Por: Adolfo del Ángel Rodríguez. 27/07/2020
Ante la actual contingencia sanitaria, es importante retomar los reclamos que se han hecho sentir de parte de algunos sectores de la sociedad debido a que no se han podido frenar los contagios y, por ende, los estragos que provoca el Covid-19. Por ello, es menester señalar factores que impiden que se puedan disminuir los contagios y que hacen necesario revisar, por lo tanto, las políticas socioeconómicas en las que se encuentra nuestro país.
En ese sentido, en el comunicado de prensa núm.166/20, con fecha del 29 de abril de 2020 que el INEGI dio a conocer a propósito del Día del Trabajo (https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/aproposito/2020/trabajoNal.pdf), en el cual se dan a conocer los siguientes datos:
- 31.3 millones de personas de 15 y más años ocupadas se encuentran en el empleo informal, lo que representa 56.2% de la población ocupada de acuerdo con los resultados de la ENOE al cuarto trimestre de 2019.
- De la población de 15 y más años ocupada en el empleo informal, 48.8% (15.3 millones) forma parte del sector informal, en tanto que 51.2% (16 millones), presenta condiciones laborales consideradas informales (por autoempleo en la agricultura, empleo no remunerado o carencia de seguridad social).
Ante estas cifras, es triste ver cómo quienes se quejan de que la gente no se queda en casa no comprenden la magnitud de la situación en la que vive el grueso de la población, puesto que la mayoría debe salir para buscar el sustento del diario, por lo que quedarse en casa no es una opción. Ante ese panorama es lógico, que tengamos a mucha gente en las calles, no porque quieran sino porque de las actividades que desempeñan depende la satisfacción de las necesidades básicas de sus familias.
A este factor se suma otro, que pega de igual manera al sector trabajador, y es referente a que nuestro país no cuenta con seguro de desempleo, sobre todo a quienes se ocupan en el sector formal y pueden quedarse sin empleo de un día para otro, como ha sucedido en la contingencia actual, ante estas situaciones dicho seguro funciona como un colchón financiero de emergencia para amortiguar los golpes económicos.
Según datos de El Universal, (https://www.eluniversal.com.mx/cartera/estos-paises-de-america-latina-te-pagan-un-subsidio-si-pierdes-tu-empleo#:~:text=Argentina%2C%20Brasil%2C%20Chile%2C%20Colombia%2C%20Ecuador%20y%20
Uruguay%20son,regi%C3%B3n%20con%20seguro%20de%20desempleo.), sólo hay seis países con seguro de desempleo, según un estudio del Banco Mundial, los cuales son Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador y Uruguay. Al respecto, se menciona que “aunque se usa en la región el pago de una indemnización cuando el trabajador es despedido, esa fórmula no siempre está garantizada y las condiciones varían según el país, el tipo de contrato y la empresa”.
Truman Packard, economista líder en Protección Social y Trabajo para América Latina del Banco Mundial, opina que “la indemnización es un mecanismo rudimentario para manejar el riesgo de perder el trabajo. Es mejor tener un seguro de desempleo”, lo cual es muy difícil de hacer en nuestro país precisamente debido a los altos índices de informalidad laboral que existe; es por ello que la actual situación nos muestra un camino a seguir y las reformas que urgen para favorecer a los trabajadores para poder hacer frente a contingencias como la presente, pues quienes han perdido un empleo pasan por verdaderos viacrucis en estos momentos extraordinarios.
Es por lo anterior que en nuestro país seguiremos viendo gente en las calles, tratando de llevar el sustento a casa, buscando las oportunidades sorteando los peligros que implica contagiarse de Covid-19, puesto que se pone en primer lugar la satisfacción de las necesidades básicas de las familias.
Fotografía: El Espectador.