Por: Rodrigo Bernardo Ortega. 11/05/2025
El trigo ha sido un cultivo fundamental en la historia humana, surgió hace aproximadamente 10.000 años en la región de Mesopotamia (la Creciente Fértil), donde los primeros agricultores domesticaron variedades silvestres. Con el tiempo, el cultivo se expandió por Europa, Asia y África, adaptándose a diferentes climas y mejorando genéticamente. El trigo ha sido clave en el desarrollo de las civilizaciones antiguas complejas, como Egipto y Roma. En América el trigo fue introducido con los colonizadores europeos desde el siglo XVI, y se adaptó rápidamente a las condiciones climáticas de varias regiones, convirtiéndose en un cultivo importante en muchos países.
Colombia, es un país ávido consumidor de trigo, pues cada habitante consume alrededor de 22 kg por año, es un hecho notable que más del 98% de los colombianos comen a diario un producto con trigo en diversas formas como pan, pastas y galletas. Este consumo representa cerca del 5.5% del gasto de los colombianos en su canasta básica. Por eso resulta sorprendente que el 99.7% de las 1.9 millones de toneladas anuales que consume Colombia de trigo sean importadas, casi exclusivamente de EE.UU. y Canadá.
No siempre fue así, pues en la época de la colonia se distinguían dos zonas productoras de trigo: al sur en el departamento de Nariño, y en el centro en los departamentos de Cundinamarca y Boyacá. Se registra que para 1950 había cerca de 145.000 hectáreas de siembra, mientras que en la actualidad se calculan menos de 6.200 hectáreas, una caída de más del 95% en la producción del cereal.

Ilustración 1 Campesinos cultivando trigo en Boyacá
Para desentrañar lo que sucedió debemos mirar al norte, a Estados Unidos. Desde 1930 la sobreproducción de granos en EE.UU, impulsada por subsidios e industrialización en el programa del New Deal, llevó a que éste buscara mercados en el Sur Global. En el marco de la Guerra Fría empezaron las grandes donaciones de trigo a países subdesarrollados, incluyendo Colombia. Esto incrementó el consumo de trigo en Colombia, reemplazando productos tradicionales como el maíz y creando dependencia de las importaciones.
La producción local empezó a disminuir de manera lenta pero continua desde la mitad del siglo. Para 1974, se sembraba ya solo el 31% de lo sembrado en 1950. El gobierno colombiano intentó proteger el sector triguero mediante políticas de producción de alimentos, eliminando subsidios a las importaciones y aumentando los precios internos. Sin embargo, la importación de trigo estadounidense continuó, creando conflictos de rentabilidad para los pequeños y medianos productores colombianos.
Con el comienzo de la década de los noventa llegó también la apertura económica, los agricultores de trigo, que ya enfrentaban dificultades por las importaciones, fueron doblemente afectados, con una disminución en la producción del 60 al 70%. En 1995, varios molinos cerraron y otros sufrieron pérdidas significativas. Otro golpe a la industria local vino con la liquidación del Instituto Nacional de Abastecimiento (INA) que regulaba las importaciones y distribuía el trigo a los molinos.
Llegados el nuevo milenio, la producción nacional representaba el 5% del consumo, lo que terminó prácticamente con todo el cultivo, fue la firma de Tratados de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos y Canadá. El TLC permitió que Estados Unidos mantuviera sus subsidios, mientras que Colombia tuvo que desmontar el Sistema Andino de Franjas de Precios, impactando negativamente cultivos como el maíz, la soja y el trigo, esto es a todas luces competencia desigual.

Ilustración 2 Disminución de la producción de trigo en Colombia, FENALCE (2017)
Pero para acabar de extinguir toda posibilidad de recuperación, en julio de 2024 se conoció que el gobierno colombiano extendió las exenciones tributarias a los insumos del sector agropecuario y añadió el trigo a la lista de productos exentos.
Ahora el trigo tiene arancel 0%, lo cual profundizará la dependencia del trigo norteamericano y por ello el ya menguado 5% de producción, se acerca actualmente al 4%.
Tristemente esta historia es común a todo el sur global. El economista y profesor tunesino, Fadhel Kaboub, explica como Europa, Estados Unidos, Canadá y Australia, llegaron a dominar la industria mundial de los cereales. La forma en que estos países protegieron sus industrias agrícolas obligó al sur global, África en particular, a dejar de producir trigo, maíz, cebada y los cultivos básicos necesarios para la seguridad alimentaria real. En cambio, se vieron obligados a desempeñar un nuevo papel en la economía global y el sistema alimentario global, produciendo cultivos comerciales y productos agrícolas suplementarios para exportar y obtener divisas. Para satisfacer los gustos de los consumidores del Norte Global, estos países deben usar semillas no nativas que no están aclimatadas al entorno, malgastando el agua y teniendo que importar fertilizantes y pesticidas, volviendo estéril el suelo en 30 años y entrando en una trampa de deuda.

Ilustración 3 Prof. Fadhel Kaboub en CGTN Africa
Kaboub advierte que para generar soberanía alimentaria, el financiamiento debe dirigirse a sectores estratégicos como la soberanía alimentaria y la agroecología (cultivos básicos locales en lugar de cultivos comerciales para exportarlos al Norte Global), y construir capacidades a largo plazo. En el corto plazo, diversificar los países a los cuales se les importan estos cultivos para no tener un jugador con demasiado poder, y esta es una estrategia que un país como Colombia debería aplicar para poder comenzar a proteger, primero a los consumidores y en segundo término, iniciar un desarrollo de una incipiente producción nacional del grano.
En el caso del trigo en Colombia, la regeneración del sector podría tomar décadas, en el intermedio, para evitar la dependencia a un socio comercial tan ventajoso como lo es Estados Unidos (más aún cuando está al mando una administración caprichosa y hostil como lo es el gobierno Trump), se deberían considerar países como Rusia, del cual, aunque es el líder mundial de exportación del grano y por tanto ofrece los mejores precios y condiciones comerciales, Colombia solo importa menos del 5% del trigo consumido en nuestro territorio desde el país euroasiático.

Ilustración 4 Cosechadoras rusas en un campo de trigo
Fuentes:
- El cultivo de trigo en Colombia: Su agonía y posible desaparición
- Descubre la Importancia del Trigo en Colombia y el Mundo
- Los retos a los que se enfrentan los molineros de trigo en Colombia | Agro | Economía | Portafolio
- ANDI – Noticias
- Producción de trigo en el país aumentaría un 50% para 2030 | Finanzas | Economía | Portafolio
- Gobierno extendió exenciones de aranceles al agro y añadió trigo a la lista
- Global South Perspectives ~ by Fadhel Kaboub | Substack
- Why are the US and IMF imposing draconian austerity measures on Kenya? | Fadhel Kaboub | The Guardian
- El débil panorama del sector agropecuario frente al TLC – Corporación Latinoamericana Sur
- Russia Exports of wheat and meslin to Colombia – 2025 Data 2026 Forecast 2021 Historical
Fotografía: Rodrigo Bernardo Ortega