Por: Norberto Soto Sánchez. Psicólogo y Maestro en Educación por la UAS. Doctorante de la UPN Ajusco. Interesado en temas de violencia política en educación superior. 29/04/2024
Hace unas semanas el Partido Sinaloense y su líder moral, el magnate y cacique universitario que controla a la Universidad Autónoma de Sinaloa desde hace casi 20 años, Héctor Melesio Cuén Ojeda, denunciaron públicamente la supuesta desaparición forzada de dos de sus dirigentes. El hecho se dio al inicio de las campañas electorales en la entidad y captó la mayoría de la atención mediática regional.
El 16 de abril los dos desaparecidos aparecieron. Sin embargo, un par de días antes Cuén Ojeda convocó a una rueda de prensa en la cual emitió desconcertantes declaraciones: acusó a periodistas de estar coludidos con el crimen organizado y, de manera indirecta, de tener parte de la responsabilidad de las desapariciones. Los criminalizó vilmente.
Los señalamientos en realidad eran parte de una absurda vendetta: algunos de los periodistas y medios injuriados por el cacique tienen el gran mérito de haber realizado y difundido investigaciones sobre presuntos hechos de corrupción que exfuncionarios de la UAS ─entre los que destaca el hijo de Cuén Ojeda- han llevado a cabo, los cuales ascienden a más de 700 millones de pesos. Derivado de ello ya hay procesos legales en curso contra los implicados.
El día en que se supo el paradero de los supuestos desaparecidos la Red Para Romper el Miedo, la cual es una plataforma de articulación de medios de comunicación y colectivos de periodistas y personas defensoras de derechos humanos, emitió un comunicado (https://acortar.link/3M1gRY) donde exigió un alto a la estigmatización y criminalización que el PAS y Cuén llevaron a cabo contra periodistas.
Por su parte este cacique, que también es candidato a diputado pluri por el PRI ─coalición Fuerza y Corazón por México-, solicitó al INE servicios de seguridad personal. Según él se siente en peligro.
He escrito mucho sobre este personaje y el cacicazgo universitario que encabeza. Desde el 2012 fui docente de la UAS, en donde me tocó ver toda la dinámica clientelar que los directivos de las unidades académicas imponen a estudiantes, profesores y trabajadores administrativos para movilizar una basta maquinaria de activismo político que favorece al pasismo. También fui testigo de las brutales agresiones gansteriles que llevan a cabo contra todo aquel que se les opone.
Harto de la situación que vivía en el centro de trabajo, decidí grabar llamadas telefónicas que distintos funcionarios universitarios, que a su vez son operadores políticos pasistas, me hicieron por distintas razones. La idea era recabar pruebas que mostraran fehacientemente lo que sucede en la UAS bajo dominio del cacicazgo cuenista y exponerlas en medios de comunicación. Algo de ese material fue expuesto en vivo en una entrevista con periodistas de El Noroeste en 2018 (https://acortar.link/jn7AHb).
Entre los personajes que grabé destacan el ex vicerrector de la Unidad Regional Sur, Miguel Ángel Díaz Quinteros, y el propio Héctor Melesio Cuén Ojeda. Estas llamadas, así como distintos videos, están en el canal de YouTube que creé tras ser despedido injustificadamente de la universidad en 2018 llamado “Democratizar a la UAS” https://www.youtube.com/@democratizaralauas.
Todo lo que hice causó mucho enojo en la cúpula pasista. Crucé una línea inaceptable para el cacicazgo. A inicios de 2019 mi compañera de vida Adela López Rodríguez y yo tuvimos que huir de Sinaloa para salvar mi vida tras los ataques que ordenaron contra mí Héctor Melesio Cuén Ojeda y la dirigencia del PAS. A esa situación le antecedió una fuerte campaña de difamación y criminalización en la que, sin ningún fundamente, se me llegó a acusar —entre muchas otras cosas- de pertenecer a una organización semi clandestina que asesinó a un director de asuntos jurídicos de la UAS de nombre Enrique Ávila Castro (DEP) en 2005, cuando yo tenía 15 años. También intentaron tenderme montajes para acusarme artificiosamete de acoso sexual. El cacicazgo tiene muchas personas, incluidos académicos “vacas sagradas”, que se prestan a hacer esas cosas fungiendo como verdaderos actores y actrices. Es su especialidad.
Todas las agresiones y los montajes fallaron ─no tengo ninguna denuncia en contra mía, jamás pudieron manchar mi nombre en ese sentido, aunque lo intentaron- porque tomé cuidados obsesivamente minuciosos respecto a mi vida social y personal pero, sobre todo, porque Adela, al percatarse claramente de lo que estaba sucediendo, no dudo en acompañarme y defenderme en todo momento. Incluso en una ocasión logró la disuasión de un intento de levantón que, por órdenes de Cuén Ojeda, pretendían llevar a cabo en contra mía policías municipales de Culiacán (https://acortar.link/ew8tUY).
¿Y quién es ella para lograr esa disuasión? Es hija de Manuel López Armenta, exoperador político del priismo en la región, exprofesor y exdirector jubilado de la prepa UAS El Fuerte y exsecretario municipal del PAS, que desde hace años y al día de hoy es colaborador fáctico muy cercano al cacique Melesio Cuén. El que la hija de un personaje clave del cacicazgo cuenista en el norte de Sinaloa estuviera dispuesta a emprender una campaña democrática y testificar públicamente contra ellos en un caso de desaparición forzada de un opositor político resultaba muy problemático.
Después de eso a ella la difamaron a través de una campaña cargada de vulgaridades misóginas que impulsó en Facebook una cuenta falsa pro-cuenista (como decenas que abundan en esa red social) de nombre María Soto Lara. Incluso mis padres recibieron múltiples agresiones a su intimidad personal y familiar por parte de personas que crecieron desde muy pequeños con Adela y conmigo, los cuales se reivindican como “luchadores sociales” y “comunistas” —hay que decir que no lo son, solo ensucian el nombre del Comunismo- pero que en realidad se dedican a hacer, entre otras cosas, labores de policías políticos al servicio no solo del PAS, sino de cualquier partido político del régimen burgués que les ofrezca alguna prebenda. Debido a su oportunismo, esos sujetos fueron cooptados fácilmente por López Armenta.
Hartos de la situación tan asfixiante que estábamos viviendo, tomamos la difícil decisión de señalar públicamente en la revista Contralínea a esos personajes (https://acortar.link/67ZmNA). Y digo “difícil decisión” ya que el padre de mi compañera, a la fecha, continúa usando todo su prestigio y el de los seudo luchadores sociales a su servicio para difamarnos, afirmando que yo “le lavé el cerebro” a su hija y que todo lo que he escrito sobre lo que vivimos, las denuncias públicas y formales, y las quejas que hemos interpuesto en medios de comunicación y en la Junta de Conciliación y Arbitraje Especial No 1 de la Local de Culiacán, así como en la Comisión Nacional de Derechos Humanos (https://acortar.link/Vv7maq) a lo largo de todos estos años son puras mentiras.
Sin embargo, tanto Adela como yo continuamos sosteniendo todos y cada uno de los señalamientos que hemos hecho. Por obvias razones eso conlleva un fuerte desgaste anímico, sobre todo para ella, máxime que su padre siempre le exigía no hablar de este asunto porque lo “afectaría políticamente frente a Cuén”; aun así, seguimos y seguiremos luchando por la justa causa que es la defensa de la educación pública al servicio del pueblo trabajador y sectores populares en general y lograr la democratización y la justicia laboral para la UAS en particular. Durante varios años no habíamos hablado sobre estas cuestiones de manera tan detallada debido a la presión que se ejercía sobre nosotros y al miedo. Sin embargo, nunca más el cacicazgo va a tener la comodidad de nuestro silencio.
Todo este asunto de las mentiras que difunde la estructura parainstitucional al servicio de Cuén quedaría como meras excentricidades desagradables si no escondieran detrás cosas tan oscuras como el que no se imparta plena justicia, por ejemplo, en el caso del asesinato de una joven. ¿Por qué digo eso? En 2012 Jesús Alfredo Cuén Lazcano, sobrino de Cuén Ojeda, asesinó a sangre fría a Cynthia Valenzuela Carrillo. Múltiples testigos dieron cuenta de ello, según afirmó la madre de la víctima con las siguientes palabras:
“¿Por qué Melesio Cuén un sobrino tuyo portaba un arma sin permiso? ¡No lo defiendas Melesio Cuén, sabes que fue intencional! No fue un accidente como lo declaraste (a la prensa)… hubo testigos que aseguran que fue con toda la intención. Mi hija le clamaba a este hombre, a este asesino ─Jesús Alfredo Cuén Lazcano-, que no la matara y él le dijo ’te voy a matar’ No le importó que mi hija le pidiera clemencia.” (https://acortar.link/fTBDeU)
Las mentiras de su “prestigioso” tío surtieron efecto. El homicida ya está libre. La influencia que conlleva su apellido al parecer logró que se le sentenciara por homicidio culposo ─¡ni siquiera doloso!- y no por feminicidio, como la madre de Cynthia afirmaba que debía haber sido. Tras salir de prisión, el cacique acomodó inmediatamente a Cuén Lazcano en la dirección de deportes de la UAS. Gana 25 mil pesos mensuales. Dicen que como aviador (https://acortar.link/J6nhH1). Ventajas de ser parte del linaje caciquil.
La cobardía y el cinismo del asesino llegó a tal nivel de patetismo que en las audiencias decía “yo sé lo que se siente perder a alguien… perdónenme” (https://acortar.link/OfOHN2), en alusión a una tragedia familiar por la que recién había pasado. Como si haber sido objeto de un infortunio lo hiciera merecedor de los privilegios de los que goza y lo eximiera de que la justicia le fuera aplicada hasta sus últimas consecuencias.
Por todas estas razones no se debe creer nada ni al cacique universitario Héctor Melesio Cuén Ojeda ni a la dirigencia del PAS. Son capaces de cualquier cosa. Con mayor razón ahora que según algunas fuentes se vaticina la pérdida del registro de este ignominioso partido. Me atrevería a decir que, en un futuro próximo, en el marco del proceso electoral, este cacique puede escenificar autoatentados. No se malinterprete lo que digo: la violencia política en México es muy real. Empero, la experiencia histórica y los nexos que este cacicazgo ha tenido con el crimen organizado (https://acortar.link/u8qul4) dan muchos elementos para plantear dudas razonables respecto a todo lo que diga la dirigencia pasista y, sobre todo, su “líder moral”.
Qué bueno que los supuestos desaparecidos aparecieron con bien, pero de ninguna manera la dirigencia del Partido Sinaloense y el magnate y cacique Héctor Melesio Cuén Ojeda deben presentarse como luchadores sociales encabezando una causa tan justa como la de la desaparición forzada tomando en cuenta que son victimarios de la peor clase.
Sé que lo que estoy escribiendo es muy fuerte. Son historias de terror. Esta gente es muy peligrosa. Me han dicho que a mí no me “van a dar piso sin antes hacerme ver como una lacra” para que nadie pueda sentir la más mínima empatía cuando me ejecuten o desaparezcan. Hago responsable a Héctor Melesio Cuén Ojeda y al Partido Sinaloense de cualquier agresión, montaje, difamación y atentado que pueda ocurrir contra la vida de mi esposa Adela López Rodríguez, de mi madre, de mi padre, de cualquier integrante de mi familia y de mi persona.
Envío un saludo combativo y solidario a los integrantes del Movimiento Democrático Universitario y Estudiantil que están dando la batalla en la UAS contra el que probablemente es el cacicazgo universitario más violento del país. ¡Ni un paso atrás en la defensa de la Casa Rosalina frente al cacicazgo cuenista!, ¡Fuera el PAS de la UAS!, ¡Fuera la familia Cuén Díaz y sus esbirros de la UAS!
Fotografía: carlosnoecota