Por: Lucía Rivera Ferreiro, Roberto González Villarreal, Marcelino Guerra Mendoza. 18/01/20120
#TodasSomosLaMaestraKARINA
La imagen muestra a una mujer en llanto incontenible, acompañada por un hombre que intenta consolarla; al fondo se mira una ventanilla protegida con herrería. Luego sabríamos que eran las oficinas de pagaduría de la Secretaría de Educación del Gobierno del Estado de Yucatán (SEGEY). “¡¡Estoy cansada, siempre es lo mismo, YA ESTOY HARTA, ya no quiero ser maestra!!” (Estalla docente al no cobrar). Los fuertes gritos, la voz desesperada, son verdaderamente estrujantes, muestran una impotencia desbordada
Las reacciones de enojo, indignación, irritación y furia no se hicieron esperar. No era para menos, el breve video que rápidamente se hizo viral, es el cuadro vivo de la desesperación ante la injusticia. Una tormenta de críticas se precipitó hacia las autoridades educativas locales por el incumplimiento en el pago de salarios a la maestra. No era un día o dos el retraso, sino meses.
““He aguantado, estudio, pero que me hayan quitado mi contrato para mandarme lejos y que después me digan que me van a pagar como contrato de apoyo, y que quién sabe qué va a pasar conmigo porque no tiene respuestas de las bases….” Y agrega “Es horrible. Pasan los años y yo ya no soy una chamaca. Tengo otros gastos. He tenido que trabajar de todo. He dado cursos, he trabajado en un internet, he trabajado en asesorías, de todo para completar” (Estoy harta, ya no quiero ser maestra, grita mujer porque no le han pagado en meses)
Horas más tarde, gracias a las redes sociales y la determinación de la profesora, que decidió permanecer en el lugar hasta que la atendieran, según reportó un medio local, las autoridades educativas le extendieron un cheque que cubre parcialmente los adeudos (Tras presión mediática, pagan adeudo a maestra de la Segey).
En entrevista a un canal digital de noticias del estado de Yucatán, la maestra Karina ofrece detalles de su situación e intenta explicar los motivos de su reacción. El llanto es de dolor dice, al “saber que te engañan, que te ofrecen algo que no es lo que te corresponde…Duele más la mentira, el engaño que pasa en tu cara todos los días, todos los años, durante veinte años; la mentira que te hacen creer, y a la hora, no, era un contrato, era una licencia, era algo que no es lo que te prometieron…..” (https://www.youtube.com/watch?v=V9LYyKgi1P4). Ahora no tiene trabajo, como revela ella misma en el minuto 9 con 18 segundos.
Con una trayectoria de 20 años, ha intentado infructuosamente obtener una plaza definitiva. Desde su ingreso al sistema educativo, trabaja por contrato. “Yo estaba bien, estaba cómoda (pero sin plaza, ¿era contrato tras contrato, no?, interrumpe el entrevistador), sí, en ese entonces eran contratos, la espera del pago era para octubre, diciembre…te acostumbras, te organizas.
Para ir más allá del escándalo mediático, recomendamos escuchar con atención la entrevista publicada en el canal de youtube. No tiene desperdicio; revela el modus operandi de la asignación de vacantes, particularmente con relación la opacidad en el manejo de las listas de prelación y de los curiosos mecanismos de asignación de puestos de trabajo, tales como una subasta.
Cuenta la maestra que antes del inicio del ciclo escolar 2019-2020, acudió a una de esas subastas para elegir alguna de las opciones de empleo, que no son plazas, sino vacantes temporales. Tanto ella como las demás maestras tenían más preguntas que respuestas; en esas circunstancias, decir no o decir sí, conlleva sus propios riesgos y complicaciones.
Los posibles riesgos de decir no eran volver al final de la lista o incluso, quedar fuera de ella. Pero decir sí también presenta riesgos y complicaciones, como por ejemplo, tener que trasladarse a lugares lejanos, realizar gastos de transporte y comida que merman el ingreso familiar, arriesgarse a transitar por lugares y a horas peligrosas, o tener que tomar decisiones radicales como cambiar de residencia.
En la subasta le dijeron que no le ofrecían una base, pero que estar en una vacante temporal era un requisito para tener una base. “Si quieres tu base es un requisito estar en una vacante temporal”. ¡Tantas que ella ya había cubierto, no fueron suficientes¡ Con cuarenta años de edad y una familia que mantener, la ilusión de obtener la plaza le llevó a decir sí.
En su nuevo lugar de trabajo, las cosas no iban bien. Constantemente recibía presiones de la supervisora; ella pensaba: “yo me tengo que adaptar, no sabía que pasaba, no me sentía bien ahí”. Atravesó por una crisis nerviosa que la llevó al hospital, “pero yo decía ¡no importa, yo sí puedo!, yo voy a salir adelante, yo les voy a demostrar…yo trabajo, yo entrego, aunque sea a la una de la mañana que yo mande mi planeación….me la volvían a corregir y hacía evaluaciones en la plataforma y me las corregían….¡era una presión tremenda!” Pero desde su razonamiento, la plaza bien valía tanto sacrificio. “No importa, estoy en el camino hacia mi base, en diciembre que cobre me voy a calmar y tendré los recursos para viajar por mi cuenta…ver de qué forma esta presión bajará….”
Las presiones, conflictos, enfermedades y preocupaciones acumuladas por las exigencias de la directora y supervisora, por entregar planeaciones a tiempo, subirlas a horas de la madrugada en una plataforma, corregirlas, por llegar temprano así fuese en medio de una tormenta en un camino peligroso, finalmente hicieron crisis. La gota que derramó el vaso es lo que muchos atestiguamos en el video que se viralizó rápidamente: “me entero en ese momento que soy un contrato porque no hay una clave, yo pido una explicación, que me digan por qué no me están pagando. Presiones horribles para nada, gastando dinero que no tenía.”
No obstante, y a pregunta expresa, la maestra Erika no considera que las presiones recibidas por parte de las autoridades escolares fuesen algo personal, “así es la forma de trabajo de la supervisora y de la directora, pero yo sentía esa presión y se los dije varias veces”.
¿Qué es lo que pone al descubierto este caso? Varias cuestiones, mismas que desde hace tiempo venimos advirtiendo. Señalaremos tres que nos parecen fundamentales: la desaparición de la plaza base, la precariedad del trabajo docente; los efectos subjetivos de la narrativa neoliberal en la producción de una nueva figura docente: el empresario de sí.
- La desaparición de la plaza. La reforma constitucional de la 4T NO regresa a los maestros la seguridad que ofrecía una plaza; lo que ofrece son vacantes en condiciones cada vez más precarias. “Es lo que hay”, diría …Pero el sistema continúa engañando a los maestros y maestras; al final del día, ellas resultan más afectadas.
- Precariedad del trabajo docente. Ser maestra se ha convertido en una profesión riesgosa, no solo por las condiciones laborales mismas y su consecuente incertidumbre, sino también por la inseguridad, los niveles de agotamiento, las exigencias constantes para demostrar que se trabaja y bien, aún a riesgo de la propia salud, o la vida…. Porque el caso de la maestra Ericka no es el único, de ninguna manera es un evento aislado, sus pesares y dilemas son los de muchos y, sobre todo, de muchas. En la jerga utilizada por el magisterio, las incidencias que detonó en forma explosiva la reforma 2013, continúan sin resolverse, muchas de ellas ni siquiera son reconocidas como tales. A ello se suman la indolencia, ineficacia e ineficiencia de los sistemas educativos, tanto estatales como el federal. La dilación de pagos y prestaciones, el escamoteo de derechos y el incumplimiento de obligaciones, además de ser patrones institucionales típicamente neoliberales, sugieren que poco importan las maestras como personas.
- La producción de un nuevo maestro. Desde que publicamos Anatomía política de la reforma educativa, hace ya tres años, advertíamos sobre las afectaciones y los efectos de la reforma 2013. Anotamos como una de nuestras hipótesis, la producción de un nuevo maestro. Al paso del tiempo sus características se han ido revelando; los rasgos del maestro empresario de sí emergen cada vez con mayor nitidez. Es él o ella quien debe solucionar o tratar de solucionar por sí misma y con sus propios medios, toda clase de eventualidades, desde la falta de pagos, las micro-conspiraciones y saboteos cotidianos de los propios colegas (quienes muy probablemente no son conscientes de las consecuencias que sus acciones y formas de relación tienen en sus iguales), pasando por las sospechas y acusaciones de todo tipo procedentes de todas partes, comenzando por los padres y el propio sistema. El nuevo maestro debe aguantar todo con la esperanza de que al final habrá valido la pena. Las consecuencias de la disolución de los lazos gremiales es cada vez más notoria, “sálvese el que pueda” es la consigna. Hay que acostumbrarse a la incertidumbre, tragarse la frustración, el sufrimiento, el miedo, la angustia y toda clase de emociones negativas asociadas a la reconfiguración neoliberal del sistema, el maestro y la escuela. El caso de la maestra Karina no es el único; al igual que ella, muchas y muchos más viven en la incertidumbre; padecen, en soledad, todas las consecuencias y sufrimiento que conlleva. ¿Puede una maestra o maestro en tal situación de vulnerabilidad hacerse cargo del cuidado de los otros?
Por más que la 4T se empeñe en decirnos que la era neoliberal se terminó, la realidad es necia; el virus logró inocularse. Las evaluaciones marchan sin sobresaltos. Sí -dirán muchos-, mejor esto que lo de antes; con esto se pierde de vista el grado de naturalización de una práctica encadenada al sostenimiento de un trabajo precario. De igual manera, cuando el actual secretario de la SEP asegura, jura y perjura que las cargas de trabajo administrativo a los docentes disminuirán, falta a la verdad, por la sencilla razón de que para hacer realidad dicha promesa, se requeriría abandonar la obsesión por los estándares, las evidencias y las mediciones, entre otras muchas cosas. Se necesitaría dejar de cargar en los hombros de los maestros la demanda continua para alimentar un sistema de información cada día más grande y complejo. Se necesitaría un trabajo digno, estable, bien pagado, acorde con la complejidad de las funciones, responsabilidades y actividades que realizan los maestros.
Pero conseguir esto y muchos otros cambios necesarios, y hacerlo antes de que la sociedad toda termine completamente enferma, no vendrá de afuera, sino desde adentro. Seguiremos con el tema.
Contacto: [email protected]