Por: Jhonny Lazo Zubieta. Cochabamba, Bolivia. 16 de diciembre de 2017
Se fundó el 17 de mayo de 1930. Antes que el Banco Mundial (1944) y el Fondo Monetario Internacional (1945). Se declara como el Banco Central de los Bancos Centrales; sin embargo, es casi desconocido este Banco que es el poder del Sistema Financiero Internacional. Juan Hernández, en su libro “El casino que nos gobierna”, escribe: “El BIS es un banco (privado) de bancos centrales que controla el sistema monetario por encima de los gobiernos democráticos, goza de inmunidad propia, no paga impuestos y tiene su propia policía. Cuando todo va bien, ganan los bancos; cuando todo va mal, el denostado Estado va al rescate”[1].
En la página oficial del Banco de Pagos Internacionales, señala que éste asiste a los bancos centrales en la promoción de la estabilidad monetaria y financiera; fomenta la cooperación internacional en dichos ámbitos y actúa como banco de los bancos centrales. El objetivo del establishment financiero fue crear un sistema de control financiero mundial, en manos privadas; que tenga la capacidad de dominar el ámbito político y la economía del mundo en su conjunto.
“Este sistema debía ser controlado al modo feudal por los bancos centrales del mundo que actuarían en concierto mediante acuerdos secretos alcanzados en reuniones y conferencias privadas. La clave de todo descansaba en el BIS, Banco de Pagos Internacionales, en Basilea, Suiza, un banco privado poseído y controlado por los bancos centrales de todo el mundo que eran a su vez corporaciones privadas. Cada Banco Central de cada país intentó controlar a su gobierno mediante su capacidad para controlar los préstamos a la Hacienda Pública, manipular el flujo y valor de las divisas en manos del gobierno, influenciar en la actividad económica del país y posibilitar el ascenso al poder de aquellos políticos dispuestos a cooperar con su proyecto engrasando la maquinaria a través de suculentas recompensas económicas”[2].
De esta forma los bancos centrales, en cada país, controlan la fuente del crédito y del dinero. A nivel internacional, los banqueros de los Bancos Centrales ejercen su poder a través de la concesión, o no, de préstamos; además controlan el tráfico de oro. Este concilio internacional de banqueros hizo alianzas en todos los aspectos significativos mundiales que pudieran perjudicarle; y, en muchos otros aspectos locales dentro del ámbito político y económico. Fundamentalmente “… en lo que se refiere a préstamos, pagos y desarrollo económico de las principales áreas del globo. El BIS puede mirarse hoy como la punta de la pirámide de la estructura financiera mundial aunque sus orígenes habría que buscarlos en la creación del Banco de Inglaterra en 1694”[3].
Algo que llama la atención, es que el BIS no “está autorizado a conceder anticipos a gobiernos, ni a abrir cuentas en su nombre”[4]. Llama la atención, porque el BIS se considera un Banco Central de los Bancos Centrales, que supuestamente son de los Estado. Además, el Banco Central de Europa (BCE), según el artículo 104 del Tratado de Maastricht, no puede prestar directamente a los Estados ni comprar su deuda. Sin embargo el BCE presta a los Bancos Privados al 1%; y, los gobiernos de Europa consiguen crédito de estos Bancos Privados con el intereses del 5%…
Sobre el punto, el economista español Juan Torres López escribe: “… si el Estado español hubiera sido financiado en las mismas condiciones en que el Banco Central Europeo financia actualmente a la banca privada, la deuda pública española no sería superior al 100% del PIB; sino ni siquiera pasaría de la mitad (…) Y lo cierto es que la deuda pública y, por tanto, el gasto público serían mucho más bajos si el banco central financiara correctamente a los Estados. Por el contrario, es la política neoliberal que concede a la banca privada el beneficio de financiar con dinero que crea de la nada y que genera artificialmente escasez de ingresos lo que aumenta la deuda”[5].
El BIS sigue los mismos patrones conducta de la banca Rothschild:
- Ser cosmopolitas e internacionales
- Sus intereses se centran en el manejo y el control de la deuda pública.
- Son seguidores de la estabilidad monetaria, combinada con altos tipos de interés, y del patrón oro.
- Consideraban el secreto bancario, especialmente en lo que se refiere a sus políticas, una de las herramientas más importantes de su profesión.
Por eso no aceptan ser fiscalizados por nadie; y, el secreto les garantiza un enorme poder público. De esta forma tienen el control del dinero de todos los países a través de los Bancos Centrales. Por esto su secretismo.
El Banco de Pagos Internacionales, se creó como medio para organizar la recaudación y los pagos de las indemnizaciones, derivadas de la Primera Guerra Mundial. El BIS tiene su sede en Basilea, Suiza. Los miembros fundadores del BIS fueron los bancos centrales de Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia, Bélgica, y un consorcio de bancos japoneses. Las acciones también se ofrecieron a la Reserva Federal de EEUU, pero el gobierno de los Estados Unidos, sospechando de cualquier cosa que pudiera infringir su soberanía nacional, negó su asignación. Sin embargo, un consorcio de bancos privados norteamericanos, JP Morgan, el First National Bank de Nueva York, y el First National Bank de Chicago tomaron las acciones[6].
Algunas consideraciones del contexto histórico.
El origen de la BIS está en los Estados Unidos. Los individuos implicados eran banqueros internacionales. Entre ellos se encontraban figuras como Owen D. Young, J. Pierpont Morgan, Thomas W. Lamont, S. Parker Gilbert, W. Gates, McGarrah, y Jackson Reynolds, «… que, junto con el Banco de la Reserva Federal de Nueva York, buscó extender el principio de cooperación entre bancos centrales a la esfera internacional.»[7]
La idea del BIS no ocurre en el vacío, sino más bien, como escribe Beth A. Simmons, «su creación» estaba ligada al problema de las reparaciones alemanas, en el contexto de carga de la deuda excesiva para Alemania, durante la década de 1920. El Banco de Pagos Internacionales funcionaría como prestamista del Bundesbank, en caso que la moneda alemana se devaluara y el gobierno se encontrara incapaz de continuar con el pago de las reparaciones. Asimismo, daría pasos para el modo de proceder en el caso de incumplimiento de Alemania.
Sigue Simmons, «… si Alemania no reanuda los pagos dentro de los dos años, el BIS podría proponer revisiones colectivamente para los gobiernos acreedores (que sólo entraría en vigor con su aprobación) y el banco será responsable de la vigilancia e informar a los países acreedores acerca de las condiciones económicas y financieras en Alemania”[8].
El Departamento de Estado de Estados Unidos quería una solución para las reparaciones de Alemania; pero, el gobierno de Estados Unidos en su conjunto no quería ningún vínculo entre las reparaciones y deudas de guerra. Sin embargo, otros países actuaron de acuerdo a sus intereses en juego con la creación del Banco de Pagos Internacionales.
Raymond Poincaré, primer ministro de Francia, ofreció al pueblo francés que las reparaciones cubrirían las deudas tanto a los EE.UU. y Gran Bretaña. Igualmente pagaría los daños de guerra. Además, Francia estaba interesado en llegar a un acuerdo con la deuda alemana; porque, buscaba cierta interdependencia comercial con los alemanes; y, para eso necesitaba estabilidad política.
Gran Bretaña también quería usar el BIS como un medio para asegurar que los alemanes pagaran sus deudas en la fecha prevista. El Banco de Inglaterra apoyó la creación del BIS, escribe Simmons, «debido a su posible papel en la estabilización de la posición de la libra en el sistema monetario internacional. Relativamente pequeñas reservas de oro de Gran Bretaña, hacen que sea difícil defender la libra sin la cooperación monetaria internacional y la voluntad de los poderes más pequeños para mantener las reservas de divisas como lugar de oro”[9].
El papel del Banco de Pagos Internacionales cambió con el inicio de la Gran Depresión de 1929. En esos momentos el BIS fue incapaz de «jugar el papel de prestamista de última instancia, a pesar de los intentos notables en la organización de créditos de apoyo tanto para los bancos centrales de Austria y Alemania en 1931«. Debido a la depresión y la incapacidad de pago de Alemania, la cuestión de las reparaciones se salió de la mesa. La crisis se agravó aún más cuando Inglaterra y EE.UU. comenzaron a devaluar sus monedas. En ese contexto, el BIS no tuvo otra opción que limitarse a la realización de transacciones bancarias, por cuenta de los bancos centrales; y, proporcionar un foro para los gobernadores de los Bancos Centrales y para ayudar a mantenerse el contacto”[10].
El BIS había sido creado con tres propósitos principales.
- El más importante, era gestionar los pagos alemanes por reparaciones, según el Plan Young de 1930.
- Facilitar la cooperación entre los bancos centrales. Y
- Actuar como banco para los bancos centrales.
“En 1935, el BIS contaba apenas con cinco años de existencia, pero ya había perdido su razón principal para existir y la segunda estaba amenazada. ¿Cuánto tiempo tardaría la tercera razón —actuar como banco central para los bancos— en ser puesta en duda?”[11]
El Plan Young apenas sobrevivió unos meses. La Moratoria Hoover, anunciada un año después de la creación del BIS, detuvo los pagos por reparaciones. La Conferencia de Lausana ratificó que las deudas de guerra de Alemania serían canceladas. De esta manera, ya no había más pagos por reparaciones. “El BIS era también el fiduciario de los préstamos que Alemania había obtenido, de acuerdo con los planes Dawes y Young, para pagar las reparaciones. Pero Alemania había dejado de usar al BIS para devolver los empréstitos conseguidos según esos planes. Por el contrario, Schacht había chantajeado a los acreedores de Alemania para que firmaran nuevos acuerdos bilaterales”.[12]
¿Qué otros motivos tenía el BIS para continuar?
Funcionaba como facilitador de apoyo de los bancos centrales, de aquellos países, donde su moneda se definía por el “patrón oro”. El patrón oro incluía los fondos de Estados Unidos y de Inglaterra, cuyas reservas nacionales se definía por el patrón oro. “Los estatutos del BIS asumían que las finanzas internacionales se basaban en el patrón oro y el patrón cambio oro y, por ello, continuarían creciendo sin altibajos y de forma constante, un crecimiento facilitado por el banco. Como observa Toniolo: “El patrón oro estaba incrustado en el ADN mismo del BIS”. El banco mantenía sus cuentas en francos oro suizos; cada franco valía 0,29 gramos de oro fino[13].
El problema fue que los bancos centrales empezaban a dar señas que se saldrían del patrón oro. Inglaterra ya había abandonado. Hacia fines de 1932. De los cuarenta y seis bancos que habían seguido el patrón oro, sólo se mantenían siete países. En 1933 Francia, Italia y Estados Unidos, abandonan el patrón oro. El BIS seguía funcionando ¿Por qué? Porque los artífices del Banco de Pagos Internacionales, fundaron dicho banco en un Tratado Internacional; además sus estatutos eran esencialmente inalterables.
Respecto a su inmunidad, el considerando primero del protocolo dice: “Y en vista que por una Convención, firmada en La Haya en la misma fecha que la mencionada anteriormente, con carácter de ley en Suiza. El Gobierno de la Confederación Suiza se comprometió con el Gobierno de Alemania, Bélgica, Francia, el Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte, Italia y Japón a otorgar al mencionado Banco de Pagos Internacionales, en caso de su establecimiento en Basilea, una Carta Constitutiva confiriéndole de conformidad con el Artículo 10, inmunidades similares a las mencionadas en el Artículo X, párrafo 2 del Acuerdo con Alemania”[14].
Entonces, “… no era posible cerrar el BIS. De hecho, el final de las reparaciones y el hundimiento del patrón oro demostraron ser un impulso para el BIS. Le permitieron centrarse en las (verdaderas) intenciones de sus fundadores: construir un nuevo sistema financiero internacional de grandes movimientos de capital, libres del control político o gubernamental”[15]. Gates W. McGarrah, Presidente del BIS, escribió en la revista Nations Busines que los pagos de reparaciones eran operaciones de rutina, que cualquier empresa fiduciaria podría ejecutar. Así, gestionar las sumas mensuales ingresadas en el BIS por Alemania, se trasformó en el aspecto de menor de valía.
Otro aspecto que casi siempre ponen de relieve es que: “El banco está totalmente separado de cualquier interferencia gubernamental o política. Nadie puede ser director si es también un funcionario del gobierno. El banco es absolutamente apolítico y está organizado y gestionado de manera puramente comercial y financiera, como cualquier otra institución bancaria adecuadamente administrada. Los gobiernos no tienen ninguna conexión con él ni con su administración”[16].
Karl Blessing, director financiero del BIS, no lo creía así; al contrario, señalaba que aunque el BIS se presentaba como neutral, objetivo y tecnocrático, era una institución básicamente política, que se ocupaba de una de las cuestiones más complejas y amargas de la política: la culpa de Alemania en la guerra y el pago de reparaciones. Blessing escribió: “El hecho de que la cuestión de las reparaciones haya sido delegada en una institución bancaria convierte, naturalmente, a este banco en una institución política, aunque esto se niegue oficialmente”[17].
Contra el sentido común, el Banco de Pagos Internacionales, con nuevos mecanismos de capitalismo transnacional, conseguía que los bancos centrales enviaran ingentes sumas de dinero, sin ningún control y supervisión, debido a su estatus de inmunidad. De esta forma incrementaba sus ganancias y lograba consolidar su poder en el Sistema Financiero Internacional.
Los banqueros podían salvar a un país del hundimiento y reactivar su economía —como hicieron en Alemania a principios y mediados de la década de 1920, expidiendo cientos de millones de dólares y garantizando el empréstito Dawes— o ayudar a que cayera en picado, deteniendo el flujo del dinero y luego retirándose, como hicieron al final de los años veinte”[18].
A mediados de 1931, el BIS concedió tres millones de libras al Banco de España para estabilizar su moneda; también otorgó un crédito de cien millones de chelines al banco nacional de Austria, cuando el Creditanstalt fue a la quiebra; otorgó cinco millones al Banco Nacional de Hungría y concedió un crédito por otros diez millones a Budapest, a través del banco nacional. De este modo un reducido grupo de banqueros, que no rendía cuentas a ningún gobierno, desarrollaba su poder económico, lo que le permitía un poder político significativo.
En un ambiente de preguerra, donde se deja sentir, en todos los niveles, la incertidumbre. Los banqueros permanecían inmutables. Las consideraciones de tipo moral, estaba a años luz de estos banqueros. El único interés que buscaban era la libre circulación del capital internacional. Merle Cochran, diplomático estadounidense que supervisaba el BPI, escribe al respecto: “Los directores prefieren ver al BPI como una propuesta a largo plazo, e insisten en que no es preciso analizar o alterar su campo de utilidad cada vez que cambian las condiciones económicas y monetarias”[19].
Adam Lebor escribe que el BIS, se manejaba con una arrogancia peculiar que les otorgaba el saberse poderoso económica y políticamente: Una camarilla que, mediante un juego de prestidigitación, había construido su propio banco que era intocable y estaba fuera del alcance de cualquier gobierno, y luego proclamaba que su existencia era algo beneficioso para el resto de la humanidad”[20]. Y fue así como se sentían los dueños del BIS. Eran y lo son actualmente, los financistas más poderosos del Sistema Financiero Internacional; y, además los más desconocidos. Quizá este papel secreto, silencioso, sin grandes declaraciones a la prensa, le haya permitido llegar a la cima del poder financiero. Para este grupo lo más importante era que se autorizaran convenientemente las transacciones y se respetara los procedimientos oficiales. No era de su competencia saber de dónde procedía el dinero. En este sentido se protegieron desde el mismo momento de fundarse.
Como ya se dijo, el BIS guarda celosamente el secreto bancario. No se hacen públicas las actas, el orden del día y la lista de asistentes a la Reunión de Economía Mundial y al Comité Económico Consultivo (ECC). Alguna vez hay una breve conferencia de prensa y son declaraciones insubstanciales, pero nunca nada detallado. Las actividades centrales del BIS, las operaciones bancarias que realizan para sus clientes, los bancos centrales y las organizaciones internacionales, permanecen en secreto. Las Reuniones de Economía Mundial y los otros encuentros financieros cruciales que tienen lugar en Basilea, como el Comité de Mercados, son cerrados al mundo.
Sin embargo, los gobernadores que se reúnen en Basilea cada dos meses son funcionarios públicos de sus respetivos Estados. Sus salarios, los pasajes de avión, las facturas de hotel y los viáticos son generosamente pagados con las arcas públicas.
“Las reservas nacionales de los bancos centrales son dinero público, la riqueza de las naciones. Las discusiones de los banqueros centrales en el BIS, la información que comparten, las medidas que evalúan, las opiniones que intercambian y las subsiguientes decisiones que toman, son profundamente políticas. Los banqueros centrales controlan la política monetaria…. Administran la oferta de dinero de las economías nacionales. Fijan tipos de interés, decidiendo así el valor de nuestros ahorros e inversiones. Deciden si concentrarse en la austeridad o en el crecimiento. Sus decisiones determinan cómo será nuestra vida”[21].
El hecho que no tenga que rendir cuentas y la cada vez mayor influencia, plantea serias dudas; no sólo sobre la política monetaria, sino sobre la transparencia, la responsabilidad y la forma en que se ejerce el poder.
En la actualidad, el BIS, según sus publicaciones, tiene tres funciones:
- Servir a los bancos centrales en su búsqueda de estabilidad monetaria y financiera,
- Fomentar la cooperación internacional en estos campos; y,
- actuar como banco para los bancos centrales
“El BIS es una institución única; es una organización internacional, un banco extremadamente rentable y un instituto de investigación, fundado y protegido por tratados internacionales. El BIS es responsable ante sus clientes y accionistas, los bancos centrales, pero también guía sus operaciones”[22]. Además el BIS, supervisa a los bancos comerciales, regula las necesidades de liquidez y capital de los bancos comerciales, Todo esto, sin ninguna autoridad legal sobre ellos; sólo a través del control de los Bancos Centrales.
Adam Lebor, escribe que el BIS tiene responsabilidad en la crisis Financiera de la euro zona; porque, fue el centro del proyecto de integración europea. Asesoró con técnicos expertos y los mecanismos financieros necesarios para armonizar la moneda. Por supuesto cobrando honorarios. Fue el BIS, que desde la década de 1950 gestionó la Unión Europea de Pagos; internacionalizando el sistema de pagos del continente. Además, el BIS albergó al Comité de Gobernadores de los bancos centrales de la Comunidad Económica Europea, que fue creada en mayo de 1964, para, entre otras cosas, coordinar la política monetaria transeuropea.
“Durante la década de 1970, el BIS dirigió la llamada ‘serpiente’, el mecanismo mediante el cual se mantenía a las divisas europeas en bandas de tipos de cambio. Durante los ochenta, el BIS fue la sede del Comité Delors, cuyo informe de 1988 trazó el camino a la Unión Monetaria Europea y la adopción de una única divisa. EL BIS ayudó al parto del Instituto Monetario Europeo (IME), precursor del Banco Central Europeo. El presidente del IME fue Alexandre Lamfalussy, uno de los economistas más influyentes del mundo, conocido como el ‘padre del euro’. Antes de incorporarse al IME en 1994, Lamfalussy trabajó para el BIS durante diecisiete años, primero como asesor económico y luego como director general del banco”[23].
Además de ser el anfitrión de las Reuniones de Economía Mundial, el BIS es la sede de cuatro de los comités internacionales más importantes que se ocupan de la banca global:
- el Comité de Basilea para la Supervisión Bancaria,
- el Comité para el Sistema Financiero Global,
- el Comité de Sistemas de Pago y Liquidación
- y el Comité Irving Fisher que se ocupa de las estadísticas de los bancos centrales.
El BIS también alberga a tres organizaciones autónomas: dos grupos dedicados a los seguros y la Junta de Estabilidad Financiera (FSB, siglas en inglés). Ya se dice que la FSB, coordina con las autoridades financieras nacionales y las políticas reguladoras, como el cuarto pilar del sistema financiero mundial, después del BIS, el FMI y los bancos comerciales “El BIS ocupa hoy el trigésimo lugar entre los tenedores de reservas de oro, con 119 toneladas métricas —más que Qatar, Brasil o Canadá”[24].
Karen Hudes, abogada que trabajó en el departamento jurídico del Banco Mundial durante 20 años, escribe sobre el Banco de Pagos Internacionales:
La cúspide del Sistema Bancario Internacional es “Una organización internacional inmensamente poderosa de la cual la mayoría ni siquiera han oído hablar, controla secretamente la emisión de dinero del mundo entero. Es el llamado el Banco de Pagos Internacionales…, y es el banco central de los bancos centrales. Está ubicado en Basilea, Suiza, pero tiene sucursales en Hong Kong y en Ciudad de México. Es esencialmente un banco central del mundo no electo que tiene completa inmunidad en materia de impuestos y leyes internacionales (…). Hoy, 58 bancos centrales a nivel mundial pertenecen al BIS, y tiene, con mucho, más poder en la economía de los Estados Unidos (o en la economía de cualquier otro país) que cualquier político. Cada dos meses, los banqueros centrales se reúnen en Basilea para otra ‘Cumbre de Economía Mundial’. Durante estas reuniones, se toman decisiones que afectan a todo hombre, mujer y niño del planeta, y ninguno de nosotros tiene voz en lo que se decide. El Banco de Pagos Internacionales es una organización que fue fundada por la élite mundial, que opera en beneficio de la misma, y cuyo fin es ser una de las piedras angulares del venidero sistema financiero global unificado”[25].
Juan Hernández Vigueras, en su libro El casino que nos gobierna: Trampas y juegos financieros a lo claro, escribe: “… además de controlar más del 90% del mercado ocupan el centro del sistema financiero. Su falta de ética empresarial y comercial, de sobra demostrada en los últimos años, no es obstáculo para que el Banco de Pagos Internacionales, las considere a las agencias calificadoras, de creíbles, independientes, objetivas y transparentes”. Continúa Hernández:
“El Banco de Pagos Internacionales de Basilea, (…) dirigido por el ex gobernador del Banco de España Jaime Caruana, permite y lidera la desregulación del sistema bancario internacional. A juicio de Guillermo de la Dehesa los tres errores más graves del BIS son: la ocultación contable fuera de balances (ingeniería financiera) con entidades virtuales registradas en offshore (paraísos fiscales); encubrimiento y alta estima de las agencias privadas de rating, y el fracaso de la gestión de riesgos”[26].
De esta manera, el Sistema Financiero Internacional, en cuya cima se encuentra el Banco de Pagos Internacionales, controla la circulación del dinero de todas las economías del mundo. Sean democráticos o no. Lo que ocurre en el campo de la economía no es resultado del azar. Tampoco es una contingencia provocada por la madre naturaleza. Sino, es un programa estudiado milímetro a milímetro. Adecuadamente premeditado, planeado y ejecutado con suma precisión.
El peligro de la banca privada
«Yo creo que las entidades financieras son más peligrosas para nuestras libertades que un ejército en armas. Si el pueblo americano permitiera alguna vez que los bancos privados controlen la emisión de moneda circulante, primero a través de la inflación y luego por la deflación, los bancos y las corporaciones que crecen a su alrededor despojarán al pueblo de toda propiedad hasta que nuestros hijos despierten un día sin hogar y desamparados en el continente que sus padres conquistaron”.
Thomas Jefferson, Tercer Presidente de los EE. UU. 1802
Fotografía: eskkarahanlilar
Referencias:
[1] HERNÁNDEZ Vigueras Juan, El casino que nos gobierna: Trampas y juegos financieros a lo claro, Ed, Clave Intelectual, 2012, p. 413
[2] QUIGLEY Carroll, Tragedia y Esperanza, Historia del mundo de nuestro tiempo (Traducido por John Turmel) http://www.cyberclass.net/turmel/quig00.htm. p. 324
[3] Ibíd.
[4] El BIS. Fomento de la estabilidad monetaria y financiera mundial. En https://www.bis.org/about/profile_es.pdf
[5] TORRES López Juan, ¿El Estado de Bienestar es insostenible porque “resulta imposible mantenerlo”? En. http://www.juantorreslopez.com/el-estado-de-bienestar-es-insostenible-porque-resulta-imposible-mantenerlo/
[6] https://elrobotpescador.com/2015/04/13/descubre-el-grupo-secreto-que-controla-el-mundo-y-del-que-nadie-habla/
[7] DEVON Douglas-Bowers Los ojos no sirven de nada a un cerebro ciego. En http://correquenospillan.blogspot.com/2016/03/quien-controla-el-dinero.html
[8] SIMMONS Beth A., ¿Por qué innovar? Fundador del Banco de Pagos Internacionales, World Politics, 1993, p. 370
[9] Ibíd. p. 377
[10] DEVON Douglas-Bowers Los ojos no sirven de nada… Ob. Cit.
[11] LEBOR Adam, el Super-Banco, La historia oculta del grupo de tecnócratas que gobiernan el mundo, 2013, p. 89
[12] Ibíd. p. 90
[13] Ibíd. p. 91
[14] Protocolo Relativo a las Inmunidades del Banco de Pagos Internacionales
[15] LEBOR Adam, el Super-Banco, La historia oculta… Ob. Cit. p. 92
[16] Ibíd. p. 92
[17] Ibíd.
[18] Ibíd. p. 93
[19] TONIOLO Gianni Central Bank Cooperation at the Bank for International Settlements 1930-1973, p. 195
[20] LEBOR Adam, el Super-Banco, La historia oculta… Ob. Cit. pp. 107 – 108
[21] Ibíd. pp. 15 – 16
[22] Ibíd. p. 21
[23] Ibíd. pp. 23 – 24
[24] Ibíd. pp. 24 – 25
[25] HUDES Karen, Banco de Pagos Internacionales: el banco central de los bancos centrales. Disponible en http://www.yometiroalmonte.es/2014/03/04/banco-pagos-internacionales-banco-central-bancos-centrales/
[26] HERNÁNDEZ Vigueras Juan, El casino que nos gobierna… Ob. Cit.