Por: Témoris Grecko. Tomado de su perfil de Facebook. 15/01/2021
Si el caso Pío López Obrador-David León señaló los límites de la voluntad de la lucha anticorrupción de este gobierno, el rescate y ahora exoneración del general Salvador Cienfuegos marca con muro llameante la frontera de la autonomía del Estado y de la 4T.
Los militares están -siguen estando- por encima del poder civil y de la Constitución. El pacto no escrito vigente desde la salida del último presidente militar, Manuel Ávila Camacho, en 1946, por el que los civiles han podido detentar el poder político sin interrupciones por ya 74 años, garantiza la libertad de acción del Ejército y su impunidad.
No vivimos en una dictadura pero sí en un Estado bicéfalo, con una cabeza grande que son los tres poderes institucionales, y una cabeza chiquita pero mordelona que es la de los generales.
Da igual quién gobierne: PRI, PAN, Morena.
Entre otros asuntos, esto anticipa que poco van a poder hacer para llamar a cuentas a los militares corruptos, socios del crimen organizado y violadores de los derechos humanos. Malas noticias para la justicia en casos como Ayotzinapa y Tlatlaya.
Malas noticias para todos.
Que vergüenza, para la nueva Fiscalía General de la República, comenzar su andadura lamiendo las botas de los soldados.