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Por: Vijay Prashad / Globetrotter. 15/07/2022
El 26 de abril de 2022, el Comando de Estados Unidos para África (AFRICOM, por sus siglas en inglés) anunció el establecimiento de una oficina en la embajada de los Estados Unidos en Lusaka, Zambia. Según el general de brigada, sub director de Estrategia, Involucramiento y Programas del Comando, la Oficina para la Cooperación en Seguridad se ubicará en la sede de la embajada. Las redes sociales en Zambia reverberaron con rumores sobre la creación de una base militar estadounidense en el país. Ambrose Lufuma, el ministro de defensa, emitió un comunicado manifestando que “Zambia no tiene ninguna intención de establecer o alojar ninguna clase de base militar sobre suelo zambiano”. “Sobre nuestros cadáveres” Estados Unidos tendrá una base militar en Zambia, declaró el doctor Fred M’membe, presidente del Partido Socialista de Zambia. En su visita a Lusaka, el general de brigada Bailey del AFRICOM se reunió con el presidente de Zambia, Hakainde Hichilema. Su Gobierno enfrenta desafíos económicos serios a pesar del hecho de que Zambia tiene una de las mayores riquezas de materias primas en el mundo. Zambia regresó al Fondo Monetario Internacional (FMI) buscando asistencia financiera en diciembre de 2021 cuando el total de la deuda pública creció hasta aproximadamente 27 mil millones de dólares (con una deuda externa de aproximadamente 14.5 millardos de dólares), derivando en una espiral de deuda inducida por el ente multilateral. En junio, dos meses después de que Hichilema se reuniera con el equipo del AFRICOM, este recibió a la subdirectora de administración del FMI, Antoinette M. Sayeh, quien le agradeció al presidente su compromiso con los “planes de reforma” del FMI. Estos incluyen un paquete de austeridad general que no sólo provocará que la población zambiana quede atada a la pobreza sino que también le impedirá a su Gobierno ejercer su propia soberanía. Régimen títere El doctor M’membe, presidente del Partido Socialista, ha emergido como una de las voces más importantes en contra de la presencia militar de los Estados Unidos en su país. La afirmación del ministro de defensa Lufuma de que los estadounidenses no están construyendo una base en Zambia le provoca risa a M’membe. “Creo que de su parte existe un elemento de ignorancia”, me dijo M’membe. “Esto es mera ingenuidad. Lufuma no entiende que prácticamente no existe diferencia entre una base militar y una oficina del AFRICOM. Es sólo un asunto de semántica para ocultar sus verdaderas intenciones”. La verdadera intención, me dijo M’membe, es que los Estados Unidos usen la ubicación de Zambia “para monitorear, controlar y alcanzar rápidamente a otros países en la región”. Zambia y su vecina, la República Democrática del Congo, dijo, “poseen no menos del 70% de las reservas de cobalto del mundo. Hay enormes reservas de cobre y otros minerales necesarios para las tecnologías modernas”. En parte, dijo M’membe, “esto es lo que ha aumentado el interés sobre Zambia”. En el país está operando un “régimen títere”, dijo M’membe, un gobierno que de iure es independiente pero que de facto es “completamente dependiente de un poder extranjero y está sometido a sus órdenes”, agregó, haciendo referencia a la interferencia de los Estados Unidos en el funcionamiento del Gobierno zambiano. A pesar de sus promesas de campaña en 2021, el presidente Hichilema ha seguido, como su antecesor Edgar Lungo, las mismas políticas subordinadas al FMI. Sin embargo, en términos de una base estadounidense, incluso el propio Lungu resistió la presión norteamericana para permitir que aparezca esta clase de oficina en suelo zambiano. Luego de que trascendieran las noticias del establecimiento de la oficina, Emmanuel Mwamba, ex representante permanente de Zambia ante la Unión Africana (UA), se apresuró a reunirse con Hichilema y le advirtió de no llevar a cabo este acuerdo. El embajador Mwamba dijo que otros presidentes del país – Lungu (2015-2021), Michael Sata (2011-2014), Rupia Banda (2008-2011) y Levy Mwanawasa (2002-2008) – tampoco le permitieron al AFRICOM a que entrara en su país desde su creación, en 2007. ¿Base u oficina? El ministro de defensa Lufuma alega que la función de la “oficina” establecida en Lusaka es de asistir a las fuerzas zambianas dentro de la Misión Multidimensional de las Naciones Unidas para la Estabilización de la República Centroafricana (MINUSCA, por sus siglas en inglés). Desde 2014, los Estados Unidos le han suministrado alrededor de 136 millones de kwacha (8 millones de dólares) en asistencia al ejército de Zambia. Lufuma dijo que esta oficina apenas le dará continuidad a ese trabajo. Pero Zambia ni siquiera se encuentra entre los cinco principales países que contribuyen con la MINUSCA (estos incluyen a Bangladesh, Camerún, Egipto, Pakistán y Ruanda). Las razones de Lufuma, por lo tanto, parecen una cortina de humo. Ni Zambia ni el ejército estadounidense han hecho público el acuerdo firmado en abril. Como es natural, el no haber publicado el texto ha conducido a una cantidad considerable de especulaciones. Mientras tanto, en Ghana, donde el acuerdo de cooperación en defensa que se firmó entre los dos países en mayo de 2018, los Estados Unidos habían dicho, inicialmente, que solamente estaba creando un depósito y una oficina para sus fuerzas armadas, algo que luego pasó a significar que el ejército estadounidense está asumiendo el control de uno de los tres terminales del aeropuerto de Accra y, desde entonces, lo ha estado utilizando como su base de operaciones en África occidental. “Basado en la experiencia de Ghana, sabemos de qué va esto”, me dijo M’membe, mientras hablaba sobre el plan norteamericano de establecer una oficina en su embajada en Zambia. “No es algo muy diferente de una base. De forma lenta pero segura se convertirá en una con todas sus letras”. Desde que se manifestó la primera señal de que los Estados Unidos crearían una base del AFRICOM en el continente, la oposición en su contra creció rápidamente. Fue liderada por el ex presidente surafricano Thabo Mbeki y su ministro de defensa de entonces, Mosiuoa Lekota, ambos haciendo lobby para rechazar cualquier tipo de base estadounidense en el continente en la UA y en la Comunidad para el Desarrollo del Sur de África. Sin embargo, en el transcurso de los últimos cinco años, el apetito por un rechazo a las bases a gran escala se ha marchitado a pesar de una resolución de 2016 del organismo regional en contra de permitir bases de este tipo. El ejército estadounidense tiene, que se sepa, 29 bases militares en 15 países africanos. Estos 15 países no sólo han ignorado el consejo de sus propios organismos regionales en lo concerniente a permitir que países de afuera establezcan bases militares, sino que la UA en sí misma le permitió a los Estados Unidos crear una oficina para un agregado militar dentro de su propia sede en Addis Ababa. “La UA que le opuso resistencia al AFRICOM en 2007”, me dijo M’membe, “no es la de hoy en día”. Este artículo fue producido para Globetrotter. Vijay Prashad es un historiador, editor y periodista indio. Es miembro de la redacción y corresponsal en jefe de Globetrotter. Es editor en jefe de LeftWord Books y director del Instituto Tricontinental de Investigación Social. También es miembro senior no-residente del Instituto Chongyang de Estudios Financieros de la Universidad Renmin de China. Ha escrito más de 20 libros, entre ellos The Darker Nations y The Poorer Nations. Sus últimos libros son Struggle Makes Us Human: Learning from Movements for Socialism y The Withdrawal: Iraq, Libya, Afghanistan, and the Fragility of U.S. Power (con Noam Chomsky). |
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Fotografía: Alamy