Por: Promotora Asamblearia Pilares, Cultura y Deporte CDMX. 18/10/2023
El 30 de septiembre pasado, numerosas figuras beneficiarias del ahora subsistema educativo Pilares, antes programa del gobierno de la ciudad de México, fueron notificadas de su baja por medio de un correo electrónico, que se justifica en una numeralia y bajo el argumento de no cumplir con los objetivos del programa dentro de los cuales extiende una lista sin evidenciar sustento. Hasta ahora se conoce que la mayoría de bajas correspondieron al área de Autonomía Económica (90 figuras) y sobre todo en las secciones territoriales del sur.
Semanas antes ya se rumoraba de echar a cerca de 400 beneficiarios de Pilares bajo orden del director Javier Hidalgo. Esto en medio de una modificación institucional donde ya se habían recortado cerca de 200 docentes de ciberescuela para este año, en cambio, se agregaron varias figuras de subcoordinadores que cumplen la función de supervisores, con ingresos mayores, aunque menores a los del LCPO, pero de igual modo sin ser necesario corresponder a un perfil comunitario. Es decir, mayor control institucional, lo que contradice la idea de “comunidad”, que debería de construirse desde las bases y no desde la verticalidad autoritaria, bajo un esquema en muchos casos, fuera de cualquier empatía, dónde se les levanta una nota informativa a las figuras al menor motivo.
Otra modificación importante es el traspaso de las figuras beneficiarias llamadas Monitores a Participación Ciudadana; en su sentido original, éstas eran las encargadas de apoyar el funcionamiento de los Pilares, no obstante, hoy se han dicho que no son de utilidad en Pilares pero se les ha aprovechado en Participación Ciudadana para hacer trabajo proselitista y trabajo de difusión bajo jornadas abusivas y en condiciones de irresponsabilidad institucional. La generalidad de los monitores y muchos equipos estamos inconformes con este cambio que ha desamparado a muchos espacios de Pilares quienes eran enlaces con la comunidad.
También otro hecho fue que el año pasado, la dirección ya había pedido la renuncia de varios Líderes Coordinadores de Proyecto Operativo (LCPO), que son los jefes directos por espacio, esto lo justificó igualmente bajo un supuesto incumplimiento, no obstante, aunque el papel de los LCPOs a nivel general es muy cuestionable, está decisión obedeció más a las facciones internas existentes que realmente apegarse a los objetivos de trabajo y educación comunitarios. Hoy se rumora que así mismo la dirección los quiere sustituir con los subcoordinadores.
Al cuestionar a varios mandos de la institución sobre las bajas de beneficiarios, éstos han mencionado que ya se habían dado advertencias a las figuras aludidas respecto a su situación y riesgo de baja, pero en la realidad la mayoría ha recibido está notificación por sorpresa.
Es importante destacar que en una reunión de hace aproximadamente un mes del director con los LCPOs, como una práctica bastante corporativa, éste les pidió nombres de figuras que ellos consideraran deberían ser dadas de baja del programa, se desconoce el nivel de determinación de este hecho en las bajas finales, pero destacamos que el criterio de muchos LCPOs gira más en sus intereses que en la comunidad, esta medida contrasta también con varias exigencias realizadas en ocasiones anteriores de parte de los equipos de pilares, comunidades o figuras de bajas a elementos que han tenido malas prácticas o incluso han cometido delitos en contra de su comunidad, alguna figura o usuario. Perfiles que no corresponden a los que los objetivos de la educación y trabajo comunitario son los que ocupan la mayoría de jefaturas o son beneficiarios protegidos que ellos conservan en los Pilares.-
No se debe ignorar que esté recorte ocurre dentro de la coyuntura electoral a la que Pilares no ha sido ajeno. Hemos denunciado cómo de diversas formas se nos ha usado y empujado a participar en actos proselitistas, en muchas ocasiones bajo la amenaza de baja. Aún con ello, bajo el compromiso de continuar el trabajo comunitario además de obvias necesidades económicas, muchas figuras hemos participado, esto lo exponemos para conocimiento general como forma de denuncia y protesta.
En teoría el presupuesto para este año ya estaba aprobado para la cantidad de figuras beneficiarias, ¿qué pasará entonces con el dinero que “sobra”? Siempre se nos ha insistido en que no hay presupuesto, incluso varios pilares no tienen luz o agua, casi todos no tenemos insumos más que de limpieza. En estas condiciones se les exige a las figuras que cumplan con unos objetivos que no sólo responden a una lógica vertical y cuantitativa neoliberal, sino que además, con un sistema de registro (SIRI) que falla y no sirve como verdadero indicador de resultados, con talleres donde los jefes dicen que hay que hacer recolección de PET para sacar fondos para requerimientos que a veces suman más de $1000 pesos, e incluso lo quieren para ayer, todo esto refleja el tipo de insensibilidad y desconexión con la realidad del trabajo comunitario; ya antes habíamos señalado esto para los talleristas de Cultura Comunitaria. Este tipo de situaciones desgastan a figuras que tienen un verdadero compromiso, prácticamente no existe ninguna figura que no haya puesto de su bolsa para insumos, aparatos, herramientas, equipo, etc., que deberían de haber sido abastecidos por la institución, aún cuando también tienen el peso de la economía de sus familias, por si fuese poco, incluso cuando
Ya anteriormente Javier Hidalgo se había distinguido por ser un operador político en el Instituto de la Juventud del otrora DF, implicado en el desvío de recursos y acarreo político cuando él estaba en el PRD. Hoy en Morena, al frente de Ponte Pila y Pilares es de esperarse cuál es su papel. En casos pasados hemos denunciado el despotismo, abuso e incumplimiento de parte del Instituto del deporte de la CDMX (Indeporte) -que también dirije Hidalgo- sobre sus figuras, destacamos de igual forma casos de acoso sexual y violencia de parte de mandos superiores que no fueron atendidos así como falta o retraso de pagos.
Mandos de Pilares hablan de que “estamos” construyendo el subsistema, sin embargo, esa construcción es en realidad vertical y hasta ahora tanto docentes como talleristas hemos dedicado vastas críticas pedagógicas y de diversa índole a las actividades que ha impuesto o presentado la institución, así como a su característica improvisación e incoherencia, poniendo atención a rimbombantes eventos y descuidando los espacios más necesitados. La dirección del programa cacareaba a las figuras que gracias al paso a subsistema y al impulso a Sheinbaum, las figuras íbamos a ser reconocidas como trabajadores. A la fecha eso no ha pasado. Todo lo contrario, continúa la incertidumbre laboral con un esquema de outsourcing gubernamental y abuso proselitista, donde las demandas y exigencias llegan a oídos sordos que se paran el cuello con nuestro trabajo. Una educación digna pasa también por la dignificación de quienes trabajamos en ella.