Por: Jorge Salazar García. 8/01/2018
“Ante la realidad, soy capaz de concentrarme únicamente en ella y hacer
callar toda interferencia de pensamientos y sentimientos” (Klaus Barbi).
El epígrafe que encabeza este artículo, se dice, fueron palabras pronunciadas en alguna ocasión por Klaus Barbi; el oficial nazi encargado de las secciones IV y VI de la temible policía política de Hitler: la Gestapo. Dichas secciones fueron destinadas durante la segunda guerra mundial, a Lyon, Francia. En ese lugar, este despiadado asesino, entre otros horrores cometidos, fue el responsable de enviar a la muerte a 44 niños (con edades de 3 a 13 años) que secuestró del albergue de Izieu. Después de la derrota Alemana, este fascista, con la ayuda de los E.U. logró escapar exiliándose en Bolivia, país donde vivió haciendo negocios, torturando y asesinando con total impunidad, hasta su detención en 1987. El llamado “Carnicero de Lyon” es un ejemplo de cómo el país de la “democracia” (E.U) PROTEGE a los criminales que le sirven. La IMPUNIDAD, con su apoyo, para cometer matanzas, saqueos, secuestros, violaciones y torturas sobre cualquiera que rechace su sistema de vida está garantizada; por eso, muy pocos de esos criminales fascistas pagan sus crímenes.
El coloso del norte, para imponer títeres (militares y civiles) latinoamericanos, utiliza como sebo el dólar y como amenaza su fuerza militar. Los políticos corruptos así doblegados obedecen sin chistar las estrategias de guerra donde el enemigo a “suprimir” es todo aquel que se rebele contra el saqueo. Así lo hicieron Miguel de la Madrid, Luis Echeverría, Gustavo Díaz Ordaz, Fernando Gutiérrez Barrios, Ernesto Zedillo, Felipe Calderón; lo siguen haciendo Enrique Peña Nieto y ofrecen hacerlo también los candidatos MEADE y ANAYA. Ambos continuarán entregando vidas y haciendas al capital. Su lema parece ser “¡Abajo la inteligencia, viva la muerte!”[1] Su mundo ideal sería aquel donde terminar con la pobreza les permitiera, sin censura, exterminar a los pobres siendo niños: cuanto más pequeños mejor, por el costo.
Tanto para el viejo PRI como para el renovado (PAN-PRD) atender los reclamos de los trabajadores sería retroceder hacia una economía social generadora de pobreza. Asumen como credo político el mito empresarial de que primero debe hacerse más ricos a los ricos para que estos, después, desparramen la riqueza hacia los pobres. Hoy, a la luz del crecimiento de la pobreza, el brutal endeudamiento (11 billones) y la entrega de nuestros recursos naturales, esa falacia, se cae por sí sola. Esta exhibición cínica de ignorancia e insensibilidad aunado a sus estrategias militares para “convencer” iguala nazis con neoliberales.
Desgraciadamente para México, los salinas, foxes, calderones, duartes, peñas, zedillos y demás fauna neoliberal sólo conciben dos maneras para acallar el reclamo social y evitar brotes de rebelión: corrompiendo y matando. La primera se realiza a través de los programas de apoyo a clases marginadas, comprando votos, dando prerrogativas a partidos y organizaciones políticas; otorgando puestos, exención de impuestos, bonos extraordinarios, franquicias, repartiendo dinero a la prensa, radio y tv, etcétera. La segunda manera no tiene vuelta de hoja; es matando personas y esperanzas. Les pasa lo mismo que al oficial Hitleriano mencionado, para cometer FRAUDES ELECTORALES, ejecuciones, torturas, secuestros y desaparición de ciudadanos (43 de Ayotzinapa) son capaces de concentrase acallando toda interferencia de… sentimientos.
El modelo es una artimaña para premiar la avaricia; no sirve para generar un desarrollo sano, independiente y justo. La desigualdad es su esencia, los datos siguientes así lo muestran: en 1990 los ricos se apropiaban del 38 % del PIB y los pobres, del 10%. Para 2014, de acuerdo al investigador Miguel Angel del Castillo[2] el 1% de la población acumuló una riquezas similar a la del 95% de mexicanos. Durante el sexenio salinista más de 45 millones vivían en la pobreza, su existencia sirvió para justificar la necesidad de firmar el TLC (Tratado de Libre Comercio) que trajo más desigualdad y pérdida de soberanía. En este 2018 después de 30 años de mentiras: hay 55.5 millones de mexicanos más pobres que antes y las cifras de muertos, desaparecidos y encarcelados suman cerca de 200 mil: el dolor se multiplica exponencialmente. El modelo empresarial como gobierno es inhumano e incapaz de gobernar para todos y hace imposible la democracia.
Durante y después de este proceso electoral se deben unir resistencia para detener la muerte. Hay que entenderlo, el desprecio por la vida, mostrado por el fanático seguidor de Hitler, es el mismo que anima la mentalidad y el alma de los gobernantes actuales: fascistas y neoliberales tienen el mismo objetivo: imponer un sistema basado en el lucro y privilegio para pocos, empleando los mismos medios; la armas, la exclusión y el exterminio.
[1] Frase proferida por el general franquista José Millán Astray en la Universidad de Salamanca, frente a Miguel de Unamuno, durante la guerra civil española.
[2] Del Castillo Negrete Miguel; “La distribución y desigualdad de los activos financieros y no financieros en México”. investigador del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM). CEPAL. ONU. 2017.Págs. 7, 45, 46…
Imagen: Angel Salazar Méndez