Por: José Yorg, 20/01/2024
“Más que centrarse en la imagen del libertario, habrá que apuntar a las representaciones y las búsquedas que parte de la sociedad hace sobre él. La práctica política debe lograr definir el horizonte, ser creativa y reflotar la identidad propia. Pero sobre todo debe reconquistar el ánimo de un electorado que necesita salir de la apatía y la depresión, lugar en el que anidan los mercaderes del oportunismo. Debe reemprender una batalla cultural que conecte con la historia del campo popular”. Lucas Zalduendo.
Debemos-necesariamente-responder adecuada y revalorizando la justicia social a la arremetida “batalla contracultural” que fuera proclamada como un grito de guerra en Davos.
No es que sorprenda esta arremetida de estos “profetas del odio”, pues lo hemos dicho por medio de Don Arturo Jauretche desde su libro denominado de ese modo, que pinta de cuerpo y alma a estos destructores.
Pretenden plantear como “batalla cultural” lo que claramente es una “batalla contracultural”, usando giros lingüísticos de cuarta. Que quede claro: No es una “batalla cultural” como acción política la que emprendieron estos personeros, no, no, de ninguna manera, se llama “batalla contracultural” porque arremeten contra la cultura arraigada en el seno del pueblo, cual es la justicia social.
¿Qué es lo que atacan? Con el objetivo de esa acción contracultural vienen a despojar del imaginario que guarda el pueblo en su mente y en su corazón la cultura del compañerismo, de la fraternidad, de la cooperación, todo guiado por las tres banderas más vigentes que nunca: Independencia económica, Soberanía política y Justicia social para la felicidad del pueblo.
El capitalismo financiero global requiere de un pueblo contra-culturizado, requiere que el pueblo no tenga sensibilidad social, no tenga alma cristiana, despojado de su historia fraterna y, por tanto, prioriza el individualismo, el egoísmo y la mezquindad, como ideología suprema.
Pues bien, ubicados estratégicamente ante esta arremetida contracultural por parte de los “profetas del odio” que, naturalmente, carece de originalidad, más bien se regocija en la mediocridad al pretender revivir fantasmas del infierno ya condenados por la historia.
Y aquí, en este punto, resaltamos que esta proclama de Davos, atacando la justicia social, no debe, en modo alguno, caer en la indiferencia, o en la subestimación, pues cuentan con esas actitudes negativas para avanzar libremente en su histérica destrucción contra-cultural sobre lo común, el bienestar y justicia social y los valores y principios cooperativos.
Cooperativismo.
“Lo que en el fondo del drama argentino se debate es, simplemente, un partido de campeonato entre la «justicia social» y la «injusticia social”. J.D. Perón.
¿Qué debemos esperar desde el cooperativismo argentino de la proclamación de Davos?
Milei, maliciosamente pretende instalar una mala visión contra el avance del socialismo. Pero, ocurre que, precisamente, fueron los pensadores y reformadores socialistas del siglo XIX quienes impulsaron como remedio social y económico a las nobles cooperativas ante la arremetida del capitalismo en su fase industrial.
En Argentina, la cooperación está instalada en el alma del pueblo, así, la economía, la historia, etc., no se puede explicar sin explicar la influencia del cooperativismo.
Perón lo sintetizó muchas veces:
“La cooperativa es en pequeño lo que el Estado Justicialista piensa y quiere hacer en conjunto. Por esa razón, cuando algunos se preguntan por qué apoyamos el Cooperativismo, debemos contestarles que el Cooperativismo es el reflejo del Justicialismo”.
“Nosotros estamos dispuestos a prestar a la organización cooperativa la mayor de todas las cooperaciones, en todos los momentos y en todas las circunstancias, porque entendemos que la acción cooperativa puede solucionar el noventa por ciento de los problemas que se presenten”.
También Perón advirtió y señaló un camino estratégico y táctico político que debemos tener presente: “Primero, una buena organización, sin la cual no vamos a ninguna parte; segundo, un alto grado de capacitación, especialmente en los hombres dirigentes, sin que los realizadores de una cooperativa olviden que la capacitación de ellos es un gran factor de éxito, y tercero, una capacitación de lucha y una disposición a luchar todos los días para subsistir y para vencer en el campo gremial”.
¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!{
Fotografía: José Yorg