Por: Nelson Maldonado-Torres. Iberoamérica Social. 26/07/2017
La re-existencia es una irrupción que envuelve el pensamiento, la acción, el sentir y la percepción.
Habría también que interrogar el significado del arte dentro del mundo moderno/colonial. A veces se piensa que el arte, en sí mismo, es una forma de resistencia ante el mundo moderno y su fijación con la ciencia y la técnica. Se trataría de una afirmación del sentir estético y de la apreciación de lo bello por encima de la lógica utilitarista y funcionalista de la modernidad. Sin embargo, hay que interrogar la medida en que esta misma definición del arte como estética (distinto a la ciencia y a la ética) y como dimensión privilegiada de expresión de lo bello es ella misma no solo parte del mundo moderno, sino que también impone una limitación a cualquier esfuerzo de re-existencia. Y es que la re-existencia no se hace siguiendo formulas o a manera de manifestaciones discretas que obedecen a la forma en que el mundo ha sido seccionado de antemano. La re-existencia es una irrupción que envuelve el pensamiento, la acción, el sentir y la percepción.
Una razón por la cual la re-existencia se impone como tema crucial al confrontar la modernidad es que la misma se caracteriza no solo por el privilegio de la ciencia y la técnica, sino también y quizás de forma más fundamental por la negación de existencia de sujetos, artefactos, y grupos humanos considerados como no-modernos (primitivos o salvajes, por ejemplo). Esta negación de existencia no es inofensiva y tampoco solamente metafórica.
Fotografía: Agenda Antofagasta