“No permitiremos que el sindicato sea un botín de nadie, de nadie. No habrá reelección. Los estatutos no lo permiten” (Elba Esther).
Jorge Salazar García. 11/09/2018
La conceptualización del maestro de educación básica ha transitado, desde mi punto de vista, por tres periodos históricos: Revolución (1900-1940), Postrevolución (1940-1982) y Neoliberalismo (1982-2018) En el primer tramo, cuando el maestro alfabetizaba en las comunidades más apartadas del país, realizaba su labor con una actitud casi mística al grado de alcanzar el calificativo de APOSTOL. Los mexicanos destinatarios, pertenecientes a las clases marginadas, le reconocían agradecidos su sacrificada labor, casi siempre amenazada por los caciques explotadores y los fanáticos religiosos. Con la asunción del presidente Manuel Ávila Camacho comienza la segunda etapa: se elimina el sentido socialista del articulo 3º Constitucional y se dejan atrás los postulados de la Revolución. Aunque los lazos del profesor con la comunidad siguen siendo estrechos, su tarea ya desprovista de aquella orientación socialmente comprometida, lo convierte en un GESTOR oficioso. Además de alfabetizar, acompaña a los campesinos en sus gestiones de obras y servicios. En el último periodo, arribando los tecnócratas al poder con Miguel de la Madrid, el docente es transformado en un difusor de los programas de gobierno; es decir en un BUROCRATA, que en muchos casos desempeña su actividad como un frío instructor, indolente ante la injusticia social. Ahora es una eficiente comparsa del Estado; capacita a sus alumnos con una seudofilosofía empresarial, cuya esencia doctrinaria esta centrada en las leyes del mercado y el individualismo extremo. El prestigio del maestro como formador se derrumba y pierde el aprecio social. Por esta causa, el gobierno incluye en el Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica (1992) acciones para recuperarlo y revalorar su función. El Acuerdo es firmado por Ernesto Zedillo como Secretario de Educación y Elba Ester por el SNTE.
Precisamente este magisterio resultó ser el mejor ALIADO de la exdirigente y del sistema. Los maestros son parte del engranaje del régimen, desprecian trabajar en el aula y se ponen incondicionalmente al servicio de quién les evite hacerlo. Sus “méritos” sobresalientes son servir como esquiroles y organizar fraudes electorales.
Para mantener la lealtad de esos BUROCRATAS, la señora les dispensó privilegios económicos (cobrar sin trabajar) y feudos políticos durante 24 años. Con esa estrategia logró conservar alianzas que hoy, ya liberada le dan posibilidades reales de recuperar el control absoluto del SNTE. Si en este momento se realizara el Congreso para elegir nuevo secretario general, ella tendría muchos delegados emanados de las corrientes sindicales que engendró (institucionales y nuevo sindicalismo) además del apoyo incondicional de los Directores, inspectores, jefes de enseñanza, supervisores, coordinadores gordillistas sembrados en los centros escolares de todo el país (excepto en donde está la CNTE). Con ese propósito (reestablecer su poderío sindical) y apelando a la piedad se autopresentó en su conferencia de prensa como una víctima de Peña Nieto, castigada por oponerse a la reforma educativa.
Toda esa postura, a la luz de los hechos, resulta completamente falsa. Nunca fue su objetivo defender los derechos de los niños a recibir una educación GRATUITA ni mucho menos detener la ofensiva neoliberal en contra de los derechos laborales. Su naturaleza es mentir, robar y traicionar. Que la PGR la haya dejado en libertad no significa que sea inocente; lo que si se confirma, es el uso faccioso del Poder Judicial por parte del ejecutivo.
¿Se rebeló Elba Esther contra la reforma educativa?
La respuesta es si; pero no por defender la educación pública sino porque la Ley de Servicio Profesional Docente (principalmente) RESTABA PODER al sindicato. La señora, creyendo tener más poder que Peña, le exigió más de lo que este le ofrecía. Curiosa coincidencia de megalomanía: los dos reaccionaron visceralmente al no ser satisfechos sus mutuos deseos. Alimente usted sin sustento la vanidad de alguien, concediéndoles todo lo que pide (sin merecerlo) a cambio de su obediencia; su hijo, por ejemplo. Cada vez que usted lo necesite, deberá aumentar el pago, hasta ya NO poder darle lo que él exige. El enojo del niño derivará en berrinche y violencia en contra de quien no lo satisface. No mide consecuencias. Habrá criado un ogro con sentimientos de superioridad, dispuesto a sacarle los ojos a cualquiera que no cumpla con sus caprichos.
Su liberación, evidentemente es el resultado de un acuerdo con mutuos beneficios: el régimen se autoprotege y filtra a la próxima administración y ella, a cambio, oculta las fechorías cometidas por las autoridades con las que cohabitó durante 4 sexenios. La dama conserva sus hurtos y aquellos obtienen su silencio.
¡AH!, se me pasaba; sus aliados más visibles son Esteban Moctezuma, Manuel Bartlett, Marcelo Ebrard, Claudio X, Jorge Castañeda, Gonzáles, Salinas Pliego, Gilberto Guevara Niebla, Roberto Hernández, Ernesto Zedillo, etcétera, y los cómplices son los secretarios generales, muchos funcionarios y maestro (neocharros) amantes de la indignidad.