Por: Egbert Méndez Serrano. Perspectivas comunistas. 05/10/2024.
El 7 de octubre se cumplirá un año de los ataques de Israel contra el pueblo que habita la Franja de Gaza. Por tal motivo, el día de hoy se realizó la Marcha por Palestina. Un nutrido contingente de aproximadamente 2 mil personas partió del Ángel de la Independencia hacia el Monumento a la Revolución, exigiendo el alto al genocidio y la ruptura de relaciones de México con el Estado de Israel.
Al grito de “Claudia, carajo, rompe con Netanyahu“, la movilización expresó otro frente de lucha contra la militarización no solo en el país, sino a nivel mundial (la escalada hoy se extiende al Líbano), pues el genocidio que ocurre en Palestina es producto del imperialismo estadounidense y su brazo armado en oriente medio.
Las relaciones económicas entre México e Israel, colocan al Estado mexicano en una situación de corresponsabilidad en las escaladas militares, ya que esos flujos financieros aceitan la maquinaria belicista norteamericana.
Aun cerrando un ojo para no ver los asesinatos que el ejército israelí comete día con día en la zona, no hay manera de que las y los mexicanos nos desentendamos del genocidio, aduciendo que es una “guerra” en otro país. No hay que olvidar el armamento, vehículos y capacitaciones que Israel y su Mossad han proporcionado a los cuerpos de policía y Ejército mexicano. En su libro El papel de Israel en la militarización de México, Aracely Cortés-Galán, da numerosos ejemplos del uso de estos insumos.
1. Durante el levantamiento neozapatista en 1994, se usaron aviones Arava modificados, que son fabricados por la Israel Aircraft Industries.
2. El 3 y 4 de mayo de 2006, el pueblo de Atenco fue violentamente reprimido por la Policía Federal Preventiva (PFP), murieron 2 personas y se cometieron abusos sexuales, varios elementos de las fuerzas represivas habían sido entrenados en Israel.
3. Eel 25 noviembre de 2006, el Grupo de Operaciones Especiales (Gopes) de la PFP, entrenado en Israel, reprime violentamente a las organizaciones agrupadas en la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), dejando como saldo 26 personas muertas y 152 detenidas.
4. Entre el 26 y 27 de septiembre de 2014, el crimen organizado y el Estado desaparecen a 43 estudiantes de la Normal Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa, en el estado de Guerrero, se sabe que para aquella ocasión el Ejercito Mexicano usó vehículos blindados SandCat, de patente israelí.
5. Desde 2011 hasta la fecha (2024), el Ejército Mexicano usa el malware Pegasus, desarrollado por la empresa israelí NSO Group, para realizar espionaje contra civiles, entre ellos periodistas y defensores de derechos humanos.
La relación se estrechó en el año 2000, todavía durante el gobierno de Ernesto Zedillo: México firmó un Tratado de Libre Comercio con Israel. No es de extrañar que haya 16 empresas israelís, de carácter militar, operando en nuestro país. Con una cúpula militar asociada al sionismo, protegida por viejos y nuevos gobiernos, ¿debería sorprender que Tomás Zerón, exdirector de la Agencia de Investigación Criminal de la Fiscalía mexicana, haya huido a Israel para no afrontar la justicia por el caso Ayotzinapa en el que está acusado de tortura?
El inicio del nuevo sexenio no da buenas señales para saldar las deudas pendientes derivadas de estas relaciones, pues diversos personajes están arropados por el sionismo, tal es el caso de Juan Ramón de la Fuente —que en 2015 recibió el Premio Jerusalem—, personaje despreciado por el movimiento universitario que estalló la Huelga en la UNAM de 1999 y concluyó en 2000 con la entrada de la Policía Federal Preventiva (PFP) a Ciudad Universitaria, haciendo detenciones arbitrarias. Durante el sexenio de López Obrador fue Representante Permanente de México ante la ONU, y ahora con Claudia Sheimbaum es designado secretario de Relaciones Exteriores.
Los crímenes de lesa humanidad realizados por Israel, no son mero salvajismo, obedecen a una racionalidad terrorífica y por lo tanto debe hacerse responsable de las consecuencias su actuar, enfrentando la justicia internacional. En lo que respecta a México, no se puede hablar de transformación si su gobierno está coludido con un Estado genocida.
Fotografía: Egbert Méndez