Por: Luis Bello Estrada. 18/08/2020
Transitaba en el Circuito Presidentes por el carril lateral de salida a la Ave. Rébsamen donde hay una señal de prohibición de vuelta a la izquierda la cual funcionó cuando había ahí un semáforo que implicaba un sistema de tráfico continuo, pero ahora con el paso uno por uno vehicular, no tiene ningún sentido. Además ahora las condiciones eran distintas, había congestión vehicular debido a las obras de bacheo, los trabajadores y camión de asfalto provocaban que los coches se amontonaran, tocaban sus bocinas y se confrontaban, cerca del lugar a los pocos metros una pick up oficial de tránsito municipal. Entendí que agilizaban el tráfico y dado que lo más conveniente para evitar más congestión; era dar la vuelta inmediata “prohibida” y no más adelante, para evitar empeorar el tráfico y los oficiales entendí que estaban ahí para procurar ese tipo de acción, para evitar más trastornos de tráfico.
Tan pronto pasé, un oficial me marco el alto y me pidió que me orillara, paso siguiente pidió licencia y tarjeta de circulación. Después tras de mi detuvo a otro vehículo, todos hacían la “vuelta prohibida” pero necesaria en esas circunstancias, así que se fue con el conductor del otro vehículo y llamó a su compañera quien se presentó como oficial Guadalupe Salan León, la que me insistió en la entrega de mis papeles, lo cual en principio y un poco confundido realicé respetándola como autoridad, después me mostró una serie de papeles y me dijo “se pasó una señal de tránsito, lo cual está calificada como falta grave” y me mostró y señaló unas hojas donde percibí una multa de mil trescientos o de tres mil pesos. De ahí se me quedó observando y le dije las circunstancias que habían mediado mi relativa falta. Además de preguntarle que por qué ellos no estaban auxiliando en el embotellamiento, a lo que me respondió que eso no era su misión. Acto seguido pregunté ¿si su misión no es ayudar a mejorar el tráfico vehicular y ayudar a los automovilistas dígame ¿Cuál es su misión? Me contestó que su misión era “cuidar la ruta del señor gobernador”. Ahí fue cuando entendí que era una trampa, imaginé su intención y que lejos de buscar desarrollar su trabajo; de cooperación y apoyo a los vehículos y conductores su objetivo era otro. Le pregunté ¿quién le asignó esa misión y me contestó que su director el Capitán Antonio Casas Valencia. Al preguntar cuando pagué la multa me aclararon que era el “Capitán de Corveta infantería de marina y paracaidista Antonio Cams Valencia. Después de oír eso, me dije, eso me imaginé.
También le pregunté que si tal era su misión por qué estaban infraccionando y se enojó mucho y me contestó “entonces le voy a levantar la infracción”. Desde luego que sí le respondí, al final cuando terminó de suscribir los datos me pidió que pusiera mi firma y nombre lo cual realicé puse mi firma pero al poner el nombre ella me arrebato la tabla de papeles y me gritó que no rallara de mas la boleta lo cual desde luego no hice ponía mi nombre que quedó incompleto, pero en ningún lugar hay una sola marca mía, de más. Consideré que lejos de estar contenta por cumplir su deber estaba frustrada porque buscaba algo diferente. Y se lo sugerí. Ella me dijo “mordida”. Y me aclaró severa que ella no me había pedido tal mordida y así fue: no lo hizo, de manera explicita, pero las acciones y el tipo de protocolo de mostrar un alto costo de infracción y hacer una charla inquisitiva me dicen simplemente otra cosa. De manera independiente si piden o reciben “mordidas” (sin pedirlas) estafan a la ciudadanía cuando no procuran un buen tráfico vehicular sino que con sus acciones lo entorpecen y generan la desconfianza de las personas.
Otro tema fue su Misión, lo cual si así fuera, en realidad esas encomiendas, que pena por Veracruz. He de explicar que con Duarte y Yunes escribí fuerte en periódicos y hasta participe en un libro de crítica hacia ellos y considero que arriesgué mi vida con esas acciones, solo para que las cosas cambiaran, Y se que a nivel nacional cambiaron y estoy orgulloso de ellos de Morena y de AMLO, pero las cosas con Cuitláhuac y con Hipólito no parecen en nada diferente con las anteriores administraciones, quizás hasta peor porque ahora se ufana un orgullo de honestidad, que evidentemente no es tal. En el primer escalón de poder si se le ha puesto un alto a la corrupción, pero en otros niveles menores del gobierno federal no es tan claro y por supuesto en Veracruz y Xalapa menos, todo parece que deberíamos resignarlo pero al menos yo no pretendo hacerlo, dichas autoridades quedan muy por debajo de lo que el movimiento requiere, así esperamos lo antes posible que sean reemplazados por personas con similar altura al estadista federal.
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