Por: Victor Ortega. 25/12/2024.
El Partido Comunista Mexicano (PCM) funcionaba formalmente mediante el principio del centralismo democrático. La historia del centralismo democrático inicia en Rusia. El Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (1898-1918) y el Partido Comunista ruso (1918-1991) formularon este principio organizativo en relación a su contexto de actividad, signado por la clandestinidad, la guerra civil y la intervención extranjera.
El principio del centralismo democrático en tanto principio organizativo permitía la operatividad de la actividad política de socialdemócratas y comunistas bajo condiciones de hostilidad activa del gobierno, la oposición y las potencias extranjeras. Central para concentrar la actividad y democrático para garantizar la participación del conjunto de los agrupamientos que formaban el partido en dicha actividad.
El principio del centralismo democrático permitió la construcción de instancias de decisión como los Plenos, las Conferencias y los Congresos, siendo éstos últimos la instancia suprema. Entre un congreso y otro se modificaba la política del partido corrigiendo los errores en relación con los cambios en la coyuntura y en las relaciones de fuerza. Entre congreso y congreso funcionaban los plenos en los espacios de dirección y las conferencias en el resto de las instancias de los partidos, y existía una permanente comunicación al interior de la totalidad del partido mediante periódicos y delegaciones.
Cuando en 1959 José Revueltas habla de lucha interna y desarrollo de una crítica histórica está hablando de una anomalía en el funcionamiento del principio del centralismo democrático. El principio del centralismo democrático supone una comunicación constante entre la Dirección Nacional (DN), las Organizaciones del Distrito Federal (ODF) y el resto de las instancias existentes en el país en ese momento. La DN había entorpecido el conocimiento entre el conjunto del PCM del Informe Secreto de 1956, e invitaba a las delegaciones fuera de ella a destiempo a sus plenos, por ejemplo. Formalmente, el principio del centralismo democrático no estaba funcionando.
El desarrollo normal de la crítica histórica y la lucha interna debía conducir a la autocrítica del PCM, a su transformación. En vez de eso, Revueltas denuncia 1) la simulación política de la DN y la capitulación de la Mayoría (MA) de las ODF y el bloque cerrado de ambas contra la Minoría (MI) en la Conferencia del D. F. de 1958. El bloque cerrado entre la DN y la MA de las ODF impidió que la autocrítica del PCM corrigiese no sólo la anomalía formal en el principio del centralismo democrático, sino el esclarecimiento de su historia reciente y la corrección de sus errores históricos como eran 1) la resolución de expulsar a los disidentes de 1940, 1943 y 1947 desde la DN y la existencia del Partido Obrero y Campesino de México, formado por algunos de esos expulsados.
Para Revueltas, la existencia de dos partidos comunistas era simplemente una aberración. Los problemas del PCM eran más grandes que una anomalía en el funcionamiento del principio del centralismo democrático. La clandestinidad, la guerra civil y la intervención extranjera que le habían dado fundamento en Rusia ya no existían; los cambios en el propio modo de producción capitalista, al producir nuevos contenidos sociales, voló por los cielos principios formales como el del centralismo democrático. Intereses muy prosaicos y materiales daban nuevo contenido a la actividad de la DN del PCM opuestos a los de la MI; sin embargo ésta en estos momentos sólo veía el peligro de liquidación histórica del PCM, que trataba de impedir.