer caso sobre esa leyenda. Un día cualquiera al término de la escuela se fue a jugar con sus amigos a las canicas, pero misteriosamente no ganaba, se hicieron las 6 de la tarde y él siguió jugando, aunque los demás ya se querían ir. Pasaron las horas y sus amigos se iban de uno en uno hasta que se quedó solo él, se quedó frustrado, enojado porque no lo esperaron y no había ganado como de costumbre, así que agarró sus cosas y se fue directo a su casa, pero como ya era noche decidió pasar por el puente en donde se aparecía “la cerda de los 100 cerdos”, así le decía Pancho en tono de burla.
Pasó muy tranquilo aunque no se veía nada sólo estaban él y la oscuridad… ¡Ah!, y un tercero… ¡¿ un tercero?! El ambiente se volvió pesado, el miedo se apoderó de Pancho, no podía moverse, no sabía qué hacer, cuando se fue visualizando mejor vio que era todo un ganado de puerquitos que seguían a una cerdita, aunque tenían una apariencia peculiar que era que se veían desgastados. En eso pancho cuando iba a correr, mágicamente se convirtió en uno y lo dieron por desaparecido. Pasaron los días y seguían sin encontrar a Pancho.
La familia no se rendía y buscaba día y noche a Pancho, el que más lo buscaba era su hermano menor Pablito que no perdía la esperanza.
Le preguntó a medio pueblo si lo hubieran visto, decían lo mismo: No. La familia estaba muy decepcionada, pero Pablito los animaba. Las horas pasaron muy rápido y ya le habían preguntado a todos sí lo habían visto, aunque sólo quedaba una casa…
Pablito era el único que buscaba por la noche ya que su familia estaba cansada. Última casa no se veía nadie afuera, así que tocó la puerta, pero nadie contestó. Cuando ya se iba a ir se escuchó la puerta abrirse y una voz muy desgastada:
– ¿Qué quieres?
– Mi hermano se perdió y quería saber si lo ha visto.
– No
Se escuchó como cerró la puerta de golpe, pero Pablito volvió a tocar y el señor volvió a salir.
– ¿Y ahora qué quieres?
– Ayúdenme a buscar a mi hermano, ¡por favor!
– ¡Qué insistente eres! ¿Cómo es tu hermano?
– Es robusto, tiene el pelo negro como sus ojos.
– Vi a un muchacho así, caminando por el puente, hace días.
– ¡Muchas gracias!
Pablito solo salió corriendo, el señor sólo entró a la casa sabiendo lo que iba a pasar.
Pablito pasaba por el puente muy oscuro gritando el nombre de su hermano, caminaba con miedo y desconfianza; cuando llegó al inicio del puente todo estaba oscuro y el escenario parecía mudo. Aun así, comenzó a pasar el puente observando todo a su alrededor y gritando el nombre de Pancho.
- ¡Pancho! ¿Dónde estás? -dijo desesperadamente.
En el otro extremo del puente se veía una sombra de un… no se le encontraba forma de un humano, para ser sinceros. En eso Pablito sintió mucha alegría pensando que era su hermano y salió corriendo para abrazarlo.
- ¡Hermano! -gritó muy feliz pero un poco extrañado.
En eso una voz se escuchó:
- ¡Corre! -dijo Pancho todo debilitado.
En eso salió la Puerca de los cien puerquitos, que ser una simple leyenda se volvió realidad. Pablito intentó correr, pero ya era demasiado tarde. Solo vio como se hacía chiquito y se convirtió en un puerquito ¿Un lado positivo? Ahora estarán Pancho y Pablito juntos por siempre…
Fin.
Fotografía: Chiquipedia