Por: La Calle Central. 16/02/2020
Los movimientos magisteriales en nuestro país han sido motivados históricamente por la lucha por la educación pública, por el respeto a los derechos laborales y por el reconocimiento de la labor del maestro como agente del cambio social. Páginas se han escrito de esta lucha. El SNTE y la CNTE han sido de una forma u otra los actores principales sobre quienes han recaído esta responsabilidad ideológica de encabezar estos movimientos. Los métodos de lucha han sido diversos. Desde marchas, paros, huelgas, hasta negociaciones empañadas de la sombra de la corrupción. El SNTE acusado de charrismo y la CNTE de manifestarse a través de métodos radicales.
El último movimiento magisterial nacional fue en contra de la reforma educativa pasada, la cual ya quedó derogada con la actual reforma de la 4T. Desde este panorama pareciera que la actual quietud de los maestros refleja una resignación o un consentimiento expreso de que todo marcha bien en materia educativa. Sin embargo la falta de las leyes secundarias claras de la propia nueva reforma y de una ruta determinada hacia un nuevo modelo educativo dicen todo lo contrario. La nueva escuela mexicana es solo el discurso de una utopía, es algo que existe solamente en el imaginario del gobierno pero no como una política pública. El magisterio no debe desistir de ese compromiso ideológico de luchar por una educación pública democrática, plural e inclusiva. No en este momento histórico que debe ser aprovechado por el magisterio para sembrar las bases de un verdadero modelo educativo mexicano.
Sin embargo pareciera que es en las Escuelas Normales donde estos momentos radica la última resistencia de la defensa de la educación pública. Esto vale la pena analizarlo porque es precisamente en las Escuelas Normales donde se forman los nuevos docentes que se integrarán tarde o temprano al sistema educativo. La Normal Rural de Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero volvió a ser noticia nacional en estos días después de su reclamo y desalojo en la puerta del Palacio Nacional. Los estudiantes normalistas ya no reclamaron la aparición de sus 43 compañeros desaparecidos, movimiento que por cierto fue perversamente politizado. Ahora reclamo fue precisamente por las leyes secundarias de la reforma educativa. La desaparición del escenario político de la CNTE y la sumisión del SNTE a nivel nacional nos hacen ver que la última resistencia magisterial radica en las Escuelas Normales, es ahí donde para bien germina la semilla de la defensa de la educación pública en México.
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Fotografía: YouTube.