Por LEF Marcelo de Jesús Aburto García. 11 de noviembre de 2019
La creatividad implica trabajar de forma precisa en la creación, identificación, planteamiento y solución divergente de un problema. Perkins dice que los individuos creativos trabajan con una constancia y esfuerzo que muchos llegarían a considerar irracional, implica riesgo al considerar ideas nuevas, supone flexibilidad.
El pensamiento creativo debería considerarse como un punto central en el contexto de la enseñanza escolar regular, por otro lado, la creatividad está relacionada con los términos de arte, proceso, habilidad, cualidad, descubrimiento; todo esto enfocado a aportar algo nuevo, es sinónimo de innovación, imaginación, originalidad, invención, intuición y descubrimiento, la creatividad es la habilidad de dar vida a algo nuevo.
En un contexto personal la creatividad significa audacia para tomar caminos nuevos, es una actividad que ha permitido al hombre crear los medios con los que ha progresado constantemente a través de los siglos. Su impulso actual se debe a su importancia como canalizadora de las capacidades humanas, ya que, en la gran mayoría de los casos, ser creativos permite enfrentar y resolver los retos que la vida moderna pone enfrente.
Creatividad es la capacidad de ver nuevas posibilidades y hacer algo al respecto, cuando una persona va más allá del análisis de un problema e intenta poner en práctica una solución, se produce un cambio. Implica ver un problema, tener una idea, hacer algo sobre ella y tener resultados positivos.
La realidad es cambiante, cada día tenemos que adaptarnos a demandas que se alejan de los objetos que nos planteamos. Hemos sido educados en un enfoque que nos invita a ver los objetivos ajenos al contexto, despersonalizando el aprendizaje y otorgando al proceso de enseñanza/aprendizaje una mirada enfocada más a los resultados que el disfrute del camino. Cuando solo se piensa en llegar, olvidamos que el camino también es una escuela.
La improvisación más que una técnica es un paradigma, una forma de mirar la educación, aprender a crear un ambiente fluido en el aula, así como juegos y actividades recreativas, nos permiten relacionarnos con los alumnos de manera creativa y espontánea. Es sobre todo un modo de articular conocimientos, emociones, actitudes y encuentros educativos, es uno de esos aprendizajes que tienen que ser vividos para poder ser enseñados.
Se trata de que los alumnos encuentren un espacio de calma y seguridad emocional, de que el maestro fomente la creatividad del grupo y el amor por el aprendizaje, fortalecer la idea de que todos somos un equipo.
La adecuación de una sesión y el tipo de pensamiento de quien lo implementa o de quien lo observa, por ser un cambio radical, muchas veces es satanizado, si bien debemos respetar el orden y estructura de nuestras unidades didácticas, se sabe que cada uno de nuestros estudiantes tiene formas diferentes de aprender, inteligencias múltiples (Gardner). Por ende, tengamos en cuenta que cada alumno es un mundo y como tal, es cambiante, en estado de ánimo y disposición al trabajar, es por eso que muchas veces nos vemos en la necesidad de realizar un ajuste en alguna de nuestras actividades, que nos permita mantener el curso de nuestra clase y la búsqueda de nuestros objetivos.
Cuando citamos la palabra adecuar o improvisar, pensamos directamente en que es la vía más rápida para salir de la dificultad que se nos presenta en alguna de nuestras actividades, sin recordar que el pensamiento creativo debe ser también trabajado para lograr los resultados esperados, el analizar el problema, pensar en alguna estrategia y ejecutarla, es una tarea que implica precisión, debe ser oportuna y totalmente eficiente.
Hay un momento en el que hay que detenerse, la experiencia demuestra que cuando surgen dificultades en resolver un problema o en generar una idea, abandonar el tema es esencial, esto no quiere decir que se olvide el tema, sino que se olvide el tema por un momento y se trabaje con alguna actividad o estrategia que nos permita regresar y retomar el camino, tal vez esto nos permita encontrar puertas que no habíamos notado, nuevos puntos de vista, nuevas estructuras, relaciones, conexiones y posibilidades.
Si una idea no se implementa no sirve de nada, no existe diferencia entre tener una idea y no hacer nada con ella, a no tener una idea.
Nota: el LEF Marcelo de Jesús Aburto García es egresado de la Licenciatura en Educación Física de la Benemérita Escuela Normal Veracruzana “Enrique C. Rébsamen”.
Fotografía: aljorda.blogspot