Por: Blanca Athié. 04/01/2024
Nacida en 1995 en San Juan Chamula, Susi Bentzulul es poeta, feminista y traductora maya tsotsil. Su debut literario es el potente poemario Tenbilal antsetik/Mujeres olvidadas (editado por Tierra Adentro). El cuerpo como territorio de resistencia y la memoria colectiva contra el olvido es el eje central de su libro.
La denuncia evidente ante la hegemonía lingüística y el sistema capitalista, colonial y machista, no le quitan un ápice a la belleza poética de su obra, incluso la convierten en una imprescindible fuente literaria. Como bien apunta la epistemóloga decolonial Adrienne Rich, en su icónica obra Nacimos de mujer: “En la mayoría de los casos, nuestras vidas y las vidas de las mujeres que nos precedieron jamás han sido contadas completamente, salvo en forma oral. Pero ya no podemos arriesgarnos a mantener nuestra tradición oral: una tradición que se basa en estrechas redes familiares y que depende de que las distintas generaciones vivan en la misma ciudad o barrio […] Así, los cuentos de la madre, e incluso la lengua materna, son fuente de literatura.”
Así pues, la memoria como herramienta literaria está bien lograda en las letras de esta joven poeta que pretende sanar a través de las heridas de la madre:
Sts’uj xch’ich’el (Una herida sangra)
Sts’uj xch’ich’el ta jch’ulel.
Ja’ snopbenal jme’ ch-ok’
xchi’uk ta st’uxijes stsatsal xchijtak.
Ta juju siuel ep ya’lel sat.
Ta sjal batel ts’ijilal li jme’e.
Una herida sangra en mi alma.
Es el recuerdo de mi madre que llora
y moja la lana de sus borregos.
Por cada hebra, mil lágrimas.
Mi madre teje un largo silencio.
La mujer y la palabra en Sitlali Xaurima Chino
Las mujeres indígenas wixaritari tienen en Sitlali Xaurima Chino Carrillo, nacida en 1992, a una gran defensora de sus derechos y una apasionada de la palabra. Premio Estatal de la Juventud 2020, es también la primera mujer presidenta de Concertación Agraria de San Sebastián Teponahuaxtlan y Tuxpan de Bolaño. En esta última comunidad wixárika ha radicado gran parte de su vida. Es consciente de que sentipensar el territorio como una identidad femenina no es sólo un derecho, sino también una resistencia que la poesía teje en las palabras.
“La mujer wixárika ha sido objeto de muchas críticas, sabotajes y menosprecio dentro y fuera de sus comunidades. El camino por el reconocimiento pleno de nuestros derechos y participación no ha sido fácil, a pesar de estar comprometidas desde nuestros espacios para la construcción de un mundo más justo y armonioso; por ello es importante visibilizar todas estas prácticas que nos duelen y queremos erradicar de diversas formas, desde la escritura, desde los cantos, desde los bailes y en este sentido compartir pensares, sentires”, cuenta Xaurima para La Jornada Semanal. Aquí un poema suyo:
Ta ’tei mutinuiwaxitsie (Cuando nació nuestra madre)
’Ukari tayeiyari meputahii,
ta ’hetsie me ’puutanua ’aixi temiteueriekaki,
’Uka ta’tei niwetsikatsie hayuyeitiaka tatiumi.
’uka haramatsie hayuyeitiaka tatsiuti haritia,
’uka hikuritsie hayuyeitiaka maitsika pitatiupitia.
Hikita meputitsuaka tewaratimaiyaxiki tekawaraeriwaki,
kememaitika yatekwatekahu,
ta yeiyari te meuyeweximekt,
ta’niukiri mekwa’enie.
La mujer convertida en maíz
nos ofreció alimento,
la mujer convertida en agua
nos dio fortaleza,
la mujer convertida en peyote
nos brindó sabiduría.
Ahora lloran porque las olvidamos,
porque no las recordamos,
porque vamos por el camino del mal,
porque estamos perdiendo nuestra identidad,
y porque ya no escuchan nuestra lengua.
Agua y vida en Zara Monrroy
El mar también es territorio y prueba de ello es la poeta, rapera y danzante Zara Monrroy, nacida en 1991 en Punta Chueca, Sonora, perteneciente a la Nación Comca’ac. En su cuerpo-territorio el mar y el desierto se unen, abren caminos para eternos caminantes y danzantes, ya que ser nómada forma parte de la identidad seri, cuya movilidad gira en recursos acuíferos. Aunque van y vienen, a donde vayan llevan consigo el territorio, el agua, la vida en su vitalidad misma:
Hax Isax (Agua Vida)
Hant iti yaai com tcoo ma taax ziix desierto hapá taax ah xo, hax isax izax taax hant iti yaai com tcoo ma iti spaho zah xah za quiix pop taax.
Nuestro territorio es un lugar desértico, pero hermoso lugar sagrado de flores silvestres y medicinales, desde donde invoco el agua al monte y sus bellos paisajes, porque el agua es vida, invocamos el agua a través del canto de mar
(Fragmento tomado de Hax Isax, Hax coamit. Agua vida, invocando el agua, Zara Monrroy, Raíces Alcorce Ediciones, 2023.) l
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Fotografía: Voces feministas