Por: Victor Ortega. 11/05/2025.
En 1922 Amadeo Bordiga, un comunista poco conocido en México, publica El Principio Democrático en Rassegna Comunista n° 18, prensa del Partido Comunista Italiano. El objetivo del escrito era esclarecer el contenido que el sustantivo democracia tenía para el proletariado.
Bordiga crítica la acepción teórica y práctica que la burguesía tiene de la democracia y su noción de individuo, idealmente idéntico, abstraído de la economía y las clases sociales. Tras demoler críticamente la crítica democrática de la vieja filosofía política de la ilustración burguesa, Bordiga produce el contenido que tiene la democracia para el proletariado.
Tras establecer que la concepción materialista de la democracia parte del estudio científico de la naturaleza de las relaciones sociales, es decir, la producción y la economía, la democracia no es en Bordiga una categoría trascendental ni un principio universal, sino un mecanismo organizativo, un método de coordinación y un material histórico accidental.
Bordiga plantea que la democracia puede practicarse al interior de las organizaciones proletarias como eran los partidos, los sindicatos y los consejos de la época, pero no en la totalidad de la sociedad capitalista signada por el privilegio de la burguesía y el antagonismo de clase.
Esta práctica interior posibilitaba la división de funciones, la jerarquía, la dirección, la autoridad y la administración de las organizaciones de trabajadores, sin embargo, al rechazar la individualidad burguesa, la democracia proletaria excluía de sus prácticas la presunción artimética, la soberanía de la mayoría y el sufragio directo, proporcional o equivalente, a los que oponía la participación continua de los proletarios, las consultas de masas y los organismos ejecutivos restringidos, pues las organizaciones proletarias, al tener los mismos intereses sociales y materiales, formaban cuerpos homogéneos que se veían fortalecidos por la colectividad unitaria de consciencia, voluntad, programa y disciplina del partido comunista.
Amadeo Bordiga veía estos procesos como un todo orgánico a la escala de la especie humana que podría potenciarse con la instauración del comunismo, por lo que la democracia, al ser un material accidental en la historia, estaba lejos de ser una plataforma indispensable para la superación del capitalismo. Al final de El Principio Democrático llega a proponer que se abandone el sustantivo, tan cargado de ambigüedad y confusiones respecto a una libertad abstracta, y se sustituya por la expresión de Centralismo Democrático por la de Centralismo Orgánico.
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En 1969 Jacques Camatte, comunista francés discípulo y camarada de Amadeo Bordiga, publica La Mistificación Democrática, como el quinto apartado de La Revolución Comunista: Tesis de Trabajo, en la revista Invariance.
Para Camatte, los presupuestos sociales de la democracia son el individuo, las clases y el Estado. En el devenir histórico de la especie humana, la democracia pasa de ser un todo orgánico específico que posibilitó la superación del feudalismo en Europa a ser un modo de gobierno, un modo de dominación y un mecanismo de unión y conciliación en una sociedad movilizada por los antagonismos de clase, y esto constituye su mitificación, que se vuelve total en el momento en el que clase dominante define al humano de la clase dominante como el humano, pues en su propio desarrollo histórico lo humano queda definido por las necesidades sociales que define el capitalismo en la producción, la circulación, la distribución y el consumo de su reproducción social, en contradicción incluso con su corporalidad biológica.
Para 1969, piensa Camatte, el modo de producción capitalista lucha por extenderse por todo el planeta y al interior de la especie humana, y al producir su individuo, sus clases y sus Estados realiza, mediante la mitificación democrática, la colonización de la tierra y la domesticación de la especie, es decir, su comunidad material y su antropomorfización que reduce a los seres humanos a meros usuarios y ritos del capital, siendo este un proceso completado en Estados Unidos y Europa y quedando configurado de modo específico en Asia, África y América Latina, que resisten la producción histórica del individuo, las clases, y los Estados, de distintas maneras.
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La democracia es, entonces, una configuración histórica signada por el antagonismo social que hace aparecer al capitalismo como la definición natural de la especie humana (mitificación); es la producción de individuos, clases y Estados para la producción y reproducción del modo de producción de capital y un modo de dominación, gobierno y conciliación socialmente contradictorios; también es un mecanismo organizativo y un método de coordinación. Hay pues, que determinar bien el contenido cuando usemos el sustantivo democracia, que es a la vez, un palabra polisémica y sin contenido y que tanta confusión difunde en nuestros tiempos. Acá sólo hemos expuesto, el abordaje crítico que se hizo desde una corriente herética del comunismo internacional.
El Principio Democrático se puede consultar acá, en las páginas que van de la 200 a la 238.
La Mitificación Democrática se puede consultar aquí, en las páginas que van de la 179 a la 187: La revolución comunista Tesis de trabajo.pdf