Por: Carabina 30-30. 25/07/2016
El frágil reinado de Elba Esther.
La situación económica y social de los docentes cambia luego de 1989.
De la pobreza y de ser parte de la “clase baja”, a la par salarialmente de amplios sectores de la clase obrera industrial, en poco tiempo obtienen considerables incrementos salariales (del más del 100%); decenas de miles de créditos hipotecarios blandos; plazas con estabilidad salarial (base); posibilidad de ascender a través de un mecanismo para hacerlo (y de control) llamado “carrera magisterial”; y otras prestaciones como 90 días de aguinaldo y otras. De acuerdo con la sociología burguesa arribaron a la clase media. Según la sociología marxista, en estos años se convirtieron en un sector privilegiado de la clase trabajadora.
La clase obrera mexicana, la que tiene un empleo formal y está afiliada al IMSS, el 70% de ella, no gana más de tres salarios mínimos, es decir, la enorme mayoría percibe alrededor de 6 mil pesos mensuales. Es evidente que los maestros, en su inmensa mayoría, reciben mucho más que eso.
En esta notoria mejoría material está el mayor secreto de la dominación de Elba Ester en el SNTE. Recordemos a la maestra de la escuela república de Camerún que hemos citado en la fase histórica anterior. Ella no quería ni revoluciones, ni movimientos ni marchas, sólo quería ganar más, comprar más, cansarse menos… No le importaba si había poca o mucha democracia en su gremio. Esta profesora es representativa de los maestros en esta fase. La mejoría material adormeció el ánimo de lucha de cientos de miles.
La burguesía y sus intelectuales percibieron un gran peligro para su dominación con el movimiento de 1989. Un año antes ya habían pasado por el trago amargo de tener que consumar un descarado fraude electoral para imponer a Carlos Salinas en la presidencia, lo que generó un proceso pre insurreccional que fue abortado gracias a la claudicación del candidato opositor, Cuauhtémoc Cárdenas, que prefirió ser burlado (junto con el pueblo mexicano) a desatar un movimiento popular que luchara consecuentemente por el respeto al voto. Coadyuvaron al fraude los empresarios, la Iglesia católica y hasta el cubano Fidel Castro, presente en la toma de posesión de Carlos Salinas de Gortari en 1988.
La burguesía prefirió hacer concesiones materiales profundas a un sector significativo del proletariado –los docentes- y no tener que enfrentar una insurrección, como se vislumbraba con los grandes movimientos de 1988 y el año siguiente.
El SNTE se sale del PRI
Hubo luego del movimiento de 1989 un cambio en la decoración de las oficinas sindicales: “no sobrevive ni un solo escudo de Vanguardia Revolucionaria –VR-, ni una sola foto de Jonguitud; en unas horas se hizo la limpieza completa. La flamante secretaria general Elba Ester Gordillo (EEG) afirma que VR ya no existe.”
Esta anécdota que encontramos en el libro “De las aulas a las calles”, ilustra cambios importantes en el sindicato nacional. El SNTE, antes de 1989, era un cuerpo del PRI. Durante su II Congreso Nacional Extraordinario se formalizó su salida y se quitó toda alusión a VR en el Estatuto sindical. El aparato electoral del SNTE se independiza del PRI, surge el PANAL que vende su clientela al mejor postor: ora al PRI, las más de las veces al PAN. Y este año al PRD en el DF.
Los charros toman (algunas) banderas de la CNTE
“Gran parte de los acuerdos del congreso extraordinario del SNTE [de enero de 1990] descobijan a los democráticos: sus banderas de lucha por años han sido tomados por el comité nacional [del SNTE]”, escribió Arturo Cano en el libro que venimos citando.
“Tales son, por ejemplo, ‘las líneas rectoras’ aprobadas para la modificación de los estatutos. En las ‘líneas’ están las propuestas que la disidencia magisterial ha hecho desde el MRM (1956-1960), hasta la CNTE. Así, aparecen puntos como el manejo transparente y la redistribución equitativa de las cuotas sindicales, la proporcionalidad en los órganos de dirección, la no afiliación masiva a partidos políticos, el ‘enriquecimiento’ de la democracia interna y, sobre todo, la legalización de espacios de acción sindical hasta ahora ‘anti estatutarios’ como el pleno de representantes de escuela o centro de trabajo.
“En lo que toca a asuntos económicos, se recupera la estrategia de los democráticos no docentes: la recategorización, el despegue real entre categorías, la rezonificación, la homologación y un sistema de promociones horizontal y automático.”
Los charros comparte el SNTE con la oposición
El movimiento de 1989 tumbó a Jonguitud y a VR, pero no barrió a todo el charrismo, cuya dominación continuó en el SNTE, aunque tuvo que compartirlo con la oposición, a la que le entregó algunas parcelas del poder. En la misma crónica recién citada, Arturo Cano reportó que en tal congreso es electo al CEN del SNTE Gabriel Aguiar Ortega, de la sección 40, de Chiapas, para ocupar la secretaría de relaciones nacionales. “La 40 ha oscilado entre su militancia en la Coordinadora y una relación muy cordial con el comité nacional.”
Hildebrando Gaytán, PPS, recibió un hueso, lo mismo que Miguel Alonso Raya, del PRD, al que le dieron la secretaría de promociones económicas.
Juan González Neza fue designado secretario de organización, que abarca a las secciones 9, 10, 11, 43 y 36. “Es miembro del CNTE y uno de los principales dirigentes de la sección 11, la más grande del país.”
Ideología cardenista-amlista
En la crónica de Paco Ignacio Taibo, de los 13 profesores entrevistados en 1989, 11 habían votado un año antes por Cuauhtémoc Cárdenas (CCS) y otro se había abstenido. Luis Hernández registró que “después del 6 de julio de 1988, una enorme cantidad de maestros se volvieron cardenistas” y lucharon contra el fraude electoral de ese año. “La CNTE hizo un acto de protesta contra el fraude con CCS como orador central.”
En 2006 y 2012 esa masa magisterial votó por López Obrador, continuador del cardenismo.
Predominan los métodos burocráticos
Un charro que se reconoció como machista, a quien le “cuesta aceptar que tengamos una secretaria general”, pidió al congreso del SNTE de enero de 1990 que, “puestos de pie, con un aplauso enérgico y fuerte, demos el voto” por Elba Ester Gordillo –EEG- para secretaria general. Esté método de elección por aclamación de la persona previamente ungida, ya ni la burocracia del PC chino lo usa. EEG propuso otro igualmente charro o burocrático: “la secretaria general pide que la votación sea nominal y obtuvo 650 votos de un total de 797.”
Este tipo de votación en la que puede saberse por qué candidato (a) vota cada persona es igualmente charro ya que la exhibición del voto puede inhibir la libertad de sufragio. Si alguien no vota por “el bueno (a)”, entonces puede hacerse acreedor a represalias.
Los métodos que usaban los maestros de la Sección 9 eran distintos. Usaron el voto secreto para elegir a representantes, en los que recayó la dirección de esa sección en esos años. En el libro citado se narra que “quedaron sólo dos [candidatos]. Uno por los radicales y otro por los moderados, Daniel Sandoval y Juan Calvo. Comienza el largo proceso del voto secreto, no sin que antes los dos candidatos hagan su propia autovaloración frente al pleno.” “En buena lid, fuera de toda duda, resulta electo Daniel Sandoval…” Esto fue el 13 de julio de 1989.
Coexisten en esta fase los dos métodos, aunque predominan los burocráticos.
Por ejemplo, en un artículo de esta a época escrito por Aideé Tassinari en nuestro periódico, El Socialista, se denuncia que en el II Congreso nacional extraordinario del SNTE, de febrero de 1992, se rechazó el principio de proporcionalidad para designar cargos en la dirección del sindicato. Se resolvió que aquella planilla que tuviese el 51% de la votación ocupe el 100% de los puestos.
También aprobó la medida burocrática de extender dos años la presidencia de Elba Ester.
El PRD cohabita con los charros
Ya hemos dicho que los charros del SNTE le dieron algunos huesos a los maestros opositores y que los primeros tuvieron que aceptar que algunas secciones fuesen dirigidas por los segundos. También hemos registrado que en este periodo ocurre una transformación económico-social de este enorme sector de la clase trabajadora mexicana, que se vuelve parte de la aristocracia obrera (la mayoría de ella, no toda). Pues bien, ocurre un fenómeno más, muy importante, y es que una buena parte de esos activistas y militantes del PRD y de otras organizaciones de izquierda se convirtieron en funcionarios sindicales que se burocratizaron, es decir, que obtuvieron todavía más privilegios a costa del ejercicio del poder sindical. Muchos de ellos se convirtieron en un estrato corrupto, afín a las autoridades, desmovilizador de las protestas de su base. Son también la correa de transmisión de partidos como el PRD, cada vez más neoliberal. En los hechos son un nuevo enemigo de la base magisterial que deberá de barrerlos, lo mismo que a los charros. En la sección 22 a estas camarillas de burócratas se les conoce como “grupos de interés”.
Divorcio entre el gremio y familias
A diferencia de otras fases en las que los docentes fueron los “intelectuales orgánicos” de los campesinos, es decir, los líderes de las comunidades o de los barrios, en esta fase este papel ya no lo jugaron la mayoría de maestros. Tal vez también los maestros han abusado de la suspensión de clases. Salvo excepciones, las familias de los escolares poco apoyaron al movimiento magisterial y en ocasiones hasta llegaron a enfrentarse unos y otros. Este es un hecho sumamente preocupante para el movimiento y al que habrá que remediar en la actualidad.
Eclipse del movimiento obrero
Ya dijimos que a partir de 1983, luego de dolorosas derrotas, el movimiento obrero industrial cayó en un largo reflujo que ya tiene más de 30 años. Este es un factor adverso que debemos tomar en cuenta y que repercutió en el movimiento magisterial y lo sigue haciendo. En la fase histórica anterior, dijimos, el movimiento obrero fue la vanguardia de las luchas populares. La influencia ideológica, política y metodológica de los obreros era indiscutida. Por ejemplo, ya vimos que la CNTE copió su estrategia de democratizar el SNTE a los electricistas de la Tendencia Democrática, que lucharon ejemplarmente en la década de los 70s.
El que no exista un movimiento de la clase trabajadora industrial dejó a la CNTE sin una brújula obrera. Así, en ocasiones desarrolla métodos que no son los de nuestra clase. Por ejemplo, las huelgas magisteriales son diferentes a las huelgas obreras. Estas últimas son con ocupación de instalaciones, con banderas anarco-comunistas, guardias en ellas y con la consecuente información, difusión y agitación sobre el barrio en que están asentadas. Los paros o huelgas de la sección 22 no son así porque los profesores no acuden a las escuelas y simplemente las cierran. De esta manera no hay siempre manera de saber si los paristas o huelguistas están en actividad o si descansan en sus casas (salvo que se pase lista de asistencia en los plantones). Este método elimina la información a las familias, vecinos y comunidades y las asambleas con ellos. De más está decir que debilita al movimiento docente.
El movimiento ha tomado como una realidad natural el que la clase obrera industrial esté postrada y no tiene política para ayudar a ésta. No existe el hábito y la práctica de acudir a los establecimientos fabriles o de servicios a informar a los trabajadores y a incitarlos a la organización y la lucha.
Fuente: http://www.30-30.com.mx/historia-del-magisterio-ii-el-fragil-reinado-de-elba-esther-1989-2013/
Fotografía: carabina30-30