Por: Oswualdo Antonio González. Director del Portal Insurgencia Magisterial. 28/12/2017
Las calles que caminamos cuando niños,
los rostros antes jóvenes y ahora viejos,
los que ya se fueron,
esas presencias y vacíos, hoy se mezclan.
Con este artículo iniciamos una serie de reflexiones temáticas cortas, que desde la perspectiva del Portal Insurgencia serán claves para el año 2018.
Los Movimientos sociales y sus fines
Los Movimientos sociales tienen como una de sus finalidades transformar un estado social de cosas considerado indeseable. Para ello, se reconoce como una fortaleza la acción colectiva, resultado de compartir historias, miradas, valores y preferencias. Su forma de articulación trasciende coyunturas electorales. Se estructura en círculos de confianza y en toma de decisiones horizontales. En diversas ocasiones se integran con otras organizaciones y se tejen frentes y redes para poder enfrentar a “enemigos” comunes o bien disputar espacios de poder público, aunque no es su fin.
Los Partidos políticos y sus fines electorales
Un Partido, reúne a ciudadanos con intereses de disputar el poder público. En México, se diferenciaban por su modo de concebir el servicio público, lo cual era claramente observable en sus plataformas e historias. En las elecciones del año 2018 en México, la clásica división entre Partidos de Izquierda, Centro y Derecha fue borrada por los acuerdos públicos (“alianzas”) entre Partidos y por los acuerdos privados con grupos económicos, los cuales eran observables por los espacios clave que les concedían.
Los retos de cara al 2018
Ante la negociación de los referentes ideológicos a cambio de “apoyos”, los Partidos políticos se han igualado en su concepción de la política y en las estrategias para lograr el poder público.
El reto mayor de los movimientos sociales es evitar que sean arrastrados por el “haiga sido como haiga sido” en aras de lograr “puestos” o, en el otro extremo lograr acuerdos cupulares para obtener candidaturas, pero negarlas públicamente aludiendo que son decisiones personales de sus cuadros dirigentes. Tanto lo primero como lo segundo, dañan a los movimientos sociales en lugar de fortalecerlos. Ya que esas estrategias, antes efectivas, ahora son fácilmente desmontables desde el criterio de los grupos beneficiados y del grado de inmovilismo aparente de sus bases.
Otro reto es lograr que las agendas de los movimientos sociales se incorporen a las plataformas electorales de los Partidos políticos, lo cual hasta este momento no se ha logrado, ni parecen existir estrategias en este sentido, sobre todo ante el horizonte temporal limite del mes de febrero del 2018.
Fotografía: pngfree