Por: Aldo Santiago. 02/05/2025
La lucha de las mujeres por el rescate de saberes ancestrales en la comunidad ayuujk de Santa María Tlahuitoltepec, resuena más allá de las montañas de la sierra norte de Oaxaca, donde trabajan para recuperar el derecho de nacer al calor del hogar, mediante prácticas de partería en armonía con su territorio y espiritualidad. Esa resonancia viaja por las ondas sonoras, a través de un podcast que amplifica sus voces y propuestas hacia otros oídos atentos en diversos territorios de México.
En esta comunidad, las mujeres ayuujk se reunen para dialogar sobre las formas de nacer que, por mucho tiempo, con la imposición de la medicina occidental, han sido relegadas a los hospitales donde se enfrentan a la violencia obstétrica mediante ceráreas innecesarias y la negación de sus derechos sobre sus propios cuerpos y la vida de sus hijos.
“Esa visión en donde ya no nos permiten nacer en nuestra propia casa, en nuestro propio territorio, es algo contra lo que estamos luchando en estos tiempos”, detalla para Avispa Mídia, Esther Martínez, joven ayuujk integrante de la organización Poj Kääj, la cual articula mujeres y parteras para el rescate de prácticas que conciben el parto como un acto de autonomía y conexión con la tierra.

La joven ayuujk relata que el reunirse para contar las historias de violencias obstétrica e institucionales es algo que antes no se podía hacer, debido a prejuicios y estereotipos alrededor del tema, por lo que su labor actual es proponer alternativas justas para la forma en que se nace y para dignificar la vida cotidiana de las mujeres. “Queremos volver a dignificar los nacimientos y también la vida de las mujeres, porque tener experiencias de violencia en los hospitales es algo que te marca en tu vida. Te afecta tanto física como mentalmente”, relata Martínez.
Ella cuenta que los cuidados colectivos que sostienen el nacimiento no se limitan al momento del parto, sino es un proceso tanto previo como posterior, el cual pese a ser parte de su cultura, y expresarse mediante rituales como los baños de temazcal y el cuidado con plantas medicinales, se está perdiendo, “porque se está dejando de nacer en comunidad”, asevera.

En este contexto, la joven ayuujk menciona que existe el cuestionamiento de su organización por cómo llevar la conversación a la esfera pública y a que más mujeres se pregunten cómo perder los miedos que el sistema ha impuesto alrededor del parir.
“Nosotras hemos encontrado que es a través de este apoyo colectivo, este cariño que se pone en el centro cuando una persona está parturienta y toda la familia, las amistades o la colectividad sostienen ese proceso”, comparte Martínez quien forma parte de la iniciativa “Periodismo de lo Posible”, un proyecto que ha producido el podcast narrativo “Oaxaca: Kaxë’ëjkën, parir al calor del hogar y del territorio”, mediante el cual se busca que las historias de las mujeres ayuujk generen conversaciones dentro de las familias de cómo nacían, cómo nacen ahora y cómo les gustaría volver a nacer
Mujeres organizadas
En Santa María Tlahuitoltepec, las mujeres han tejido una red organizativa que vincula sanación, autonomía y la defensa del cuerpo-territorio a través de los trabajos impulsados por la organización de Mujeres Poj Kääj. Desde el año 2011, esta articulación, ideada y promovida por las mismas mujeres, inició procesos organizativos, primero desde la radio comunitaria Jënpoj y, con el tiempo, a través de acciones con el objetivo de regenerar sus sistemas de vida ayuujk para habitar de manera digna su territorio.
Lilia Heber Pérez Díaz integrante de la organización relata que sus labores surgieron por la necesidad de acompañamiento legal, psicológico y de acompañamiento en general hacia las mujeres que habían sido violentadas en diversos ámbitos estructurales, en violencia doméstica e institucional. Por su parte, Esther Martínez, joven ayuujk quien participa desde 2022, detalla que el marco de esta organización es buscar el buen vivir para las mujeres para hacer frente a las violencias estructurales.
Por ello, además de impulsar la participación política de las mujeres y el autocuidado, retoman herramientas como la agroecología y las ecotecnologías, para tener una integralidad. “Es una forma de dignificar la vida de las mujeres. Como joven conoces a más mujeres que están haciendo estas luchas desde sus familias, desde sus hogares, desde sus territorios y es una forma de ir articulando con la vida comunitaria, porque aquí en la comunidad la vida pues se rige en base a una colectividad, a una vida comunitaria que es también la de los cargos comunitarios”, detalla Martínez.

Para la joven ayuujk, los logros de las mujeres Poj Kääj se perciben con la mayor seguridad de sus integrantes, quienes asumen la gestión y responsabilidades de los trabajos de la organización. “Estamos siempre dialogando, es un espacio donde ellas pueden decir lo que sueñan, lo que piensan, lo que viven. Ayuda mucho en la autonomía de las mujeres”, recalca Martínez.
Por su parte, Pérez subraya la importancia de colocar el tema del rescate de la partería que enarbolan las mujeres Poj Kääj y su difusión mediante el podcast para discutir el respeto hacia las comunidades y sus prácticas ancestrales ya que las instituciones, en este caso de salud, no tienen una visión de interculturalidad, ni la sensibilidad para comprender “lo que nos representa el hecho de nacer y de parir, pues es una cuestión totalmente distinta cuando te llevan a una sala de parto en donde te dejan ahí, sola totalmente, y que no tienes ningún ninguna forma de acompañamiento”.
Lilia Pérez apela a la descolonización del miedo impuesto a las mujeres, “por esa idea de otorgarle todo el tema de decisión sobre nuestros cuerpos a una instancia de salud, a un médico, a una institución. Reflexionar y ver también hacia nuestro futuro, cómo estamos dejándole y heredándole nuestras formas de nacer a a las futuras generaciones”.
La potencia de la narración
Todo este proceso organizativo de las mujeres ayuujk en Santa María Tlahuitoltepec también comparte en geografías distantes a través del podcast narrativo “Periodismo de lo Posible”. Este proyecto, creado por colectivos, organizaciones y comunicadorxs comunitarixs junto a periodistas, difunde historias de defensa del territorio e identidad desde las victorias de los pueblos en resistencia. “El podcast viene siendo una denuncia, pero también propone una solución a las formas de cómo nacemos y cómo parimos las mujeres”, explica Esther Martínez quien participó en su edición.

La lucha por recuperar la partería, centrada en el cuidado de saberes ancestrales, se amplifica en este formato sonoro para afrontar la violencia estructural y afrimar que las alternativas nacen del quehacer cotidiano. Impulsasdo por Quinto Elemento Lab, así como por las organizaciones Ojo de Agua Comunicación, La Sandía Digital y Entre Redes AC, el podcast parte del objetivo de que las historias sean contadas desde las propias comunidades.
Una característica clave es la articulación entre comunicadorxs comunitarixs, radialistas y periodistas con organizaciones y defensorxs de los territorios. A lo largo de un proceso formativo de un año, se generan espacios colectivs de aprendizaje con seminarios, campamentos y acompañamiento técnico y editorial, fortaleciendo narrativas propias desde la diversidad de saberes.
El podcast se propone también como herramienta pedagógica. Aranzazú Ayala, una de las integrantes del equipo, señala que buscan “enfocarse en los logros, en que hay cosas buenas, esperanza”, desafiando con ello las narrativas fatalistas que suelen dominar las coberturas sobre resistencias.
Por ello, el proyecto promueve círculos de escucha, clubes y guías didácticas, tanto en las comunidades participantes como en otros espacios urbanos. Así, las voces que narran sus luchas locales siguen resonando, tejidas con una diversidad de territorios en México.
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Fotografía: Avispa. Organización de Mujeres Poj Kaa A.C., Lilia H. Pérez Díaz y Mirna Borrego