Por: LA PESTE. 06/07/2020
“¿Dónde armarás tu trinchera? ¿Cómo armarás tu barricada? ¿Cómo funcionan tus armas? ¿Quiénes son tus aliadas en combate? ¿A qué tipo de afectividad entregarás tu suerte? ¿Qué o quiénes están dispuestas a sostenerse con tu fuerza vital? ¿De qué afectos todavía seremos capaces?
Nadie sabe lo que los cuerpos pueden. Juntas”
Foucault para encapuchadas- Luddditttas SExxxuales
Desde el feminismo hemos aprendido que el haber nacido con determinado sexo nos ha impuesto asumir diferentes roles de género e incluso las expresiones de género a tener, a partir de nuestro sexo, sin embargo, en este transitar también hemos podido cuestionarnos nuestros afectos, nuestros amores y nuestro deseo. En ocasiones sentimos que este se construye de forma lineal, comenzamos a adherir a lugares comunes en los que comenzar a habitarnos, sin antes cuestionarnos nuestra propia experiencia ¿Y es que acaso estar siendo parte de las oprimidas en el sistema patriarcal debe negarnos nuestras experiencias individuales?
[El chek list del feminismo aún no está completo, suerte para la próxima].
Y no, aquí no queremos hablar de individualidad liberal y capitalista, queremos negar toda conexión con la individualidad que te separa y te aísla a partir de tu identidad, negamos connotaciones identitarias, pero abrazamos la manada fluida en pos de un nuevo mundo de los afectos libres, compañeros y amorosos. ¿Por qué no comenzar a construir el nuevo mundo que queremos ahora?
Muchas interrogantes comienzan a surgir cuando nos acercamos al feminismo desde la mujeridad, incluso podemos dudar de esta, podemos negarla, podemos aceptarla y reivindicarla, y desde nuestra perspectiva, todo es posible, siempre y cuando no neguemos las experiencias de les otres. Me nombro, te nombro, te acepto, me amo, te amo.
Aquí es donde surgen nuevas interrogantes ¿Cuál es la forma “correcta” en la que debo habitarme como ser feminizade?
Pensamos, que no hay solo una forma de habitar, este habitar no es estático ni lineal, sino que es fluido flexible y cíclico, a veces como una esfera y otras como un bucle. ¿Qué más bello que permitirse devenir muches, otres, todes y unx a la vez?
No es quien escribe más bonito si no quien siente más suave el caminar al andar- creemos en un caminar sobre bosques verdes y libres, con nubes y lluvia suave-. Creemos que es posible habitar otros sentires y quitarnos todos los esencialismos de la cuerpa-coraza, desnudar el alma para mirarnos adentro más allá de nuestra genitalidad. Sexo social y cultural, sexo-sexualidad. Hegemonías vinculantes, hegemonías territorializantes. El capitalismo es experto en apropiarse de lo que somos y de lo que queremos ser- ojo-.
Podemos partir con la frase de que “no somos centros de rehabilitación” pero es que acaso ¿por ser mujer debemos negarnos el cariño?
Creemos que las sujetas feminizadas y/o mujeres son agentes principales de su propio cambio, tenemos la posibilidad de decidir y de amar libremente más allá de las estructuras y es por esto que desde la posición de víctimas no nos vamos a parar y tampoco de seres especiales en este sistema patriarcal, no hay un ideal del afecto al que llegar, pues partimos desde la negación, partimos desde lo que no queremos, aunque no sepamos hacia dónde vamos. Nec spe nec metu.
Hay una línea que nos une sí, pero también muchas líneas que nos separan, y es que hay que estar claras que no todas somos iguales y no todas venimos del mismo nido, porque mientras unas volamos lejos, otras están encarceladas y otras disfrutan de tantos privilegios como no podríamos imaginar. La clase nos divide.
Si seguimos la línea de los afectos- para no irnos tanto a recorrer el espacio exterior- pensamos en el compañerismo, en la reciprocidad, en la amistad, en la compañía y en el apoyo mutuo. Muchos conceptos que históricamente en el anarquismo y en otras corrientes políticas se entendieron desde lo político militante formal, pero ojo, los afectos libres también son políticos y creemos que es el espacio político más radical del cual podemos partir. “Llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones”
Si seguimos en una lectura feminista, creemos que el rol de cuidados no es necesariamente una característica femenina ni maternal, entonces ¿porque nos vamos a negar ejercerla con nuestrxs afines? Confiemos en las decisiones de la otra, confiemos en su capacidad de acción, pues, así como no somos centros de rehabilitación, tampoco somos máquinas de guerra, y como animales libres podemos ir e instintivamente sentir el afecto por lamer las heridas de algunx compañerx de manada.
Macho/hembra, sociedad/cultura, Cuerpo/mente, mujer/hombre. Seguimos habitando binarios coloniales que no nos permiten aumentar nuestras potencias y comprendernos como seres completos.
No queremos imponer solo una forma de habitar los afectos, queremos abrir el espectro a muchas y a infinitas posibilidades, queremos romper con las lógicas del capital y de la moral cristiana de juzgar a la otra y al otre por sus decisiones, sino que permitirnos ser, todas en contra del sistema patriarcal capitalista, que nos quiere dormidxs y muertxs.
Nosotras queremos quemarlo todo, y construir nuevas formas, más profundas y amorosas. Pero queremos que esto sea ahora ya, no hay espacio para dudas, no hay culpa, solo una mecha encendida contra la normalidad.
Esto viene de adentro, del útero, del vientre, no va hacia ningún lugar, que corra donde pueda llegar, que lo queme todo.
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Fotografía: LA PESTE.