Por: Briega. 09/05/2025
¿De dónde partimos?
La extrema derecha se expande a nivel internacional fortaleciéndose a través de una terrible escalada del uso del militarismo y las guerras, de un discurso sustentado en el racismo, la xenofobia, la misoginia, contra la diversidad sexual y las disidencias de género y ultracapitalista. Este autoritarismo impune se fundamenta en el odio y las divisiones, respondiendo a una estrategia reaccionaria para perpetuar la dominación de unos pocos y el mantenimiento de una sociedad de clases en la que se siga asegurando el estatus de poseedores y desposeídes.
A nivel estatal se dibuja un contexto similar. Actualmente vivimos una etapa en la que la izquierda parlamentaria necesita derechizarse en un intento por mantener su poder. Esto ha conducido a una limitación de sus reivindicaciones y a un pretendido mantenimiento de un estado del bienestar que, en momentos de crisis, es completamente imposible de asumir. En este escenario, la extrema derecha, a nivel estatal y local, se aferra a la cultura nacional y patriótica, victimizándose por los avances realizados para desmantelar los mitos del franquismo aún presentes. Sus principales estandartes son la preservación de la familia tradicional, rechazando cualquier tipo de disidencia sexual y de género, la criminalización de las personas migrantes, eludiendo que nuestros privilegios se sustentan en la explotación y colonización de otros territorios, y la propagación de mentiras que refuerzan la idea de que faltan recursos y sobran personas, ensalzando la falsa situación de prosperidad de generaciones anteriores.
El fascismo no es un capítulo más de la historia y los actuales movimientos de extrema derecha constituyen un grave obstáculo para el desarrollo de las luchas anticapitalistas. Sus consecuencias, además, pueden ser devastadoras, traducidas en un incremento de la violencia, las guerras y los genocidios, la propagación de bulos y mentiras, la pérdida de derechos sociales y políticos conseguidos, la persecución de las disidencias sexuales y de género, las mujeres o las personas migrantes, una gran crisis ecológica y ambiental, o la total precariedad de la vida, la falta de derechos laborales, y el acceso a una vivienda digna.
Aquí y ahora, los grupos fascistas callejeros, en crecimiento actual propiciado por medios de comunicación e instituciones parlamentarias suponen un polvorín para la población de cara a pelear los penúltimos contra los últimos. De esta manera, los fascistas blanquean los grandes poderes a la vez que enarbolan una falsa rebeldía que atrae a una juventud desencantada por la situación actual. Es necesario que les señalemos como lo que son, sembradores de odio entre iguales y defensores de la gente poderosa.
Luchar contra el fascismo en Cantabria
En Cantabria, la existencia de grupos minoritarios fascistas no ha sido un problema en sí sino una consecuencia directa de esta deriva nacional e internacional autoritaria, pero es innegable que hoy en día se puede apreciar su crecimiento y su capacidad para hacerse notar en el espacio público a través de la normalización de un discurso fomentado y apoyado por los medios de comunicación, las instituciones y en las redes sociales. Luchar contra el fascismo en Cantabria no puede reducirse solo a dar respuesta a estos grupos, pero nuestra experiencia antifascista ha demostrado que tampoco por ignorarles van a desaparecer. Así, en septiembre de 2024, nos unimos como cada año para frenar el Galerna Fest, un festival fascista impulsado por la extrema derecha en Cantabria, que en su última edición contó con el apoyo de otros grupos fascistas y neonazis internacionales. En esta ocasión, logramos difundir nuestro rechazo a dicha convocatoria e impedir en gran medida el carácter público del acto, a través de una multitudinaria manifestación antifascista que demostró que juntes, organizades y decidides, podemos enfrentar el fascismo y ganar. Esta victoria no responde a un juego entre grupos “de signo contrario”, sino a la lucha por un mundo de todes y para todes. Es así como nace Las calles contra el fascismo.
Las calles contra el fascismo
Somos un espacio plural y heterogéneo de unidad, acción y solidaridad combativa en el que no nos vamos a quedar de brazos cruzados. Desde el antirracismo, el feminismo, la diversidad sexual y la disidencia de género, o el ecologismo, así como desde la defensa de la memoria de quienes sufrieron y/o lucharon contra el fascismo, apostamos por la solidaridad y la colaboración.
Las calles contra el fascismo necesita crear alianzas diversas y por eso os invitamos a crear juntes una respuesta organizada a cada atrevimiento fascista en nuestro entorno local. No debemos olvidar que quienes luchamos contra la reacción fascista ante un capitalismo actual que la necesita, seguimos siendo muches y seguimos saliendo a las calles cuando la situación lo requiere. No debemos perder esto de vista para no caer en el hastío y retomar el entusiasmo y la vitalidad antifascista.
No buscamos protagonismos, buscamos alianzas. Porque la única respuesta a la violencia fascista es la acción. Nos organizamos como asamblea y podéis contactar con nosotres en el correo electrónico [email protected], así como acudiendo a las reuniones cuyas convocatorias difundiremos junto a nuestras acciones. Os esperamos para acompañarnos en la lucha antifascista. Porque no vamos a retroceder en ninguno de nuestros derechos. Esta vez la historia no puede repetirse.
¡NO PASARÁN!
ADJUNTAMOS VERSIÓN CORTA DEL MANIFIESTO DE PRESENTACIÓN EN CASTELLANO, ÁRABE, FRANCÉS E INGLÉS. PODÉIS AYUDAR EN SU DIFUSIÓN TANTO COMO OS SEA POSIBLE
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Fotografía: Briega