Por: ÁNGELA CONSTANZA JEREZ. EL TIEMPO. 21/10/2018
Estimular en los niños las preguntas es importante para que desarrollen pensamiento crítico y ético.
Mafalda, el reconocido personaje de Quino que ha puesto a reflexionar a varias generaciones sobre la humanidad, la paz mundial, la política y otras preocupaciones, es –en concepto de Angélica Sátiro, doctora en pedagogía– el ejemplo perfecto de la actitud filosófica que tienen los niños desde sus primeros años y que es necesario cultivar para potenciar su pensamiento.
¿Por qué hacerlo? Porque les ayudará a formular excelentes preguntas y buscar las mejores respuestas. Les permitirá crear, innovar y tomar decisiones acertadas. “Los niños tienen una actitud que interroga, que quiere saber, que pone en cuestión; cuando se le da paso a esa inquietud, a ese deseo de saber, de aprender y de cuestionar sobre el mundo, pueden pensar mejor: son capaces de ampliar su repertorio de ideas y conectar estas con sus acciones. Tienen pensamiento crítico, creativo y ético”, explica Sátiro, experta en pensamiento creativo y promotora de la filosofía para niños desde sus primeros años y la filosofía lúdica, el acto de jugar a pensar y de pensar jugando, temas sobre los que tiene más de 400 libros en diferentes idiomas.
Por estos días, Sátiro está en Colombia; vino a conversar con 400 ludotecarios, maestros y otros profesionales del mundo educativo, procedentes de más de 25 departamentos del país, presentes en el VII Encuentro Internacional de Juego, Educación y Ludotecas: Entornos Protectores para la Infancia. Este evento es organizado por la Corporación Juego y Niñez en alianza con la Universidad Minuto de Dios (ver recuadro). EL TIEMPO habló con ella.
Como usted ha señalado, Mafalda, con sus preguntas, es el mejor ejemplo de la actitud de los niños en relación con la filosofía. ¿Por qué estimularles esa idea de filosofar y cómo hacerlo?
No les enseñamos a pensar a los infantes. Lo que sí podemos hacer es crear condiciones para que puedan aprender a pensar por sí mismos de forma autónoma, creativa, crítica y ética. Y, en este sentido, la filosofía para niños tiene mucho para ofrecer: método dialógico, recursos variados, capacitación del adulto para acompañar a las criaturas en su aventura de aprender a pensar mejor desde su asombro e interrogantes. Hay muchas maneras de hacerlo, y a esto he dedicado una parte importante de mi trabajo como escritora de variados libros del proyecto Noria.
Propongo tanto literatura filosófica para los infantes como material pedagógico para los adultos, con diferentes técnicas, recursos y modos de hacer.
¿En qué consiste la idea de aula polifónica e inteligencia colectiva que usted promueve?
Normalmente, en las aulas se escucha una voz: la del profesor. Un aula polifónica es un espacio dialógico, es decir, para escuchar todas las voces en una relación de comunidad que se escucha, se respeta, se valora y se deja inspirar por el intercambio de ideas de todos los participantes. De esta manera, cada criatura tiene que poner voz en sus ideas y escuchar la voz de los demás. Este ‘canto coral’, bien estimulado, se convierte en la expresión de la inteligencia colectiva, del cerebro social del grupo. Es decir, la manera como cada cual piensa y expresa sus ideas genera en los demás una ampliación de su propia capacidad de pensar. Cada uno interioriza las diferentes inteligencias y exterioriza la suya propia; el resultado de esto es una comunidad, un colectivo inteligente, creativo, activo, confiado, participativo.
¿En qué consiste el movimiento de la filosofía lúdica?
Es un movimiento dentro del proyecto internacional Filosofía para niños (FpN). Matthew Lipman y su colaboradora Ann Margaret Sharp crearon FpN en los años 60, y la filosofía lúdica hereda sus fundamentos y pone atención en el acto de jugar a pensar y de pensar jugando. Lo que se pretende es estimular el desarrollo autónomo de la capacidad de pensar de manera crítica, creativa y ética, partiendo de una cuidadosa observación de su propio pensamiento y expresión lingüística.
Para ello se plantea la dinámica del jugar a pensar estimulando las habilidades de pensamiento de manera dialógica, integrada y holística. Es decir, se trabaja desde el cuerpo de las criaturas, su movimiento, su capacidad de percibir, sentir, actuar e interactuar con los demás, consigo mismos y con su entorno cultural y natural. Por ello se trata de una manera de filosofar desde las infancias.
¿Qué preguntas de los niños la han dejado pensando?
Hay muchos ejemplos variados, porque siempre estoy conviviendo con las criaturas, escuchándolas y observando su comportamiento. Hace poco estaba en una escuela en Aragón (España), y un niño estaba muy intrigado con la perspectiva de qué es tener una vida interior y cómo realizar cambios desde dentro. Y cuando expresó su duda, los demás han estado tocados por ella, tanto que hemos estado dialogando sobre esto durante mucho tiempo. Las criaturas suelen estar preguntándose sobre las plagas, las enfermedades, la muerte, el cuidado de la vida, la actitud de las personas frente a la naturaleza, entre otras cosas profundas y necesarias.
Si escuchamos (¡de verdad!) a las criaturas, seguramente nos sorprendemos.
Entornos protectores, el tema del encuentro
Del 10 al 12 de octubre, en el auditorio de Uniminuto, se encontrarán en Bogotá expertos de Sudáfrica, España, Argentina, Uruguay, México, Brasil y El Salvador, así como de diferentes zonas de Colombia, para hablar sobre el papel del juego en el desarrollo de los niños y, especialmente, de las ludotecas como espacios protectores.
Su cita será en el VII Encuentro Internacional de Juego, Educación y Ludotecas: Entornos Protectores. “La protección, el cuidado y el respeto de niñas y niños requieren entornos que contribuyan al ejercicio de sus derechos.Una sociedad que respeta a sus niñas y niños es una sociedad que avanza en el desarrollo. Los espacios lúdicos como las ludotecas son muestra de ello”, señala Ruth Camelo, directora de la Corporación Juego y Niñez, organizadora del encuentro.
El 13 de octubre se realizará en Bogotá la reunión del capítulo americano de la Asociación Internacional de Ludotecas (Itla), organización creada en Europa en 1990 para lograr una red entre las ludotecas del mundo con el fin de entrenar a sus equipos de trabajo, proveer nuevos juegos y juguetes y nuevos espacios para el juego.
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Fotografía: Vanexa Romero/EL TIEMPO