Por: Daniela Hernandez Cuervo. 09/06/2024
A ocho años del femicidio de la activista ambiental Berta Cáceres, sus hijas exigen la ratificación de las condenas de las ocho personas sentenciadas en 2018, y que se investigue a fondo a los autores intelectuales del crimen.
Los familiares y el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH) piden la confirmación de la sentencia de las ocho personas que fueron imputadas por el femicidio de Berta Cáceres. Durante estos años, han luchado para que su muerte no quede impune como otros casos que ocurren en la comunidad.
“Estamos exigiendo que se confirmen las sentencias que ya se han dado para estas 8 personas que han sido detenidas, capturadas, enjuiciadas y declaradas culpables. Sabemos que hay una intención de vulnerar el proceso de justicia que llevamos a partir de la no confirmación de esa sentencia”, expresó Laura Zúniga, una de las hijas de Cáceres, en una conferencia de prensa realizada este miércoles por la tarde en forma virtual.
Éstas expresaron su preocupación por el hecho de que la falta de condena de los autores materiales del crimen de su madre imposibilita la investigación judicial sobre los autores intelectuales del femicidio. Berta Zúniga aclaró que el proceso está en momentos muy críticos por las presiones a la sala de lo penal por revertir el proceso de justicia. «Estamos hablando de acciones indebidas que están fuera de lo que está reglamentado en los procesos judiciales, se han venido haciendo presiones para afectar el proceso como compra de jueces, de testigos y pagos a personas que forman parte del Ministerio Público», dijo Berta.
Durante estos ocho años, sus hijas han reclamado que se condene no sólo a los autores materiales, sino también a los autores intelectuales. Berta Zúniga explicó que el femicidio de su madre fue “un crimen en el que logramos identificar la participación de estructuras sicariales, estructuras militares y también la participación de un grupo económico muy poderoso en Honduras, que es la familia Atala”.

Berta Cáceres -nacida en Honduras- fue una líder indígena lenca, feminista y activista en defensa del ambiente. En ese marco, cofundó el COPINH para luchar por los derechos de su comunidad. Un 2 de marzo de 2016 fue asesinada en su casa en la ciudad de La Esperanza, después de varios años de oponerse a la concesión hidroeléctrica en el río Gualcarque, una fuente de agua esencial para el pueblo Lenca.
Otro de los cuestionamientos se vincula con el cerco mediático que se está formando en los medios hegemónicos de Honduras, lo que implica mayores dificultades para quienes defienden los territorios indígenas, reservas y bosques. Laura Zúniga contó que -debido a que el movimiento no dejó de buscar justicia a lo largo de ocho años- se ocasionó «una campaña súper violenta en contra del COPINH y quienes están defendiendo la justicia».
Además, las hermanas Zúniga lamentaron que Honduras siga apareciendo como uno de los países más peligrosos para la defensa del ambiente, de los bienes comunes y el territorio. “Tenemos casos muy delicados en nuestro país, como por ejemplo los de la zona del Aguado y en la Costa Norte, donde también líderes sociales han sido sancionados de manera impune”, explicó Berta y agregó: “Seguimos tratando de vincular el tema financiero, económico y de corrupción a este tipo de casos porque se evidencian muy claro”.
El ambiente no debe estar separado del reconocimiento integral de los derechos de las comunidades indígenas porque tienen un hilo muy fino que las une. “Nosotras recordamos que el 85% de la zona de reservas y bosques tienen una comunidad. Así que no se puede hablar de medidas ambientales sin considerar nuestros derechos como comunidad”, concluyó Berta Zúniga.
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Fotografía: El grito sur