Por: Efeminista. 02/12/2024
La violencia digital se ha convertido en una de las formas más frecuentes de violencia machista, en ella, los agresores usan las tecnologías para ejercer control, daño y abuso sobre las víctimas. Aunque es menos visible que otras manifestaciones de violencia, su impacto es devastador, y afecta principalmente a mujeres, adolescentes, niñas y personas LGTBIQ+.
Este tipo de agresión socava la privacidad, la seguridad y el bienestar emocional de las víctimas, transformando el entorno digital en un espacio hostil.
En el ámbito de las relaciones de pareja, la violencia digital puede manifestarse mediante la distribución no consensuada de imágenes íntimas, a través del control de los dispositivos móviles de las víctimas, pidiendo contraseñas bajo el pretexto de “confianza” o, en casos más graves, con la instalación de dispositivos de vigilancia en el hogar.
Del acoso en línea al cyberflashing
Fuera de las relaciones de pareja, el acoso en línea es otra forma de violencia digital, especialmente preocupante entre adolescentes. Los agresores emplean redes sociales y aplicaciones de mensajería para hostigar, acechar, humillar o amenazar a las víctimas. Además, la práctica de enviar imágenes sexuales no solicitadas, conocida como “cyberflashing”, es una agresión cada vez más frecuente que genera incomodidad, violación de la intimidad y una profunda sensación de inseguridad.
En España, un 80 % de las mujeres ha enfrentado acoso en redes sociales, aunque muchas de ellas no denuncian, según el Instituto de las Mujeres. Pese a ello, los delitos relacionados con la violencia digital no han dejado de aumentar, según datos de los cuerpos policiales.
A nivel mundial, la ONU estima que el 23 % de las mujeres ha sufrido acoso en línea al menos una vez, y una de cada diez ha sido víctima de ciberviolencia desde los 15 años. En América Latina, aunque la falta de datos dificulta una comprensión completa de su magnitud, la Organización de Estados Americanos advierte sobre un incremento preocupante de estos casos en la región.
La lucha de Olimpia Coral contra la violencia digital
Un ejemplo emblemático de resistencia frente a esta violencia es el de la mexicana Olimpia Coral, quien fue víctima de difusión no consentida de un vídeo sexual por parte de su expareja. Esta agresión marcó un antes y un después en su vida, llevándola a emprender una lucha para que este tipo de violencia fuera reconocida y sancionada.
La joven impulsó la aprobación de la Ley Olimpia en México, un marco legal que ahora se ha replicado en países como Argentina y Ecuador, y que actualmente busca implementarse en Colombia.
“Aunque sea virtual, es real”, afirma Olimpia.
“Cuando eres sobreviviente de esta violencia, sientes que violan tu cuerpo con cada like, compartir o comentario. No solo viola quien publica el contenido, lo hacemos todos al interactuar con él”, explica.
En la actualidad, más de setenta expertas internacionales trabajan en la creación de una ley modelo para prevenir, sancionar y erradicar la violencia digital de género.
Distintas formas de violencia machista
Con motivo del 25N Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, lanzamos una campaña de videos y textos cuyo objetivo es visibilizar y explicar las diversas formas de violencia machista que afectan a las mujeres. A lo largo de esta serie, exploramos diferentes tipos de violencia, presentando datos, casos y testimonios que muestran cómo se manifiesta la violencia física, psicológica, sexual, digital, económica, institucional y vicaria.
Todos los videos de la campaña los podéis ver en la lista de reproducción de YouTube 25N | Manifestaciones de la violencia machista.
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Fotografía: Efeminista