Top Posts
Mercado, raza y coeficiente de inteligencia: el capitalismo...
Vivir Quintana: “La diversidad es lo que realmente...
Resistir, recuperarse y ampliar alianzas para luchar con...
«La existencia, como la rosa, acontece sin porqué»
¿Una nueva fase del capitalismo o la lógica...
“Hay intereses del Gobierno y de empresas para...
Analista chino: “Contrarrestar la hegemonía de EE.UU. seguirá...
Sociedad civil, la última frontera hacia el totalitarismo...
Guardianes del mañana: Humanidad 3.0
La distopía de Nauru
  • Colectivo Insurgencia Magisterial
Portal Insurgencia Magisterial
Banner
  • Inicio
  • Nosotros/Legal
  • Directorio
  • Alianzas
  • Columnistas
  • Voces que seguimos
  • Calendario de eventos
  • Educooperando
Espacio principalEspacio secundario

Votar en las urnas y en las calles.

por La Redacción febrero 24, 2020
febrero 24, 2020
827

Por: Juan Pablo Cárdenas. pressenza. 24/02/2020

Si de estallidos sociales se trata, éstos siempre están en la antesala de los grandes cambios o revoluciones. Con mayor o menor intensidad, la violencia muy habitualmente los acompaña. La condición humana siempre se empeña en mostrar sus distintos rostros.

No parece posible que las transformaciones importantes puedan sucederse gradualmente y que haya que esperar por ellas en paciente y completa resignación. Los primeros en ejercer la violencia son, por lo demás, los que están conformes y se sienten gananciosos con el orden establecido. Por algo se habla de “guerras de liberación” que se oponen a la acción represiva y hasta terrorista de los estados. Así como de grandes conflagraciones mundiales y cruentos conflictos al interior de las propias naciones entre opresores y oprimidos. Entre los que están en el poder y los que se sienten discriminados.

Los grandes líderes reconocidos por la humanidad son siempre los que tuvieron más firme resolución y expusieron hasta sus vidas en la consecución de sus propósitos. La historia habla de cómo se denigró a nuestros padres de la patria y de la forma en que muchos de ellos terminaron asesinados, confinados o en el destierro. Es cosa de ver qué sucedió con O´Higgins, por ejemplo, obligado a abdicar por una conspiración que lo amenazó con más sublevaciones y guerras en una república que no terminaba de constituirse. O lo sucedido también con San Martín, Bolívar, Sucre y tantos otros patriotas que tendrían que esperar muchos años después de sus muertes para ser reconocidos en toda su valía y legitimidad. Porque de lo que menos se les acusó fue de ambiciosos, terroristas, criminales y ladrones por quienes se sintieron afectados por sus gestas liberadoras. Tal como se sabe que incluso los grandes promotores de la “no violencia activa” tuvieron siempre que convivir y complementar sus loables esfuerzos con los que prefirieron los métodos más radicales de lucha. Como sucediera con los Ghandi, los Mandela y hasta muchos profetas y figuras morales a lo largo de toda la trayectoria humana.

La historia no les da finalmente reconocimiento a los llamados moderados y mediadores, los que habitualmente terminan arrollados por la fuerza de los acontecimientos. Incluso en el periodismo, la literatura y el arte, son finalmente enaltecidos aquellos que muestran compromiso con el porvenir. Nunca a los ponderados y autoproclamados independientes u objetivos, como suelen autodefinirse hoy en Chile algunos medios y plumarios que lo que realmente se proponen es frenar el ímpetu de la justicia, como discurrir salidas que reviertan los cambios, así sea con la violencia policial y las asonadas militares.

Treinta años el país esperó que su “clase política” le pusiera fin a la Constitución de Pinochet y echara abajo el poderoso andamiaje de leyes injustas, privilegios irritantes y corrupciones. Por el contrario, los gobernantes y parlamentos de la posdictadura terminaron encantándose con el “legado” del Dictador y emprendieron nuevos asaltos al erario público, otorgando toda suerte de privatizaciones, concesiones y oportunidades para los que vinieron del extranjero a enseñorearse en nuestra reservas mineras, acuíferas, pesqueras y forestales, además de recibir aquellas empresas públicas que los militares no alcanzaron a conceder a las transnacionales.

Sin embargo, en su desesperado estallido cupular, de pronto ahora derechistas, concertacionistas y otros proclaman que sí podría satisfacerse las demandas populares dentro de la Constitución vigente, aceptando que Chile ha vivido en un vergonzoso estado de inequidad y abusos. Hablando de la boca para afuera, por supuesto, porque en estos cuatro meses de alta tensión social no ha surgido de ellos ninguna iniciativa realmente transformadora y, por ende, pacificadora.

Pero ya es muy tarde y difícil que se les crea. Finalmente, gracias a la movilización social, tuvieron que consentir con un plebiscito y una convención constituyente, aunque con la trampa implícita de que la nueva carta fundamental tendría que requerir que todo sea aprobado por los dos tercios o más de quienes se les encomiende su aprobación y redacción. Con lo cual a lo que aspiran es a que los cambios se desbaraten y mucho se quede exactamente igual. Tuvieron, además, la pretensión de que el pueblo se calmase con esta “salida institucional”, que la furia se alejara de las calles y que los partidos y políticos profesionales pudieran recuperar el prestigio y liderazgo perdidos.

Pero no ha ocurrido así. Tal parece que el estallido social no se va a afectar con la acción de los contemporizadores, timoratos y oportunistas y su discurso del miedo. Que el levantamiento social no se conformará con promesas y soluciones a medias. Que felizmente al pueblo no le bastará que se trabaje en una nueva Constitución, sino que se ponga término a las injusticias cotidianas, el saqueo de las grandes empresas, el cohecho transversal de la política y las prácticas represivas de un nuevo gobierno que viola grave y sistemáticamente los Derechos Humanos, como se ha anota con contundencia en los informes internacionales. De allí que sea tan importante que en abril próximo votemos por un SI a una nueva Carta Magna, además de aprobar que la asamblea constituyente quede integrada totalmente por quienes resulten elegidos después por la ciudadanía, sin espacio alguno para los gobernantes y legisladores actuales vestidos con piel de oveja.

En ello podría radicar la posibilidad de que Chile tenga una Constitución impuesta por la mayoría soberana y no por los quórums tramposos predeterminados por los inventores de la ocurrencia cupular referida. Al mismo tiempo, es indispensable que continúen las protestas de quienes quieren derribar el sistema previsional, de los que se oponen a los cobros abusivos de la locomoción colectiva y el uso de nuestras carreteras, de los que buscan recuperar la iniciativa y responsabilidad del Estado en la economía, el trabajo, la salud y educación, así como para terminar con la rapacería de nuestras riquezas básicas.

La historia también nos enseña de las trágicas restauraciones, reconquistas y contrarrevoluciones, cuando la unidad de los insurgentes se deteriora, se impone el conformismo o gana el temor tan bien azuzado por las fuerzas reaccionarias. Lo que derivaría, como ha ocurrido tantas veces, en una verdadera y cruenta guerra fratricida.

LEER EL ARTÍCULO ORIGINAL PULSANDO AQUÍ

Fotografía: pressenza.

Compartir 0 FacebookTwitterWhatsapp
La Redacción

noticia anterior
Arremetida contra el Amazonas.
noticia siguiente
Ningún gobierno ha atendido las alertas por asesinatos y delitos contra niñas en México: ONGS.

También le podría interesar

La presunción de liderazgo

junio 8, 2025

“¿Morir de vida súbita? La tragedia de la...

junio 5, 2025

La actitud nos está robando el futuro

junio 1, 2025

Visitantes en este momento:

356 Usuarios En linea
Usuarios: 41 Invitados,315 Bots

Blog: Perspectivas comunistas

Desde el Plantón magisterial en el Zócalo de la CDMX

Nuestras redes sociales

Blog de la Columna CORTOCIRCUITOS

Nuestros grupos de difusión

Artículos publicados por mes

Síguenos en Facebook

Síguenos en Facebook

Artículos por AUTORES

Artículos publicados por FECHA

junio 2025
L M X J V S D
 1
2345678
9101112131415
16171819202122
23242526272829
30  
« May    

Artículos más leídos esta semana

  • 1

    Del Acuerdo Educativo Nacional al Plan de estudios 2022.

    septiembre 13, 2022
  • 2

    Denuncian “plagio” en el Artículo: “Atribuciones causales del maltrato entre iguales. La perspectiva de los alumnos y del personal de escuelas de enseñanza media básica”

    noviembre 12, 2023
  • 3

    Incongruencias de la NEM de Marx Arriaga: luchar contra el neoliberalismo promoviendo un concurso de Círculos de estudio sobre Freire, con premios de 10 mil pesos a los ganadores y con mecanismos de exclusión

    septiembre 25, 2024
  • 4

    Ekaitz Cancela, autor de Utopías digitales: Imaginar el fin del capitalismo: “El diseño de la tecnología no es asunto exclusivo de las startups con sede en Silicon Valley”

    septiembre 17, 2024
  • 5

     Reforma judicial: transición de la partidocracia a la coprocracia*.

    septiembre 15, 2024
  • 6

    La Casa de los Famosos: ¿es posible no mirar?

    septiembre 19, 2024
  • 7

    La revolución del amor vs la cobardía reaccionaria

    septiembre 27, 2024
  • 8

    REDALYC se deslinda de “Artículo” con denuncia de “plagio”

    noviembre 14, 2023
  • 9

    CCH-UNAM consuma despido de profesor, señala que los motivos fueron políticos

    septiembre 8, 2024
  • 10

    Pago de seguros institucionales: burda simulación de Cuitláhuac.

    octubre 13, 2024
  • 11

    DESPUÉS DEL DÍA 1, ¿QUÉ ES LO QUE VIENE PARA EDUCACIÓN?

    octubre 4, 2024
  • 12

    Luce, la polémica “mascota” con que El Vaticano busca acercarse a los jóvenes

    noviembre 16, 2024
  • 13

    Emilia Ferreiro, una y múltiple

    octubre 1, 2024
  • 14

    Redadas migratorias en EEUU: nacionalismo Trump vs el deep state

    junio 12, 2025

Rolando Revagliatti. Argentina

Raúl Allain. Perú

Juan Antonio Guerrero O. México

Vanesa Monserrat. Argentina

Carolina Vásquez Araya

Ilka Oliva-Corado

Javier Tolcachier

Columna: CORTOCIRCUITOS

Manuel I. Cabezas González

Luis Armando González

Iliana Lo Priore

Jorge Salazar

Adolfo del Ángel Rodríguez

Oswualdo Antonio G.

José Eduardo Celis

Daniel Suárez

Güris J. Fry

Jorge Díaz Piña

Ángel Santiago Villalobos

Andrés Brenner

Alejandra Cortina

José Carlos Buenaventura

Luis Palacios

@2020 - Insurgencia Magisterial

Portal Insurgencia Magisterial
  • Inicio
  • Nosotros/Legal
  • Directorio
  • Alianzas
  • Columnistas
  • Voces que seguimos
  • Calendario de eventos
  • Educooperando
Portal Insurgencia Magisterial
  • Inicio
  • Nosotros/Legal
  • Directorio
  • Alianzas
  • Columnistas
  • Voces que seguimos
  • Calendario de eventos
  • Educooperando
@2020 - Insurgencia Magisterial

Leer también:x

Sin empatía no hay comunidad.

noviembre 2, 2020

Juventud violenta y cómo resolverlo.

enero 29, 2018

La “no violencia” y los “no hombres”

septiembre 6, 2021