Por: Gilberto Dorantes Álvarez. 15/12/2017
El juego político que nos están presentando los distintos medios de comunicación, tienen una tendencia muy importante la cual no es percibida por un gran número de espectadores y son quienes de manera “fácil” caerán en el engaño y con su sufragio legitimarán las distintas atrocidades que actualmente se están cometiendo y tienden a ser peores bajo el manto protector constitucional.
Desde la presidencia de la República y desde sexenios anteriores se han estado maquinando y maquillando las sucesiones presidenciales, y en los momentos más ríspidos que el grupo de poder estaba viviendo a causa de su desmedida ambición por apoderarse de todo el país, haciendo y deshaciendo a su antojo de las pertenencias de todos los mexicanos, optaron por un sesgo político e inventaron la “alternancia en el poder”, dándole un respiro a quienes piensan que la democracia existe en México, pero en realidad todo es un teatro, el cual cada vez se le cree menos, pues los guionistas han descuidado tanto sus escritos que se reconoce el estilo y se hacen demasiado predecibles dentro del tablero político, al grado que se sabe con demasiada antelación las maneras en que moverán las piezas en el ajedrez político.
Los actuales mandatarios al igual que los sexenios anteriores, aunque hayan estado bajo las siglas del PAN, han servido a los grandes capitalistas y las políticas aplicadas en la historia del país, siempre han sido las mismas, pues estas están encausadas para poder someter al pueblo a sus voluntades mientras la clase política que está al servicio de los grandes empresarios, son quienes llevan una vida insensible toda llenas de lujos gracias al latrocinio perpetrado en contra nuestra, en contra de un pueblo trabajador, honrado y honesto que al vislumbrar una realidad quisiera sacudirse el yugo impuesto durante décadas, y pone sus esperanzas en alguien que no sabemos a ciencia cierta si en caso muy lejano quedara en la presidencia de la República, pudiera cumplir todo lo que ha dicho en beneficio del pueblo.
Aunque esto es solo un sueño muy guajiro, pues como lo dije líneas arriba, los políticos actuales que siguen las órdenes de un patrón que se mantiene en el anonimato, son demasiado predecibles, y desde hace mucho tiempo y para poder cumplir sus deseos, han realizado tantas reformas constitucionales que ellos jamás estarán fuera de la ley. Y como actualmente no ven la manera de detener la popularidad de AMLO, a pesar que han recurrido a infinidad de estrategias, y lo único que han logrado es acrecentar el descontento social existente en la actualidad.
Todo lo que están maquinando los opositores al ideólogo tabasqueño lo están haciendo bajo la protección constitucional, por eso quieren aprobar y echar a andar la “ley de seguridad interior”, pues de esta manera se están preparando para el mega fraude y están militarizando al país, para poder detener cualquier revuelta social que pudiera suceder después de las elecciones. Los grupos de poder no están dejando cabos sueltos, por eso desde temprana hora hacen que lo ilícito deje de serlo.
Tal pareciera que el pueblo mexicano está destinado a vivir bajo un autoritarismo pleno, donde los dueños del dinero imponen sus voluntades a través de políticos corruptos que viven del robo perpetrado al pueblo que a diario estamos pagando un costo muy elevado por haber nacido y tener que vivir aquí en nuestra patria. La impunidad en que viven los políticos es porque ellos han diseñado las maneras para no ser tocados por la ley, y solo existen casos muy raros donde aparentan aplicar la ley a algunos servidores públicos, pero hasta el día de hoy, a pesar de que tienen encarcelados a algunos granujas, no se sabe del dinero que hurtaron, ¿Para qué queremos a gente en la cárcel, que además tenemos que mantenerlos?
Lo que se necesita es que regresen los dineros robados para que estos se apliquen a los gastos sociales que tanta falta hace. Lo más probable es que otros políticos de marras se vayan quedado con lo hurtado, y al final se cumple el adagio que, “ladrón que roba a ladrón, tiene cien años de perdón”. ¡Reflexionemos mientras llega el próximo café!
Fotografía: mexicosocial