Por: Victor Ortega. 29/01/2025.
Mario Héctor Rivera Ortiz, en El Fracaso de la Revolución Democrática de Liberación Nacional, traza la fragmentación de las corrientes en lucha al interior del Partido Comunista Mexicano (PCM), más definida, tras el IV Pleno del Comité Central del PCM, en junio de 1961, un año después del XIII Congreso Nacional Extraordinario de mayo:
La nueva revolución democrática de liberación nacional, con carácter pequeñoburgués, se afirmaba cada vez más como el punto cardinal de la política del partido, mientras que entre los cuadros medios de la Ciudad de México crecía un sentimiento de inconformidad y frustración.
Era natural, por tanto, que el PCM no llegará a ser un todo monolítico, como la nueva dirección lo deseaba. En esos días, los desacuerdos sobre cuestiones cruciales incubaban no una nueva revolución social, sino nuevas tempestades dentro del pequeño PCM –se hablaba de una membresía nacional aproximadamente de 3,000 afiliados–.
Dentro de él, cuando menos cuatro corrientes políticas antagónicas y excluyentes entre sí se movían: una integrada por la mayoría jrushoviana-cardenista del Comité Central (CC), con las posiciones nacional-reformistas y pacifistas recomendadas por el XXII Congreso del PCUS; la segunda, más radical, dirigida por la mayoría del Comité del D. F. y Siqueiros, que proponía el rompimiento con el gobierno de López Mateos y la preparación de la revolución socialista; la tercera conformada por las “preparatorianas”, encabezada por Adelina Zendejas y la doctora Esther Chapa; y la cuarta, maoísta, en la que brillaban Edelmiro Maldonado y Camilo Chávez.
Las cuatro corrientes mencionadas pronto se harían manifiestas y su confrontación conduciría a nuevas crisis, escisiones, purgas masivas, la más importante de las cuales hizo eclosión precisamente en el V Pleno del CC.
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Después del XIII Congreso, entre el Comité Central estaban Arnoldo Martínez Verdugo, Manuel Terrazas, Edelmiro Maldonado, Gerardo Unzueta, Oscar Frías, Alejo Méndez, Antonio Morín, Encarnación Valdés, Fernando G. Cortés, Camilo Chávez, D. Martínez, Arturo Orona, J. J. Meraz, Danzos Palomino y otros cinco miembros propietarios cuyos nombres no apareció en las lecturas. Tampoco está claro quiénes, salvo Mario Héctor Rivera Ortiz, eran los otros miembros suplentes.
Por su parte, en el Comité del D. F. estaban Mario Rivera, Guillermo Rousset, Manuel Terrazas, Santiago González, Aurelio Muñiz, Augusto Velasco, Martín Reyes V., Eduardo Montes, Luis Solís, Valentina Campa, Carlos Félix como miembros propietarios; y Carlota Guzmán, Roberto Ramos, Eduardo Pascual y Jesús Ochoa, como miembros suplentes.
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Desde la Conferencia Regional del PCM en el D. F. de agosto-septiembre de 1957, una mayoría del Comité del D. F., entre la que estaban Martínez Verdugo y Unzueta, operaron una política de conciliación con miembros del CC como Terrazas y Pérez, en contra de Dionisio Encina, que fue denunciada por José Revueltas y la célula Carlos Marx y posteriormente por la minoría del Comité del D. F. De estas luchas, queda el testimonio escrito llamado Resolución de la Conferencia del Partido Comunista en el D. F. 11-23 de agosto al 2-19 de septiembre.
En el Pleno de octubre-noviembre de 1957, la lucha histórica contra la dirección nacional, como le denominó Revueltas, queda dañada debido a la política de la minoría en conjunto con una fracción del CC. Esta política de alianza se afianza en los plenos del CC de enero, febrero y mayo.
En la Conferencia del D. F. de noviembre de 1958, la minoría y las células reaccionan contra la alianza de la mayoría y el CC y sus correcciones formales a las problemáticas fundamentales del PCM ante el aumento de las movilizaciones de masas y la política de la dirección nacional que llama a la desmovilización.
Entre marzo y septiembre de 1959 y febrero de 1960 José Revueltas y la célula Carlos Marx es derrotada políticamente. En el pleno de julio-agosto el CC disuelve el cargo de secretario general y lo sustituye por un secretariado colectivo integrado por Martínez Verdugo, Edelmiro Maldonado, Encarnación Pérez, Dionisio Encina y Encarnación Valdés. Este secretariado colectivo retoma el segundo eje de la crítica revueltiana (el esclarecimiento de la historia inmediata del PCM) y redacta Acerca de la lucha interior en el partido en abril de 1959.
Esta corriente política al interior del PCM es la que Rivera Ortiz llama la mayoría jrushoviana-cardenista del Comité Central CC, con las posiciones nacional-reformistas y pacifistas, es la que se enfrenta a la de RoussetBanda, Alfaro Siqueiros y el propio Rivera Ortiz. Las lanzas se rompen en el V Pleno del CC, sin embargo, son precedidas por el IX Congreso del D. F. en mayo-junio de 1961 y la Reunión de Balance del D. F. de noviembre de 1961.