Por: Francesco Ricci. 26/11/2024
Introducir el socialismo en las luchas y construir el partido obrero de vanguardia capaz de ganarse a las masas para el proyecto comunista. Esta fue la principal actividad de toda la vida de Karl Marx quien, como recordó Engels en su funeral, fue «ante todo un revolucionario. Contribuir al derrocamiento de la sociedad capitalista y del Estado que esta ha creado, contribuir a la emancipación del proletariado moderno (…) esta era su verdadera vocación». Esta insistencia de Engels sobre el verdadero Marx, el militante, el dirigente del partido, en el que «el científico no era ni la mitad de Marx»1 es más actual que nunca en nuestros años, donde muchos, desde la burguesía hasta el reformismo, han intentado transformar al «Moro» (como lo llamaban sus amigos) en un «filósofo» para hacer inocua la teoría que elaboró junto con Engels y otros militantes cuyos nombres no recordamos. Una elaboración que no se dio en una “torre de marfil” sino participando activamente en las luchas del proletariado con el objetivo de instaurar el poder de los trabajadores (la dictadura del proletariado) como paso ineludible para eliminar con la sociedad dividida en clases la explotación, las guerras, la miseria y las opresiones.
La teoría marxista, desarrollada en las décadas siguientes por el bolchevismo (que lo convirtió en el instrumento de su propia victoria en Octubre de 1917) y luego por el trotskismo –el marxismo de nuestra época– sigue siendo el arma más mortífera contra un mundo capitalista que avanza rápidamente hacia la barbarie.
Pero si la revolución es «el freno de emergencia» que hay que tirar para evitar terminar en el barranco, según la imagen de Walter Benjamin2, ninguna revolución puede ser verdaderamente victoriosa sin la teoría marxista.
Esta revista, dedicada entonces a la teoría marxista, se distingue de las otras porque está escrita por militantes y no por académicos: y porque está dirigida, en primer lugar, a militantes y activistas, trabajadores y trabajadoras, jóvenes comprometidos no sólo con saber sino con conocer para hacer, en lucha para intentar construir un mundo mejor que este.
León Trotsky, otro gran militante revolucionario, que también dedicó toda su vida a la lucha y que por lo tanto no tenía mucho tiempo libre, escribió en su autobiografía: «las ganas de estudiar nunca me han abandonado»3. Esto porque para los revolucionarios el estudio de la teoría marxista no es un pasatiempo sino una necesidad. Estudiar la historia del movimiento obrero, marcada por victorias y derrotas (ambas llenas de lecciones para hoy), analizar aspectos teóricos aparentemente abstractos, filosóficos, significa dotarse con las lentes para analizar la realidad actual y poder transformarla.
Si con esta revista logramos apasionar a viejos y nuevos lectores por la teoría viva (precisamente el «marxismo vivo» de nuestra revista), y hacerles comprender la utilidad práctica de la teoría, habremos logrado nuestro objetivo.
Como habrá notado cualquiera que lea estas líneas, Marxismo Vivo, que existe desde hace décadas, cambia.
No cambia el nombre, pero cambian varias cosas. Cambia el formato: menos libro y más revista. Cambia la gráfica, con el uso de fotografías. Cambia (al menos en parte) la redacción (un caluroso agradecimiento a los compañeros y compañeras que nos precedieron en este trabajo). Sobre todo, cambia, en parte, el perfil de la revista.
El proyecto, ambicioso, es ampliar el círculo de nuestros lectores, yendo más allá de los actuales lectores habituales, más allá del perímetro de los militantes y simpatizantes de la LIT (de los cuales esta revista continuará siendo el órgano teórico). Intentaremos abordar, de manera rigurosa pero también clara y accesible, temas que sean útiles no sólo para la formación y el debate de los militantes de la LIT, sino que puedan ser útiles también para otros activistas.
Este número, que continúa la antigua numeración, es en realidad casi un número cero. A partir del próximo número presentaremos más innovaciones que estamos evaluando.
Entre las novedades estudiadas: secciones fijas, más reseñas de libros publicados en el último período, pero también artículos dedicados al redescubrimiento de los «clásicos» del marxismo, guías bibliográficas de los temas, glosarios de los conceptos claves del marxismo, mayor espacio para los debates y polémicas teóricas con otras corrientes…
Y mucho más. También basado en críticas y sugerencias que los lectores de este número quieran hacernos llegar escribiendo a nuestra redacción al e-mail [email protected]
Y llegamos ahora a una breve presentación del contenido de este número.
A la espera, como dijimos, de ampliar las secciones e introducir otras, este número se compone de cuatro de ellas.
La primera sección contiene artículos sobre temas centrales de la actualidad política, abordados no desde un punto de vista informativo sino tratando de ofrecer herramientas para un análisis en profundidad. Aquí encontramos un extenso dossier sobre el tema más candente de la lucha de clases mundial: Palestina y la heroica lucha de décadas contra el sionismo.
Florence Oppen (Estados Unidos) abre el dossier con una síntesis de las posiciones de nuestra Internacional sobre este tema. Sigue un artículo de la activista palestina Soraya Misleh sobre la historia del sionismo. Fabio Bosco (militante, como Soraya, del PSTU brasileño, activo desde hace muchos años en la lucha por Palestina) profundiza en la historia y las posiciones de las principales corrientes del movimiento de resistencia palestino. Alejandro Iturbe (Argentina) desarrolla una polémica con las principales posiciones expresadas por la izquierda sobre este tema. El extenso dossier se completa con una cronología (nuevamente de Florence Oppen) y una pequeña guía bibliográfica de Ángel Luis Parras (Estado español).
En esta rica primera sección también encontramos un ensayo de Parras sobre otro tema central de reflexión para los marxistas: la trama entre crisis-guerras-revoluciones.
La segunda sección contiene artículos sobre la historia del movimiento obrero y la teoría marxista. En este número se dedican dos ensayos a los 100 años de la muerte de Lenin: uno, del autor de estas líneas, está dedicado al tema de la conciencia revolucionaria en Lenin; mientras Gustavo Machado (Brasil) aborda la concepción leninista del imperialismo. Completa la sección un ensayo de Fabiana Stefanoni (Italia) sobre la concepción materialista de la historia, sobre las falsificaciones que de ella se han hecho y sobre cómo esta concepción es vital para comprender, entre otras cosas, la cuestión nacional.
La tercera sección de la revista, en este y en los próximos números, estará dedicada a debates y polémicas con otras posiciones políticas y teóricas. En este caso, traemos un artículo de Joana Salay (militante del PSTU brasileño) sobre las tesis de Domenico Losurdo, referente teórico de diversas corrientes neoestalinistas.
La revista finaliza con reseñas de dos libros publicados recientemente. Flor Neves (Portugal) reseña el libro publicado por la sección portuguesa de la LIT con motivo del 50° aniversario de la Revolución de los Claveles; mientras Javier Fernández Barrero (Brasil) presenta el libro, recién publicado, de Roberto Herrera Zúñiga (El Hombre del Clima y la Mujer de Lot) sobre la izquierda en Costa Rica y Centroamérica.
No nos queda sino desearles una buena lectura e invitarlos a hacer conocer esta revista en sus lugares de trabajo o de estudio.
- ENGELS, F. “Discurso ante la tumba de Marx” (1883) https://www.marxists.org/espanol/m-e/1880s/83-tumba.htm ↩︎
- BENJAMIN, W. Sobre el concepto de historia (1940). ↩︎
- TROTSKY, L. Mi vida (1929). ↩︎
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Fotografía: Lit-ci