Por: Fernando Manzano. Iberoamérica Social. 30/07/2017
América Latina era un espacio geográfico relativamente vacío; sin embargo durante los dos últimos siglos se dio un crecimiento demográfico muy original.
La “teoría” más popular en la actualidad del campo demográfico es la denominada teoría de la transición demográfica1 (en adelante TTD). En su base analítica se encuentra su intención de vincular la evolución demográfica de Europa con el proceso de modernización posterior a la revolución industrial. Postula así, un cambio en las dinámicas demográficas tradicionales que transitarán todas las poblaciones de los países occidentales expuestas al proceso de modernización social y económica. Además considera una convergencia en todos los países en términos de niveles de ingreso, tecnología y calidad de vida.
América Latina era un espacio geográfico relativamente vacío; sin embargo durante los dos últimos siglos se dio un crecimiento demográfico muy original. Se trata de un crecimiento continuo desde el siglo XVIII, que representó un proceso de colonización interna y ocupación del territorio, siendo la inmigración una parte constitutiva de este proceso (PÉREZ BRIGNOLI, 1989)2. Cabe destacar que los comportamientos fueron diferentes entre los países, en general la región, durante la segunda mitad del siglo XVIII, presentó un crecimiento poblacional rápido; luego en la primera mitad del siglo XIX, como consecuencia de las guerras civiles, se produjo un descenso en el crecimiento poblacional, recobrando una destacada intensidad entre 1850 y 1950. En el periodo de 1950-1970 se dio un aumento colosal del crecimiento demográfico (PÉREZ BRIGNOLI, 1989) que en las últimas décadas ha tendido a declinar, con claras variaciones entre los países. Sin embargo, detrás del saldo neto migratorio a nivel regional se esconden situaciones claramente diferenciales. Esta dinámica migratoria desequilibrada al interior de la región, incide de manera no neutral en las transiciones demográficas de los países, afectando no solo el crecimiento demográfico sino también a los valores de fecundidad y mortalidad en los lugares de destino y origen. Ver Gráfico N°1.
Gráfico 1. Evolución de tasas de migración (por mil). Países seleccionados de América Latina. Periodo 1950-2000.
Durante el periodo 1950-2000 lejos estuvo de predominar una tendencia hacia la convergencia en la participación relativa del grupo de los menores sobre la población total. Lo mismo sucedió en los niveles de envejecimiento entre los países de la región.
La mayor parte de los países de América Latina en los años 50 presentaron tasas de crecimiento poblacional récord en el historial mundial, así, la región fue centro de debate en la problemática sobre población y desarrollo en los siguientes veinte años (BENÍTEZ ZENTENO, 1990 y 1994)6, en base a las previsiones sobre el deterioro del PBI per-cápita (CEPAL, 1961)7. Los defensores de la TTD, como Coale y Hoover instaban por un descenso enérgico de la natalidad, que redundaría en un incremento de los ingresos per cápita (COALE Y HOOVER, 1958)8. En la misma perspectiva se inscriben los planteamientos del Club de Roma, en el año 1972 expresaba:
Dado el acervo finito y declinante de los recursos no renovables y el espacio limitado del planeta, debemos aceptar el principio de que el creciente número de habitantes acabará por conducir a un nivel de vida inferior y a una problemática más compleja (MEADOWS, 1972, p.253)9.
Fotografía: iberoamérica Social.